Para¨ªso y caos en la costa balear

"Liberar" el litoral de Baleares y evitar su "privatizaci¨®n de hecho". Es la pretensi¨®n que la Estrategia para la sostenibilidad de la costa -informe encargado por el Ministerio de Medio Ambiente- expresa en su cap¨ªtulo dedicado al litoral insular, donde est¨¢n los yacimientos del enorme negocio tur¨ªstico de sol y playa y residencial.

El riesgo de inundaci¨®n es "severo" en algunas calas ocupadas

El plan quiere evitar la "privatizaci¨®n de hecho" de la Costa de los Pinos

Medio siglo de ¨¦xito del turismo de masas y de ¨¦lite, m¨¢s el urbanismo salvaje reciente, han dejado su huella de hormig¨®n sobre buena parte del paisaje costero. Pero la mayor parte del perfil insular, de 1.428 kil¨®metros, no ha sido explotada: est¨¢ casi intacta, a salvo del desarrollismo que dej¨® inaccesible, sin uso p¨²blico, muchas decenas de kil¨®metros.

La naturaleza en su esplendor mediterr¨¢neo queda a tramos interrumpida por barreras de construcciones: casas y hoteles con piscinas sobre el mar, instalaciones cimentadas en las playas y puertos deportivos que reducen los arenales, un repetido cat¨¢logo de destrozos. Esta fr¨¢gil dualidad para¨ªso-caos est¨¢ retratada en el an¨¢lisis de Medio Ambiente, que incluye propuestas de actuaci¨®n para resolver el desaguisado urban¨ªstico.

Los expertos y el Gobierno plantean un ambicioso programa de m¨¢ximos a largo plazo: reubicar la central el¨¦ctrica de Endesa de Mallorca, privatizar el puerto de una base militar de Hidros de Pollen?a, derribar media docena de hoteles en tres islas o reubicar dos puertos deportivos y varias urbanizaciones ahora en zonas naturales.

La cirug¨ªa reparadora para lograr que se aplique la Ley de Costas -que proh¨ªbe construir en primera l¨ªnea de playa- est¨¢ zurcida en cientos de medidas que podr¨ªan tener un alto coste econ¨®mico y pol¨ªtico. En los puntos negros, saturados, se proponen derribos para poner fin a los tramos ciegos de costa privatizada, las agresiones de chiringuitos playeros, chal¨¦s irregulares, piletas y terrazas que besan el mar y hoteles que obstruyen cauces agravando la situaci¨®n de zonas inundables.

El riesgo de inundaci¨®n por lluvias intensas es una problem¨¢tica "de car¨¢cter severo" en calas ocupadas por edificios tur¨ªsticos en Es Corso, cala Marsal, Portopetro, cala Llombards, cala Murada, calas de Mallorca, Portocristo, Cal¨® de Es Torrent de Ibiza, y en diferentes puntos de la bah¨ªa de Palma. Las marinas artificiales y los puertos deportivos han dejado el litoral "completamente hormigonado", seg¨²n el informe.

La piqueta podr¨ªa actuar en el hotel Cala en Fonoll de Puerto Andratx; en Menorca se estudiar¨¢ la "reubicaci¨®n" del agresivo hotel Cala Galdana, que durante el franquismo fue calificado de "barbaridad" por el entonces ministro Manuel Fraga. Otros dos hoteles de Son Bou de Menorca pueden ser escombros "por su gran impacto". En Ibiza se ha puesto la cruz en el hotel de Cala Mol¨ª y se rescatar¨¢ la concesi¨®n del hotel Es Torrent en Cala Es Torrent y del Alocs de Es Figueral.

En Cala Tirant, en Menorca, se plantea el derribo a largo plazo de un complejo ilegal en franja costera. En Soller y en Pollen?a hay dos hoteles que el plan de Mallorca fija para demoler. Uno de ellos, el don Pedro de Cala Sant Vicen?, fue valorado por el due?o en 24 millones.

Las islas generan mucha renta privada y p¨²blica. Tienen m¨¢s de 360 playas, un mill¨®n de habitantes y once millones de turistas al a?o. En el coraz¨®n tur¨ªstico de Baleares, la bah¨ªa palmesana, hay tramos que suman 17 de los 62 kil¨®metros de litoral en los que no es posible acceder a la costa. Existen 14 kil¨®metros con vallas y piscinas que impiden el paso. Cuatro de las 28 playas de la bah¨ªa no tienen acceso debido a la ocupaci¨®n por hoteles, en s'Hostalet, Costa d'en Blanes, Cala Vi?as y Bendinat. El plan propone derribos.

