El hombre blanco es sospechoso
Nuevos esc¨¢ndalos han desatado recelo en ?frica - Gobiernos y ciudadanos temen un nuevo colonialismo de la mano de ONG
Estafas, tramas empresariales, falsos apadrinamientos, cuentas en para¨ªsos fiscales, abuso sexual, maltrato infantil, robo de ni?os... Y siempre la misma tapadera: la solidaridad. Este listado de delitos ha estado ligado en el ¨²ltimo a?o a algunas organizaciones no gubernamentales: Anesvad, Intervida, Arca de Zo¨¦ y Global Infantil.
"Modernos negreros, colonialismo humanitario", dicen los medios de Chad
sociedad Relato de los horrores de una ONG en Etiop¨ªa
"Algunos cooperantes viven en un mundo aparte. Nunca dejan su pa¨ªs"
"No basta con cumplir la legalidad. Debemos ser ejemplares"
"Pecamos de confiados. Ahora pediremos papeles y m¨¢s papeles"
Grupos de personas a los que su supuesto altruismo les otorgaba el car¨¢cter de intocables han acabado en la c¨¢rcel y otros esperan juicio tras largas investigaciones. Los ¨²ltimos casos han puesto en entredicho la imagen del resto de las ONG, no s¨®lo en los pa¨ªses donde se recauda el dinero. Los destinatarios de las ayudas ponen en duda lo que para algunos no es m¨¢s que una nueva forma de colonizaci¨®n que, bajo una actitud paternalista, impone los mismos modelos occidentales de siempre.
Las ONG lo saben y la mayor¨ªa opta por seguir modelos de conducta contrarios a esa arrogancia. La primera regla es que los trabajadores y voluntarios de la organizaci¨®n sean locales. "El 90% de los que trabajan en el sur son de all¨ª. El n¨²mero de expatriados es m¨ªnimo", se?ala Fran Equiza, director de cooperaci¨®n internacional de Intermon. Equiza explica que, aunque casos como el de Chad han ocasionado alguna furgoneta apedreada que otra, la situaci¨®n no es alarmante.
Pero este suceso ha cambiado la manera de percibir la solidaridad en este pa¨ªs, al menos en las ¨²ltimas semanas. El intento de la organizaci¨®n Arca de Zo¨¦ -rebautizada como Children Rescue- de trasladar hasta Francia a 103 ni?os desde la zona fronteriza con Sud¨¢n ha hecho que el Gobierno y muchos ciudadanos se hayan vuelto suspicaces.
Las manifestaciones de estudiantes en Yamena, con ataques y pedradas a expatriados, sugieren que el coste en t¨¦rminos de credibilidad es grande, y dif¨ªcil de recuperar. Las ONG y las agencias de la ONU que operan en las zonas m¨¢s cr¨ªticas de Chad tratan de restaurar la normalidad. Pero se han visto obligadas a esperar, a hacer autocr¨ªtica y a dar explicaciones. "A partir de ahora seremos m¨¢s cuidadosos al ayudar a las ONG que no conozcamos", dice Mariam Ndiaye, coordinadora de UNICEF en Chad. "Se acab¨® la buena fe", resume Annette Rehrl, portavoz de ACNUR en Abech¨¦.
El caso supondr¨¢, en distintos campos, un antes y un despu¨¦s. El gobierno de Jartum, que aprovecha cualquier contingencia para desviar la atenci¨®n del esc¨¢ndalo de Darfur, ha condenado la actuaci¨®n "c¨®mplice" de la ONU. Yamena ha paralizado durante semanas los viajes de cooperantes desde all¨ª a Abech¨¦. "Son colaboradores que trabajan aqu¨ª desde hace a?os", dice la portavoz de ACNUR, que ayuda a los refugiados del Este del pa¨ªs desde 2003. "Han estado bloqueados 12 o 14 d¨ªas y s¨®lo dan permisos para cuatro semanas. Es una consecuencia directa del caso; nunca se hab¨ªa visto".
El humanitarismo iluminado de Eric Breteau y sus colegas, detenidos cuando se dispon¨ªan a sacar a los menores, que en su gran mayor¨ªa ni eran hu¨¦rfanos ni estaban enfermos ni eran de Darfur -regi¨®n cuya legislaci¨®n proh¨ªbe la adopci¨®n- ha puesto sobre la mesa una realidad nueva: tambi¨¦n hay ONG piratas, que no respetan ni la legalidad ni los preceptos cl¨¢sicos de la protecci¨®n de ni?os.
