Compa?era Emma
Se dice tontamente que detr¨¢s de cada gran hombre hay siempre una gran mujer a la sombra. No tiene por qu¨¦ ser as¨ª. En sonadas ocasiones ha habido grandes hombres a pesar de... Fernando Fern¨¢n-G¨®mez ha sido afortunado: en los ¨²ltimos casi cuarenta a?os de su vida estuvo junto a una mujer generosa, vivaz, inteligente, culta y divertida, que le acompa?¨® feliz en todo momento, y que quiz¨¢ tambi¨¦n le soport¨® en las circunstancias ingratas. Emma Cohen, que hab¨ªa aterrizado en el cine espa?ol tras sus aventuras en el Mayo Franc¨¦s, donde tiraba piedras a los guardias, sigue conservando la misma alegr¨ªa de vivir. Intervino en aquellos a?os en no pocas pel¨ªculas espa?olas y programas de televisi¨®n: alta comedia, cine de terror, de humor, cintas p¨ªcaras o infantiles... lo que se hac¨ªa entonces.
Cuando Fernando y ella coincidieron en una pel¨ªcula, quiz¨¢ Pierna creciente, falda menguante, Emma era tambi¨¦n escritora, quer¨ªa dirigir pel¨ªculas y cambiar el mundo. Estaba sola y no quer¨ªa estar sola, tal como el propio Fernando escribi¨®, a?or¨¢ndola en un momento -breve- en que ambos estuvieron separados. Una pausa. Continuaba Fern¨¢n-G¨®mez: "Llen¨® la casa de risas, de bromas, de juegos, de amigos. Cuanto ella pod¨ªa tener de hospitalario, me lo entreg¨®, procurando, con su gran instinto, resta?ar viejas heridas y, con minuciosa delicadeza, no abrir ninguna nueva". No deb¨ªa ser f¨¢cil, seguramente nunca lo es convivir con un genio. Pero pasaron y pasaron los a?os, y Emma continuaba a su lado, alegre y combativa, atenta a cuanto el gran Fernando pudiera necesitar. Comparti¨® con ¨¦l algunas penas que luego se transformaron en grandes regocijos, como fue sin duda el largo aplazamiento del estreno de Las bicicletas son para el verano, la mejor obra teatral de Fernando, y su posterior triunfo. Escribi¨® junto a ¨¦l algunos de sus buenos guiones -la serie para televisi¨®n El p¨ªcaro-, le dirigi¨® en algunos de sus cortos -La plaza, Quer¨ªa dormir en paz...-, y posiblemente le hac¨ªa leer en primer lugar sus novelas, Toda la casa era una ventana, Alba, reina de las avispas, Loca magnolia...
La generosidad de Emma Cohen admiraba a cuantos visitaban a don Fernando. Y el exquisito tacto que despleg¨® cada vez que debi¨® anunciar a su compa?ero la muerte de alg¨²n amigo cercano: la Ponte, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Eduardo Haro, Pablo del Amo, Pedro Beltr¨¢n... En cada ocasi¨®n, Emma supo desplegar su mejor hacer para no despertar en su c¨®nyuge angustia ni pena. Fernando posaba en ella su confianza, y Emma Cohen, mujer admirable, ha estado a su vera hasta el ¨²ltimo instante, con la entrega y el amor de siempre. Un abrazo.Pasaron los a?os, y ella continuaba a su lado, alegre y combativa
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