Provocador y gamberro
A un creador tan inclasificable como Carles Santos (Vinaroz, 1940) se le suele asociar la etiqueta de "est¨¦tica mediterr¨¢nea", por su tendencia a desarrollar en escena propuestas excesivas, con una fuerte carga hedonista y una mezcla de factores escatol¨®gicos y sexuales, en un abanico en el que conviven con desenfado desde el piano hasta los langostinos. Su concepci¨®n del teatro musical se sustenta siempre en la solidez musical. Carles Santos es un animador, un humorista, un inventor de teatro provocador y gamberro, pero, sobre todo, es un m¨²sico.
Su compa?ero de viaje insustituible a lo largo de su carrera art¨ªstica ha sido el piano, y de ¨¦l ha extra¨ªdo con pasi¨®n no disimulada los sonidos de sus composiciones y los de los m¨²sicos que admira, Bach y Rossini particularmente. En El fervor de la perseverancia ha dado una oportunidad a Tom¨¢s Luis de Victoria, Chopin, Wagner y Hugo Wolf, que pueden desde servir de fondo a un strip-tease a acompa?ar el centrifugado de una lavadora. Los imaginativos gags que acompa?an las situaciones teatrales pueden ser discutibles, pero las m¨²sicas que los acompa?an suponen un certificado de garant¨ªa.
EL FERVOR DE LA PERSEVERANCIA
Compa?¨ªa Carles Santos. Con Claudia Schneider (mezzosoprano), Ilona Schneider (soprano), Anna Ycobalzeta (actriz) y Carles Santos (piano). Festival de Oto?o. Teatro Espa?ol, 7 de noviembre.
Vuelta de tuerca
El fervor de la perseverancia es un espect¨¢culo en cierto modo camer¨ªstico. Los espectadores se sit¨²an en el escenario del teatro, rodeando a los artistas. El aforo es muy limitado. Forma parte de la atm¨®sfera que se pretende crear. Dos cantantes y una actriz -desnuda salvo cuando se pone algo encima para quit¨¢rselo de inmediato- comparten con Santos y su piano el pulso de la obra. Los postulados minimalistas y repetitivos alcanzan a la m¨²sica y el teatro. Santos da una vuelta de tuerca a su filosof¨ªa teatral de siempre. Quiz¨¢ no sorprenda tanto como otras veces, pero ¨¦l sigue ah¨ª impert¨¦rrito, defendiendo un modo de teatro musical a contracorriente, original, disparatado y guas¨®n. En su irracionalidad se forja su coherencia. Sus incondicionales de siempre le agradecen que se mantenga en sus trece, los que se asoman por primera vez a una creaci¨®n suya no pueden disimular su sorpresa y su asombro. Y ¨¦l sigue ah¨ª, con su piano, sus obsesiones y su fantas¨ªa.
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