El gustoso Par¨ªs multirracial
Pistas ¨¢rabes, orientales y africanas para recorrer la capital francesa
Par¨ªs es una de esas ciudades a las que cualquiera con un fin de semana libre, y algo de dinero en los bolsillos, piensa en escaparse. Todas las excusas valen. Alej¨¢ndonos de los emblemas tur¨ªsticos m¨¢s conocidos, podemos dejarnos tentar por la Ciudad de la Luz para asistir a un concierto, ver un moderno edificio o simplemente pasearnos por sus calles. Ir a ver el Mus¨¦e du Quai Branly -metro Alma-Marceau-, la ¨²ltima creaci¨®n de Jean Nouvel, arquitecto encargado de la ampliaci¨®n del Museo Nacional de Arte Reina Sof¨ªa de Madrid y de la Torre Agbar de Barcelona, es pretexto m¨¢s que suficiente. Antes de entrar, podemos disfrutar observando una de las paredes del museo, un espectacular jard¨ªn bot¨¢nico vertical obra de Patrick Blanc, y luego pasearnos por las salas de este edificio, de 40.000 metros cuadrados, que alberga miles de piezas de arte primitivo procedentes de ?frica, Asia y Ocean¨ªa.
Y as¨ª, desde el Quai Branly, estamos inmersos en la tan tra¨ªda y llevada alianza de civilizaciones, presente en Par¨ªs en todas sus esquinas. Y con esa idea nos dirigimos al metro para ir a la Gran Mezquita -a la parada Jussieu o Cardinal Lemoine-. Situada en el quinto arrondissement de Par¨ªs, en la rive gauche a orillas del Sena, es el barrio m¨¢s antiguo de la ciudad y abarca gran parte del Barrio Latino. Antes de llegar, un consistente desayuno en el bar Breakfast in America, llamado as¨ª en claro homenaje al disco de Supertramp. Un curioso local con el encanto de lo retro, situado en la Rue des ?coles, donde podr¨¢s disfrutar de los pancakes, el beicon frito y todo el caf¨¦ filtrado que quieras a cualquier hora.
Con energ¨ªas suficientes para continuar en marcha hasta la noche, andamos en direcci¨®n a otro edificio de Jean Nouvel, quien, junto a los arquitectos Gilbert Lez¨¨nes, Pierre Soria y el Architecture Studio, tambi¨¦n en este barrio ha dejado su impronta. En 1987, este equipo hizo una interpretaci¨®n a trav¨¦s de materiales modernos de las caracter¨ªsticas de la arquitectura ¨¢rabe en el edificio del Institut du Monde Arabe. El patio recuerda el interior de las casas mediterr¨¢neas. A trav¨¦s de las ventanas, con la tradicional forma de estrella, se tamiza la luz gracias a unas c¨¦lulas fotoel¨¦ctricas que parecen rememorar los atardeceres en Al Andalus, estableciendo un di¨¢logo perfecto entre el viejo y el nuevo Par¨ªs, cuya vista puede apreciarse desde la terraza, a 25 metros de altura.
A pocos metros se encuentra la Mezquita, edificada en 1926 por los arquitectos Heub¨¨s, Fournez, Mantout y Tranchant de Lunel. El primer centro de culto musulm¨¢n se construy¨® en Par¨ªs tras finalizar la I Guerra Mundial, como homenaje a los cientos de miles de soldados musulmanes muertos durante el conflicto. Decorado por artesanos marroqu¨ªes en un estilo hispano-¨¢rabe, los edificios que la conforman se organizan alrededor de peque?as tiendas y de bellos jardines.
Herencia romana
En este complejo, adem¨¢s de disfrutar de las vistas de la fachada de la mezquita, del minarete de 33 metros de altura, podemos tomarnos un caf¨¦ o un t¨¦ a la menta mientras los gorriones vuelan a nuestro alrededor a su antojo, o deleitarnos con un ba?o en el hammam, decorado con mosaicos tradicionales.
Tras esta segunda parada, y siguiendo inmersos en la interculturalidad parisina, a escasos metros nos encontramos con las Ar¨¨nes de Lut¨¨ce, en la calle Monge. Alejados de los espect¨¢culos de fieras, gladiadores y m¨¢rtires cristianos que justificaron su construcci¨®n, estos vestigios galo-romanos conforman en la actualidad un agradable jard¨ªn donde van a jugar los ni?os de la zona, o a hacer pic-nic. Descubiertas en 1869, estas ruinas romanas fueron objeto de excavaciones y restauraciones minuciosas, devolviendo a la ciudad el anfiteatro y los jardines que lo rodean, testimoniando la fuerza que ten¨ªan los romanos en la antigua colonia de Lut¨¨ce, la actual Par¨ªs.
