La nueva gesta del Mio Cid
Alberto Montaner realiza la edici¨®n m¨¢s completa del poema con una mezcla de erudici¨®n y alardes tecnol¨®gicos
Nuevas tecnolog¨ªas para la vieja ¨¦pica. Una combinaci¨®n de v¨ªdeo y microscopio ha permitido arrojar nueva luz sobre el Cantar del Mio Cid, el gran poema ¨¦pico espa?ol. Por lo dem¨¢s, la historia es la que todos conocemos. Corr¨ªan tiempos dif¨ªciles y en la frontera entre cristianos y musulmanes se bat¨ªan los mejores guerreros de uno y otro lado. Rodrigo D¨ªaz de Vivar, El Cid, fue uno de ellos, y con el tiempo los juglares convirtieron sus haza?as en materia de uno de sus cantares. El texto se fij¨® por escrito (no siempre ocurr¨ªa y, de hecho, han sobrevivido pocos). En el poema "no hay esp¨ªritu de cruzada", cuenta Alberto Montaner en el pr¨®logo de la nueva edici¨®n del Cantar de Mio Cid (del que se cumple el octavo centenario), "sino de frontera": se combat¨ªa por razones pr¨¢cticas, la religi¨®n era secundaria.
"Es una locura, una quijotada", coment¨® Francisco Rico, director de la Colecci¨®n Biblioteca Cl¨¢sica y autor del estudio preliminar, para referirse a esta nueva edici¨®n que ha hecho Alberto Montaner y que se present¨® ayer en el Instituto Cervantes de Madrid. El responsable habl¨® por v¨ªdeo del Cid para conectarlo con Cervantes, y para hacerlo destac¨® "la mesura del h¨¦roe".
Pero lo revelador fue lo que contaron de Montaner los que presentaron el libro. Rico destac¨® la enormidad de su erudici¨®n (la calific¨® de "monstruosa") y la magnitud de sus esfuerzos para decir cuanto puede decirse sobre el Cid: sobre el poema, sobre el h¨¦roe, sobre la ¨¦poca y, para precisar, incluso sobre su Tizona (la espada que con tanta pompa se presenta como tal es de la Edad Media, pero no perteneci¨® nunca al h¨¦roe). Luis Alberto de Cuenca se refiri¨® a su vieja amistad con Montaner y para acercarlo al profano cont¨® que en buena medida es un poeta del Siglo de Oro, pues es el autor de algunos de los sonetos que aparecen en las novelas de Alatriste ("es tambi¨¦n un gran amigo de Arturo P¨¦rez-Reverte", dijo, y ser¨¢, por cierto, el responsable de una pr¨®xima edici¨®n cr¨ªtica de las historias del c¨¦lebre capit¨¢n). Luis Garc¨ªa Montero, tras confesar su deslumbramiento por el trabajo, termin¨® leyendo un soneto de Montaner (Memento mori): la elegancia y belleza de los versos confirmaron de manera rotunda que este Cantar de Mio Cid ha estado en buenas manos.
La edici¨®n la publica Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores con la participaci¨®n de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, y Montaner ha tirado de todos los conocimientos de la tradici¨®n filol¨®gica para dar las claves de lectura (un largo pr¨®logo y un sofisticado aparato cr¨ªtico) y ofrecer el texto lo m¨¢s depurado posible (con las notas esenciales para entenderlo).
Para enfrentarse al original se ha valido de las nuevas tecnolog¨ªas. Rico lo explic¨® ayer: se trataba de ampliar la imagen y descifrar pasajes que resultaban ilegibles. Desmenuz¨® tres ejemplos y se refiri¨® a "la fecha que figura en el colof¨®n del Cantar". "No corresponde al a?o en que se copi¨® el manuscrito de Per Abad, que es del siglo XIV", y que es la versi¨®n que se conserva en la Biblioteca Nacional, "sino el a?o del c¨®dice que le sirvi¨® de modelo". Era de "mill e dozientos e cuaraenta e cinco a?os", coment¨® Rico. Es decir, "el a?o de Cristo 1207".Una combinaci¨®n de microscopio y v¨ªdeo sirvi¨® para leer lo ilegible
Babelia
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