De la nada a la cima
Espa?a se ha convertido en una superpotencia deportiva impulsada por algunos pioneros ejemplares
En 1966, sólo uno de cada 250 espa?oles estudiaba en la Universidad y la televisión comenzaba a extenderse en su primer decenio de vida. Espa?a abría con timidez los ojos al mundo mientras el Madrid celebraba Copas de Europa en fútbol y baloncesto. Pero, más allá de las gestas de Di Stéfano o de los chicos de Pedro Ferrándiz, la Espa?a deportiva era terreno de pioneros que se jugaban la cartera para echarse un triunfo a la boca. Gente como Manolo Santana, aquel recogepelotas que pasó a liderar la clasificación mundial de tenistas en 1966 con su triunfo en Wimbledon. El chico que nunca llegó a ser jugador profesional fue el espejo en el que se miraron otros aventureros. Si el madrile?o simbolizó el éxito virginal de los a?os 60, ?ngel Nieto fue la figura de los 70 y Severiano Ballesteros lanzó al deporte espa?ol a la modernidad en los 80. Su testigo lo recogió Miguel Indurain, un ciclón en la última década del siglo XX, y en la actualidad Fernando Alonso, símbolo de la tecnología punta de la fórmula uno. También las mujeres han tenido un ascenso extraordinario desde un oasis: Arantxa, Conchita, Marta Domínguez, Elena Gómez, Gemma Mengual...
Ante Santana, Nieto y Ballesteros, los tenistas, motociclistas y golfistas actuales viven rodeados de cámaras, viajes por todo el mundo, hoteles de lujo y los últimos avances. Las mismas comodidades que Bahamontes y Emilio de Villota hubiesen envidiado a Indurain y Alonso. El salto del deporte espa?ol ha ido en paralelo al de la sociedad espa?ola, inmersa ahora en descargas de Internet. Y la generación espontánea de figuras deportivas ha dado paso a un semillero único hasta ahora. Gasol, Alonso, Nadal, Lorenzo, Contador, Cesc -el futbolista espa?ol más impactanete en el extranjero desde el viaje de Luis Suárez a Milán en los sesenta-... Nunca antes en la historia el deporte espa?ol había tenido tal colección de figuras, tipos jóvenes dispuestos a comerse el mundo y que han derribado fronteras como la NBA, las Ligas extranjeros y la F-1. Espa?a moja en casi todas las disciplinas. Ya no hay gente olvidada, sino medios dedicados de manera monotemática al deporte.
Nieto viajaba en una furgoneta y había días que apenas comía mientras se jugaba la vida sobre dos ruedas. Treinta a?os después, una corte sigue a Jorge Lorenzo para secarle el sudor. Seis personas acompa?aban a Villota en sus carreras. Más de 1.000 rodean a Alonso. Los bólidos ya no valen dos millones de pesetas, sino dos millones de euros.
Impulsada por el plan ADO, Espa?a dio el estirón en Barcelona 92 y 15 a?os después, a las puertas de Pekín, la delegación espa?ola afina para superar las 22 medallas de aquel verano.
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