Los medios chadianos han hablado de los "modernos negreros": traficantes de ni?os, vendedores de ¨®rganos, red de pedofilia, colonialismo humanitario, ni?os musulmanes en manos de familias cristianas... Los ep¨ªtetos m¨¢s audaces han agitado la xenofobia en una zona cr¨ªtica: en los campos de Chad hay 240.000 refugiados sudaneses y 180.000 desplazados chadianos; en el lado de Darfur malviven dos millones de desplazados sudaneses y 60.000 refugiados de Chad. Es el peor escenario del siglo XXI, y todos dependen absolutamente de la solidaridad exterior.
El peligro, dice Mariam Ndiaye, coordinadora de UNICEF en Chad, es que el miedo a que un caso similar se repita pueda ralentizar el trabajo en una zona donde la clave es la rapidez de reacci¨®n. "No creo que todo esto da?e nuestra imagen aqu¨ª, porque llevamos mucho tiempo y nos conocen, pero muchas ONG se ver¨¢n afectadas. Cambiar¨¢ la forma en que nos movemos con la gente y la manera en que vemos a nuestros socios", reflexiona Ndiaye.
Los recelos al hombre blanco que todo lo resuelve no son nuevos y forman parte de la historia de ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina. Desde el esp¨ªritu evangelizador de los primeros misioneros a la indulgencia impostada de algunas ONG, la ayuda a los pa¨ªses del tercer mundo ha estado basada en el precepto de ustedes tienen un problema.
"Hay que cambiar el chip. Hay que salir de ese etnocentrismo. El blanquito va siempre a ayudar, a decir lo que se debe hacer. Antes, los misioneros ten¨ªan que convencerles de que estaban en pecado y ahora, en ocasiones, se les trata de convencer de que necesitan lo mismo que nosotros", explica Jos¨¦ Carlos Garc¨ªa Fajardo, fundador de la ONG Solidarios. "Hay muchos aventureros con problemas psicol¨®gicos que se establecen en estos pa¨ªses y confunden la realidad con sus deseos. De ah¨ª vienen algunos de los problemas", a?ade.
Hay otros mensajes a¨²n m¨¢s da?inos, seg¨²n destacan los miembros de algunas ONG. La imagen del cooperante expatriado que se mueve en un todoterreno conducido por un ch¨®fer y come en los mejores restaurantes de la ciudad sin mezclarse jam¨¢s con el ind¨ªgena es para algunos un ejemplo de los malos h¨¢bitos que a veces se gastan quienes viajan a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo a ayudar.
"Es una asignatura pendiente", se?ala Fajardo, "nos hace falta descalzarnos, entender su forma de concebir el tiempo y sobre todo preguntar qu¨¦ es lo que ellos necesitan, c¨®mo podemos ser ¨²tiles. Las ONG se han convertido en un nicho de empleo para muchos y se ha olvidado el impulso altruista que inspir¨® a muchas organziaciones".
Blanca D¨ªez, de Mensajeros de la Paz, considera que ese esp¨ªritu no se ha perdido del todo. "Es verdad que casi todos vamos al principio con la idea de arreglar el mundo. Pero hasta que no llevas unos meses all¨ª no puedes hacer practicamente nada. Ese tiempo es vital para conocer otra realidad, otra cultura, integrarte en el pa¨ªs y ser realmente ¨²til. Lo importante es trabajar con ellos y no para ellos".
Las experiencias de Blanca como cooperante en Ben¨ªn hablan de alguna manera de ese tipo de cooperante que nunca deja de arrastrar su pa¨ªs de origen. "He visto a gente que hace una vida aparte de la sociedad de all¨ª. Pertenecen a grandes organzaciones, mandan a sus hijos al colegio franc¨¦s o al colegio ingl¨¦s, jam¨¢s han asistido a la fiesta de un africano".
Las noticias de los ¨²ltimos esc¨¢ndalos da?an a un sector en el que trabajan miles de profesionales, m¨¢s de 1.400 colaborando en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Gobierno. Los pr¨®ximos dos meses resolver¨¢n la pregunta de si los casos de Anesvad, Intervida, Global Infantil y Arca de Zo¨¦, han afectado realmente al resto de ONG. "Una buena parte de los recursos de las ONG, los que vienen directamente de los ciudadanos, salen de estos dos meses cercanos a las fiestas de navidad", comenta Jos¨¦ Mar¨ªa Medina, de la Coordinadora de ONG, que agrupa a unas 420 organizaciones. Seg¨²n Medina, el papel de las ONG en la resoluci¨®n de problemas es esencial hoy en d¨ªa, aunque est¨¢ de acuerdo con sus colegas en que, a veces, los modos no son los m¨¢s adecuados. "Ya no es s¨®lo cuesti¨®n de que algunos hayan actuado ilegalmente, es que yo creo que muchos piensan que el trabajo en estos pa¨ªses se gestiona s¨®lo con buena voluntad. Y no basta con eso. Es necesario contar con buenos profesionales, sean voluntarios o no. Y no basta con cumplir la legalidad. Debemos ser ejemplares", asegura Medina.
