"El Rey est¨¢ dolido"

"A su padre, Hassan II, se pod¨ªa comprender que Espa?a le hiciera esto, pero a ¨¦l no, a Mohamed VI no deb¨ªa de hab¨¦rselo hecho. En lo concerniente a Ceuta y Melilla ha sido hasta ahora el m¨¢s conciliador de cuantos jefes de Estado ha tenido Marruecos".

Quien se expresa en estos t¨¦rminos es un diplom¨¢tico marroqu¨ª que ocupa un alto cargo en una instituci¨®n internacional y conoce bien al soberano. Sus palabras ilustran un sentimiento bastante generalizado entre las ¨¦lites de Marruecos ante la anunciada visita de los Reyes de Espa?a a Ceuta y Melilla.

Hasta en su ¨²ltima cita con el entonces presidente espa?ol, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, en abril de 1998, insisti¨® Hassan II en su reivindicaci¨®n territorial. "[...] Se produjeron, por insistencia del rey, momentos tensos en la conversaci¨®n", coment¨® despu¨¦s Aznar. ?ste lleg¨® a advertirle de que Espa?a actuar¨ªa "con determinaci¨®n y contundencia en cualquier supuesto de riesgo para Ceuta y Melilla".

Diecisiete meses despu¨¦s regres¨® Aznar a Marruecos para ser recibido en audiencia por el nuevo rey, Mohamed VI, entronizado en julio de 1999. Ese mismo d¨ªa, el primer ministro marroqu¨ª, Abderram¨¢n Yussufi, record¨® la vieja reivindicaci¨®n ante los micr¨®fonos de la SER.

Contra la inmigraci¨®n

El joven monarca apacigu¨® el temor de Aznar de que siguiera la l¨ªnea de su padre. Le explic¨® que las frases de Yussufi no hab¨ªan sido del todo afortunadas y le invit¨® a dejar claro ante la prensa espa?ola que la aspiraci¨®n marroqu¨ª no hab¨ªa sido abordada en la audiencia real. Aznar no se priv¨® de hacerlo.

En diciembre de 2001, en plena crisis con Espa?a, Mohamed VI se mostr¨® tambi¨¦n tranquilizador cuando conoci¨® al secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Al final de la audiencia, lo llev¨® a un aparte. Lejos de o¨ªdos indiscretos, le dijo que no deb¨ªa inquietarse, que las dos ciudades no eran una prioridad de su agenda y que el contencioso no deb¨ªa impedir ahondar la relaci¨®n bilateral. A su regreso a Madrid, Zapatero intent¨® cont¨¢rselo a Aznar pero ¨¦ste no le quiso escuchar.

S¨®lo despu¨¦s de la humillaci¨®n que supuso para el monarca el desalojo del islote de Perejil, Mohamed VI record¨® su reivindicaci¨®n en el discurso del Trono que pronunci¨® a finales de ese mes. "Desde su independencia, Marruecos no ha cesado de reclamar el fin de la ocupaci¨®n espa?ola de Ceuta y Melilla y de las islas vecinas expoliadas en el norte del reino", subray¨®.

El soberano hizo incluso un gran favor al Gobierno socialista cuando, a principios del oto?o de 2005, miles de subsaharianos intentaban saltar las vallas que rodean Ceuta y Melilla. Mand¨® a su Gendarmer¨ªa para disuadir a los inmigrantes y, como ¨¦sta no daba abasto, ech¨® mano del Ej¨¦rcito. Por primera vez en su reinado, las Fuerzas Armadas participaban en una operaci¨®n de mantenimiento del orden p¨²blico.

"Estos gestos hacia Espa?a no est¨¢n siendo agradecidos", prosigue el alto cargo marroqu¨ª. "Y el rey est¨¢ dolido. Por eso, se ha involucrado en esta crisis", agrega, dejando claro que fue el soberano quien orden¨® la llamada a consultas de su embajador en Madrid, Omar Azziman.

Mohamed VI no ha pronunciado las frases grandilocuentes de su padre sobre los "presidios", como llaman los marroqu¨ªes a Ceuta y Melilla, pero, a diferencia de aqu¨¦l, "ha trabajado con ¨¦xito para que dejen de ser las capitales econ¨®micas del norte de Marruecos", concluye el diplom¨¢tico marroqu¨ª.