Y pasando de la historia antigua a una parte de lo que configura la moderna, de nuevo en el metro nos dirigimos al templo de las fashion victims por excelencia, la Boutique de Colette -parada Tuileries-. Est¨¢ situada entre la plaza del Palacio Real y la plaza Vend?me y a pocos metros del Louvre, en la calle Saint Honor¨¦. Una de las mejores tiendas multimarca de moda, o para ser m¨¢s exactos, de lifestyle en general, del mundo. En este local, las naciones unidas del mundo de la moda, se re¨²nen los m¨¢s exclusivos dise?os en una amplia selecci¨®n de calzado, ropa y accesorios femeninos y masculinos m¨¢s especiales del momento, donde todo acaba convertido en tendencia.
Esta zona del Louvre fue la elegida por la corte de Luis XV para instalarse a finales del siglo XVIII. Par¨ªs se abri¨® en ese momento hacia el norte, y el barrio se convirti¨® en fashionable al poblarse con las nuevas ¨¦lites burguesas y capitalistas. Los antiguos paseos campestres se transformaron en grandes bulevares y zonas de negocios durante el siglo XIX y hasta la actualidad.
Fue en esa ¨¦poca cuando se fund¨® la ?pera Garnier, en la plaza de la ?pera. Tras escapar de un atentado a la salida de la antigua ¨®pera, Napole¨®n III decidi¨® en 1858 la edificaci¨®n de una nueva en un lugar seguro y con espacios libres para la vigilancia. Construida por Charles Garnier en 1874, su estilo oscila entre el barroco y el neorrenacimiento, aunque en 1964 todav¨ªa se hicieron modificaciones; Malraux hizo recubrir por Chagall el techo de la sala donde act¨²an los artistas.
Enfrente, el Gran Hotel, construido en 1867 para la Exposici¨®n Universal, al mismo tiempo que la fachada de la ¨®pera. La edificaci¨®n de ese monumento insignia del Segundo Imperio permiti¨® establecer el trazado definitivo de las nuevas v¨ªas, que transformaron el barrio en nuevo centro de negocios. Bancos, imprentas, peri¨®dicos... edificados con modernos materiales y tiendas de lujo, caf¨¦s y teatros.
El barrio del Olympia
Pero antes de seguir nuestro camino, entre el Louvre y la Op¨¦ra podemos detenernos a comer algo en el barrio japon¨¦s de Par¨ªs, Little Tokio. En la Rue Sainte-Anne principalmente, pero tambi¨¦n en las calles adyacentes, podemos encontrar un peluquero japon¨¦s, una librer¨ªa especializada, pasteler¨ªas o, incluso, una agencia de viajes japonesa. Pero sobre todo podemos disfrutar de los mejores yakitoris, sushis y makis tradicionales en los numerosos restaurantes japoneses. Si tenemos algo de tiempo, podemos pasearnos por las calles de este barrio pluri¨¦tnico donde se juntan las comunidades magreb¨ª, africana, portuguesa, yugoslava y china, entre otras, alrededor del mercado en peque?as tiendas de telas y especias.
Desde Sainte Anne nos dirigimos al Boulevard des Capucines, donde se encuentra el Olympia, fundado en 1888 por Jos¨¦ Oller, el music-hall m¨¢s viejo de Par¨ªs es f¨¢cilmente reconocible por sus carteles rojos gigantes sobre la fachada. En 1992, la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale, propietaria del edificio, anunci¨® un proyecto inmobiliario que condenaba la antigua sala a su desaparici¨®n. Gracias a la tenaz movilizaci¨®n de los ciudadanos, el banco modific¨® su proyecto y la sala ha sido reconstruida, id¨¦ntica, pero con mejores prestaciones t¨¦cnicas.
Carmen Domingo (Barcelona, 1970) es autora de Coser y cantar (Lumen, 2007) y Nosotras tambi¨¦n hicimos la guerra (Flor del Viento, 2006).
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- Prefijo telef¨®nico: 0033.- Oficina de turismo de Par¨ªs (www.parisinfo.com; 892 68 30 00).- Maison de la France en Espa?a (www.franceguide.com; 807 11 71 81).Visitas- Institute du Monde Arabe (140 51 38 38; www.imarabe.org). Rue des Foss¨¦s-Saint-Bernard, 1. De martes a domingo, de 10.00 a 18.00, 7 euros.- Museo del Quai Branly (www.quaibranly.fr; 156 61 70 00). Quai Branly, 37. De 11.00 a 19.00; jueves viernes y s¨¢bado hasta las 21.00. Cierra los lunes. 8,50 euros.Otras direcciones- Breakfast in America (143 54 50 28). Rue des ?coles, 17.- Le Grand Hotel (140 07 32 32; llamada gratuita en Espa?a, 900 98 31 77). Rue Scribe, 2. Doble, desde 344.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.