Los controles sobre la actividad de las ONG son puestos en entredicho cada vez que surge un nuevo esc¨¢ndalo. Los casos de Anesvad e Intervida, ambos investigados por apropiaci¨®n y desv¨ªo de millones de euros, mostraron que hay dos grupos de organizaciones. Las primeras son grandes organizaciones que han hecho de la transparencia una etiqueta pegada a su marca. Se someten a auditor¨ªas que hacen p¨²blicas, son miembros de la Coordinadora de ONG y se rigen por un c¨®digo de conducta com¨²n a todas.
"Hace diez a?os configuramos ese c¨®digo que contiene principios ¨¦ticos consensuados y asumidos de forma colectiva por las ONG, requisitos ligados a la propia autonom¨ªa institucional y a una actuaci¨®n siempre de acuerdo con la ley", se?ala Jos¨¦ Mar¨ªa Medina.
Ese c¨®digo pasa por trabajar con las organizaciones locales y los grupos que se van a beneficiar de la ayuda. Para ello, seg¨²n los principios de la Coordinadora, hay que promover los partenariados, es decir, la asociaci¨®n con otros grupos locales para no promover el paternalismo o la imposici¨®n de criterios desde el Norte. "Las actuaciones han de ir encaminadas a fomentar la construcci¨®n de tejido social local y en ning¨²n caso provocar¨¢n un deterioro del mismo, por lo que siempre deben vigilar que no se produzcan efectos secundarios en este sentido", asegura un informe de la Coordinadora.
Otro grupo de ONG, entre las que estaban Anesvad e Intervida, decidi¨® salirse de la Coordinadora cuando se firm¨® ese c¨®digo de conducta. Un tercer grupo sigue fuera de la Coordinadora porque su tama?o como organizaci¨®n es demasiado peque?o. "Para estar en la Coordinadora hay que pagar una cuota y no siempre pueden costear esos gastos. No todas las que est¨¢n fuera de esta red son sospechosas de malas pr¨¢cticas", recalca Medina.
Pese a todo, la imagen de las ONG en Espa?a sigue siendo buena. Las recientes encuestas y estudios (el Informe del CIS y de la Fundaci¨®n Carolina) confirman que la ciudadan¨ªa espa?ola valora a las ONG como una de las instituciones m¨¢s reconocidas y confiables.
La exigencia de los controles es directamente proporcional al n¨²mero de casos de corrupci¨®n investigados. Los recelos aumentan en ocasiones por la aparente normalidad que demostraban quienes luego han estado en la picota por sus malas pr¨¢cticas. ACNUR prest¨® en Chad a la organizaci¨®n Arca de Zo¨¦ una decena de tiendas de campa?a. En ellas dorm¨ªan los ni?os que la ONG iba trayendo, desde 17 pueblos fronterizos con Sud¨¢n, en un peque?o avi¨®n tripulado por el piloto belga Jacques Wilmart, acusado de complicidad y hoy ya en B¨¦lgica en libertad provisional. La portavoz de ACNUR en Abech¨¦, Annette Rehrl, todav¨ªa no se lo explica: "Pecamos de confiados. Supongo que ahora se acabar¨¢ todo eso. Ahora pediremos papeles y m¨¢s papeles. Quiz¨¢ esa es la ense?anza m¨¢s dolorosa de todo esto".
CASOS RECIENTES
- ANESVAD
Su presidente fue acusado
de apropiaci¨®n indebida
y encarcelado. En estos momentos se encuentra en libertad bajo fianza.
- INTERVIDA
Una estafa millonaria. Eso es lo que considera la fiscal¨ªa que cometi¨® la ONG Intervida a trav¨¦s de un entramado de empresas y asociaciones, que desde 1999 hasta la actualidad han desviado un total de 193,7 millones de euros procedentes de las aportaciones realizadas para el apadrinamiento internacional de ni?os a bancos y sociedades en Am¨¦rica Latina.
- EL ARCA DE ZO?
Un avi¨®n fletado por esta ONG pretend¨ªa evacuar a Francia 103 supuestos hu¨¦rfanos de la guerra de la regi¨®n sudanesa de Darfur. Al final no hab¨ªa nada de eso. Los ni?os no eran de all¨ª, no eran hu¨¦rfanos y los miembros de la ONG los disfrazaban para que parecieran heridos de guerra.
- GLOBAL INFANTIL
Esta ONG con sede en en Addis Abeba y dirigida por un catal¨¢n est¨¢ acusada de abusar y maltratar a ni?os et¨ªopes con duros castigos f¨ªsicos.
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