La flor de Amaranto
Cada vez m¨¢s autores y empresarios titulan sus espect¨¢culos en la lengua dominante para imprimirles prestigio. Despu¨¦s de Taz¨®n de sopa china y un tenedor e Indignos, la compa?¨ªa barcelonesa Amaranto se ha dejado llevar por la corriente. Four Movements for Survival, tercera entrega de su Trilog¨ªa del sof¨¢, es un espect¨¢culo de teatro f¨ªsico, sin cuarta pared ni barrera de seguridad, con actores que no se esconden ni dan tregua, y en castellano. Cuatro movimientos para no caerse muerto, la traducci¨®n que figura en el dossier, expresa mejor el prop¨®sito de David Franch, Lidia Gonz¨¢lez Zoilo, ?ngeles Ciscar y Mart¨ª Sales, sus autores, directores e int¨¦rpretes: pretenden hablar de su lucha por encontrar un lugar en el mundo del arte y de las estrategias que usan para vencer el des¨¢nimo. Su trabajo tiene que ver m¨¢s con el ensayo de andar por casa y en zapatillas que con la ficci¨®n dram¨¢tica. Solo en escena, Sales presenta a sus compa?eros como si fueran participantes en un concurso de supervivencia, y pide un aplauso, que el p¨²blico abrumadoramente joven de una funci¨®n de diario les regala encantado. En ese ambiente favorable, cada uno de los actores habla, por turnos, de cosas que le animan a no tirar la toalla, mientras sus compa?eros bailotean por detr¨¢s el Tintarella di luna, de Mina, que Mart¨ª Sales pincha en escena. Con Amaranto, todo est¨¢ a la vista, incluso las mesas de sonido y de luces. Y los actores juegan a interpretarse a s¨ª mismos. Se llaman por su nombre y hablan a los espectadores de t¨². Venden autenticidad, a la manera de Pina Bausch.
Todos aplaudimos a Lidia intuitivamente, salvo un caballero, que vitorea a David. El ¨¢rbitro le decreta vencedor con c¨ªnico aplomo: as¨ª es la vida
En Taz¨®n de sopa china y un tenedor, Amaranto andaba pegado todav¨ªa al m¨¦todo compositivo de Bausch y familia. Indignos pon¨ªa enseguida rumbo a lo desconocido y acababa teniendo al p¨²blico en vilo y con el coraz¨®n en un pu?o. En Four Movements for Survival, la compa?¨ªa catalana sigue aplicando la receta de la abuela, pero ya ha hecho suyo el guiso: los mon¨®logos est¨¢n bien ligados con las escenas circenses.
En este cabar¨¦ circense, Lidia, el personaje, se crece peleando en un caj¨®n de arena con David, que es un cruce entre La Bestia y Perro Loco Pach¨®n. Su combate, en pa?os menores, es igualado: ambos terminan exhaustos, rebozados en tierra negra h¨²meda. Sales pide el veredicto del p¨²blico. Todos aplaudimos a Lidia intuitivamente, salvo un caballero, que vitorea a David. El ¨¢rbitro le declara vencedor con c¨ªnico aplomo: as¨ª es la vida. Amaranto hace un trabajo f¨ªsico espl¨¦ndido. Sus int¨¦rpretes tienen presencia y manejan el cuerpo mucho mejor que la palabra. Alguno de sus mon¨®logos, por artificioso, se merece el trato que David y ?ngeles le dispensan a Lidia cuando se pone a hablar de Schopenhauer: La agarran, la lanzan sobre la arena, la rebozan y le vac¨ªan saquitos de tierra dentro de la boca. Iron¨ªa no les falta. Quieren hablar a lo llano y dar la impresi¨®n de que su discurso, directo al p¨²blico, les acude a la mente en ese instante, pero les queda impostado. David es un Goliath salvaje, un tipo extremo capaz de darse descargas el¨¦ctricas con la bater¨ªa de un autom¨®vil, de abrir una sand¨ªa a cabezazo limpio y de devorarla a dentelladas mientras sermonea sobre la rabia. Lidia es la bella comi¨¦ndose a la bestia, una Sigrid de Thule morena que se faja cuerpo a cuerpo con el amigo bruto del Capit¨¢n Trueno. Y a ?ngeles, delgada, menudita, rubia, le toca el papel de Crisp¨ªn. Es toda fragilidad, pero cuidado con ella.
Envidiamos a Lidia cuando sus dos compa?eros la levantan a pulso, tendida, agarr¨¢ndola de una ropa interior chin¨¦ prodigiosamente el¨¢stica, y la hacen subir y bajar suspensa, en horizontal, rebotando gozosamente sin tocar el suelo, como un yoy¨® humano. Admiramos el desparpajo de ?ngeles, que, decidida a recrear el mundo, se desviste y se queda en esa malla transparente que usaba La Fornarina para abrigar sus desnudos, con una hojita de parra en el punto ¨¢lgido y otra en cada pez¨®n de su pecho menudo. As¨ª, se proclama nueva Eva: "?ste es mi para¨ªso", dice, mientras cuelga manzanas en un olivo. Y se arranca enseguida a cantar el rap de la creaci¨®n, con el culo al aire. Lidia le acompa?a a la bater¨ªa, David le hace los coros. De remate, ambos elevan a ?ngeles/Eva sobre sus cabezas y la llevan contra un muro, donde un chorro de luz fr¨ªa la convierte en diosa sin hornacina.
Four Movements for Survival es uno de los espect¨¢culos escogidos por la Red de Teatros Alternativos para hacer una gira este a?o por Espa?a. Finaliza con un documental en el que Frederic Amat, Joan Baixas, Semolina Tomic y otros artistas hablan de supervivencia. Antes, Mart¨ª Sales, siempre en su papel de presentador/entrevistador le pregunta a ?ngeles si el arte es necesario, y si es necesario este espect¨¢culo. Ella responde que s¨ª. "?Cu¨¢nto os ha costado?", prosigue Sales. "35.000 euros". "Y esa inversi¨®n, ?a qui¨¦n beneficia?". "Al p¨²blico", dice la actriz titubeando, "a los programadores tambi¨¦n, a los t¨¦cnicos... y a nosotros". "?Ah, a vosotros! ?Y alguno habl¨¢is ingl¨¦s?". "No". "Entonces, ?por qu¨¦ el t¨ªtulo en ingl¨¦s?". Y esta pregunta se queda en el aire. Fuera de escena, me la responden: para venderlo mejor. Otra vez, la iron¨ªa de Amaranto. -
Four Movements for Survival. Gij¨®n. La Colegiata. 23 de noviembre. Aranjuez (Madrid). La Nave de Cambaleo. Del 30 de noviembre al 2 de diciembre. Bilbao. La Fundici¨®n. 8 y 9 de diciembre. Santiago de Compostela. Sala Nasa. 13 y 14 de diciembre.
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