Un sill¨ªn a martillazos
Bahamontes gan¨® el primer Tour espa?ol ech¨¢ndose agua en los pies, con una bici de 12 kilos y, como Indurain, sin pinganillo
En la Espa?a del 59, triunfaban Los Machucambos, los tecn¨®cratas del Opus Dei iniciaban el Plan de Estabilizaci¨®n y el presidente de EE UU, Dwight Eisenhower, visitaba Espa?a rompiendo el bloqueo al franquismo. Por aquel entonces, Federico Mart¨ªn Bahamontes, el ?guila de Toledo, ganaba su primer Tour, el primero de un espa?ol, apenas siete a?os despu¨¦s de que concluyera en Espa?a el plan de racionamiento de alimentos. Bahamontes recuerda su gloria a menudo, requerido a poco que el ciclismo espa?ol triunfe o se convulsione. Desde entonces al primer Tour de Indurain, en 1991, ya en la Espa?a democr¨¢tica, llovi¨® mucho y el ciclismo evolucion¨® a velocidad de v¨¦rtigo. Bahamontes repasa cada una de las diferencias (t¨¦cnicas, m¨¦dicas, econ¨®micas, medi¨¢ticas, etc.), pero al final pone especial ¨¦nfasis en un asunto para ¨¦l definitivo: "Las carreteras de ahora no son las de antes. Recuerdo por ejemplo la subida a Arrate. Antes era todo un camino de tierra y, claro, la bici pesaba el doble. Ahora est¨¢ asfaltado y se sube de otra manera".
Indurain, con cinco Tours a sus espaldas, no est¨¢ tan de acuerdo: "En los puertos m¨ªticos, las carreteras siguen siendo muy parecidas".
A Bahamontes e Indurain tampoco les separan cientos de kil¨®metros. "Recuerdo haber corrido etapas de 355 kil¨®metros con un plato de arroz, dos huevos fritos y un bistec. Y s¨®lo un avituallamiento en toda la etapa", dice Bahamontes. "Pero yo tambi¨¦n he corrido en Bruselas una etapa de 340 kil¨®metros, aunque en otras condiciones. El asunto es que hoy en d¨ªa los medios de comunicaci¨®n no soportan etapas tan largas, que no aguantan una retransmisi¨®n televisiva, y se reclaman carreras m¨¢s vivaces, m¨¢s ¨¢giles, que necesariamente pasan por etapas m¨¢s cortas", se?ala Indurain.
Todo lo dem¨¢s explica y dibuja el tremendo recorrido entre un ciclismo y otro. Bahamontes lleg¨® al ciclismo tras trabajar en el mercado de abastos y compr¨® "con el estraperlo" una bicicleta que luego alquilaban "para sacar unas perrillas". La bicicleta con la que gan¨® el Tour de 1959 pesaba 12,700 kg [ahora pesan siete], "ten¨ªa cinco marchas, y no diez como ahora, y un desarrollo 52-13 con el que no pod¨ªa tirar". "Indudablemente las de ahora est¨¢n a a?os luz", afirma Indurain. "De todas formas, poco despu¨¦s Eddy Merckx ya corr¨ªa con los materiales de ahora y el l¨ªmite de peso impuesto por las autoridades ciclistas ha igualado un poco la situaci¨®n. Lo cierto es que aquella gente, como Bahamontes y compa?¨ªa, andaban much¨ªsimo en una situaci¨®n que era igual para todos porque la tecnolog¨ªa no se hab¨ªa desarrollado en ning¨²n sitio".
Los cambios, sin embargo, no s¨®lo afectan al desarrollo o peso de las bicicletas. "Nosotros corr¨ªamos un Tour con dos maillots y dos culottes que hab¨ªa que lavar permanentemente", recuerda Bahamontes. "Si el sill¨ªn no te iba bien lo arreglabas a martillazos, cuando ahora hay sillines a medida para cada ciclista. Y las zapatillas igual. Ten¨ªas que echarte agua en los pies para que no te ardieran e incluso recortar la zona en la que sobresal¨ªa el juanete. Parece incre¨ªble, ?verdad?".
Casi medio siglo de distancia separan las valoraciones, pesimistas u optimistas, del ciclismo espa?ol. "Ahora suben en plato grande. Yo he llegado a pensar que no saben cambiar, que no hay aprendizaje, son como esos conductores que salen en quinta velocidad y cuando hace falta un poco m¨¢s ya no les quedan marchas", afirma con acritud Bahamontes. "La verdad del ciclismo no est¨¢ ni en lo m¨ªo ni en lo de ahora. Porque, d¨ªgame usted cinco ciclistas espa?oles capaces de ganar el Tour. Tanto no ha evolucionado en ese sentido. En los tiempos modernos gana la monta?a cualquier bombero. La monta?a del Tour la ha ganado dos veces Jalabert, que no estaba hecho para eso. Es un premio que se ha desvalorizado". Indurain tiene otro razonamiento: "Se necesitan carreras m¨¢s explosivas, m¨¢s cortas, m¨¢s intensas. Ahora tenemos ciclistas de calidad como nunca hemos tenido: buenos sprinters como Freire, ciclistas como Valverde o Samuel S¨¢nchez que valen para todo, gente que trabaja para el equipo... El nivel es el mejor en muchos a?os".
Algo les une en este desarrollo tecnol¨®gico: ni uno ni otro ha usado el pinganillo. Cuando Bahamontes, no exist¨ªa, e Indurain lo vivi¨® en su ¨²ltimo a?o. "Pero no lo us¨¦ demasiado. Lo cierto es que el pinganillo es bueno para advertir la situaci¨®n de la carrera (ca¨ªdas, escapadas, etc), pero resta espontaneidad y le evita al corredor tomar decisiones inmediatas. Eso afecta al espect¨¢culo", dice el navarro.
El pinganillo, eso s¨ª, le hubiera salvado a Bahamontes de una situaci¨®n comprometida: "Una enfermera se empe?¨® en que le firmara en la liga y claro, no me pod¨ªa negar... ?Dieron la salida y no me enter¨¦!".
El pentacampe¨®n del Tour
- Miguel Indurain naci¨® en Villava (Navarra) el 16 de julio de 1964.
- Gan¨® el primer Tour de Francia en 1991 y repiti¨® triunfos en 1992, 1993, 1994
y 1995.
- Se impuso en el Giro
de Italia en 1992 y 1993
y fue oro ol¨ªmpico en la prueba de contrarreloj
en 1996.
- Campe¨®n del mundo contrarreloj y plata en fondo en carretera en 1995.
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