Una acci¨®n a largo plazo plantea tambi¨¦n cambiar de lugar o modificar puertos deportivos (en Palmanova y S'Arenal) para regenerar las playas.

La compra de una franja costera de 500 metros de terreno se indica para redundar en la protecci¨®n de ¨¢reas r¨²sticas y naturales; y, en las zonas urbanizadas, se deben recuperar servidumbres, recurriendo a expropiaciones si es preciso y liberalizando los viales en muchas urbanizaciones. El hotel club Pollentia se sacar¨ªa de la Albufereta.

La medida com¨²n en todos los tramos costeros del archipi¨¦lago es la apertura de senderos para darles un uso p¨²blico. Facilitar los accesos al mar, ahora oculto por los muros de la obsesi¨®n constructora, es un reiterado objetivo estrat¨¦gico. Las urbanizaciones residenciales de lujo de Formentor, Costa de los Pinos, Mah¨®n o Formentera no quedan exentos de ese proyecto de apertura al tr¨¢nsito.

En el caso de la exclusiva Costa de los Pinos, un enclave donde disfrutan de mansi¨®n las familias de Pedro J. Ram¨ªrez, Ana Garc¨ªa Obreg¨®n o Carlos S¨¢inz, el documento de Medio Ambiente proclama la exigencia de restaurar los "usos comunes" y evitar "la privatizaci¨®n de hecho" de la costa. Para ello se "liberar¨¢ la servidumbre de tr¨¢nsito eliminando los obst¨¢culos existentes y garantizando la accesibilidad a cualquier tramo del litoral".

Delante de las casas se har¨¢ un sendero y "se expropiar¨¢ la banda de seis metros de ancho, generalmente ocupada por piscinas y excepcionalmente por alguna edificaci¨®n". Se revisar¨¢n las concesiones que impiden el acceso y se eliminar¨¢n las piscinas y solarium en dominio p¨²blico. "Se han de recuperar para uso p¨²blico las terrazas y jardines de uso privado", dice el informe.

Salvar lo que queda del para¨ªso es el reto que plantea Medio Ambiente. El plan de actuaciones busca "abortar que se repitan los errores del pasado" y dar valor a las zonas v¨ªrgenes para que "sean ejemplo para la atracci¨®n del turismo de calidad".

El posible impacto "de forma cr¨ªtica" del cambio clim¨¢tico en las playas es otra variante contemplada detalladamente. En las islas, el retroceso del l¨ªmite de la orilla, en 50 a?os, podr¨ªa ser de entre siete y 13 metros. La subida del mar de hasta 15 cent¨ªmetros en medio siglo afectar¨ªa a grandes playas de Mallorca, como la emblem¨¢tica playa virgen de Es Trenc o las de Palma, Alc¨²dia-Muro, Talamanca, d'en Bossa en Ibiza y los largos arenales protegidos de Formentera.

Los ba?istas tambi¨¦n impactan. En decenas de playas se dan ocupaciones de la arena de menos de cinco metros cuadrados por persona, cuando la recomendaci¨®n est¨¢ entre siete y 12 metros por usuario. Se ve necesario revisar la capacidad de acogida: ya se detectan "colapsos" por la presi¨®n "humana alarmante".

El lado intacto de las islas Baleares qued¨® sin explotaci¨®n urban¨ªstica porque en democracia las instituciones impulsadas por los ecologistas dictaron leyes de preservaci¨®n en los escenarios m¨¢s interesantes y v¨ªrgenes. Sa Dragonera y Cabrera, Es Grau, Ses Salines de Ibiza y Formentera son parques naturales, y m¨¢s de un tercio de Baleares est¨¢ blindado: no es edificable.

Adem¨¢s, las bater¨ªas costeras del Ej¨¦rcito, y los terratenientes con su renuncia a fragmentar y capitalizar su patrimonio, dejaron decenas de kil¨®metros v¨ªrgenes: es el caso de las extraordinarias playas naturales y latifundios sin urbanizar -protegidos por ley- de los nobles Squella, Olivar, Torresaura y otros, en Menorca, y de la familia March en Mallorca. Eso s¨ª, la necesidad de hacer accesible por caminos p¨²blicos la costa y las calas tambi¨¦n les afecta a ellos.