La m¨²sica por dentro
Afirma Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez que Cien a?os de soledad no es m¨¢s que un vallenato de 350 p¨¢ginas. Hay quienes interpretan esta frase como una boutade del creador de Macondo; otros piensan que es una manera de propagar el folclore de su tierra. Pero quienes han estudiado la m¨²sica vallenata y sus semejanzas con el mester de juglar¨ªa europeo saben que el tono narrativo de Cien a?os de soledad es, precisamente, trovadoresco.
All¨ª se cuentan historias y sucesos con la misma naturalidad con que las relataban los juglares provenzales en la Edad Media o los del Caribe colombiano en los ¨²ltimos dos siglos. En el mester vallenato abundan las casas construidas en el aire, los viejos generales que lloran como ni?os por el amor de muchachas adolescentes, los reyes montaraces que coronan diosas, los manantiales que brotan para ba?ar doncellas, los contrabandistas que cubren de perlas a sus amantes... Son la misma materia prima y el mismo tono que utiliza Garc¨ªa M¨¢rquez para moldear su obra. Si el vallenato se bailara -y los c¨¢nones del g¨¦nero mandan que no se baile, pues es m¨²sica inventada para relatar y escuchar historias- Cien a?os de soledad ser¨ªa una novela bailable.
Si el vallenato se bailara, 'Cien a?os de soledad' ser¨ªa una novela bailable
Como en las endechas de trovador y los cantos vallenatos, en Cien a?os el autor se menciona a s¨ª mismo. La tradici¨®n de incluir el nombre del autor en alg¨²n punto de su obra fue creada por los cantores errabundos de Provenza y la copiaron los de Valledupar y alrededores. Lo hace tambi¨¦n Garc¨ªa M¨¢rquez cuando ¨¦l mismo asoma en su novela rodeado de amigos, uno de los cuales, miren ustedes, es el compositor vallenato Rafael Escalona.
Cien a?os de soledad no es el ¨²nico caso colombiano en el que la m¨²sica ejerce poderosa influencia en la creaci¨®n literaria. Curiosamente, los sones tropicales, alegres y bullangueros han inspirado m¨¢s a los novelistas colombianos que los aires melanc¨®licos andinos, pese a que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n habita en las tierras altas. Seis a?os despu¨¦s de la cr¨®nica juglaresca de Macondo, Manuel Mej¨ªa Vallejo (1923-1998), premio Nadal 1968 y premio R¨®mulo Gallegos 1989, escribi¨® Aire de tango, una novela que gira en torno a Carlos Gardel. El zorzal criollo viaj¨® en 1935 a Medell¨ªn, ciudad que disputa con Buenos Aires el amor por el tango, y all¨ª encontr¨® la muerte en un accidente a¨¦reo. En su obra, Mej¨ªa Vallejo se aventura por las comarcas de la mitolog¨ªa popular, y lo hace con ecos de bandone¨®n.
Si hay entre los narradores colombianos del ¨²ltimo medio siglo un autor de culto, ¨¦se es Andr¨¦s Caicedo, t¨ªmido y talentoso cale?o que sosten¨ªa que era "una estupidez vivir despu¨¦s de los 25 a?os" y a esa edad se suicid¨®. En ?Que viva la m¨²sica! (1975) Caicedo realiza un viaje por el mundo marginal del rock y la salsa en Cali, una ciudad situada cerca del mar Pac¨ªfico pero que vive intensamente la m¨²sica caribe. Son historias juveniles de desencanto, droga y b¨²squeda (in¨²til) del sentido de la vida. La noche sals¨®mana y rockera tambi¨¦n experimenta un descenso a los infiernos en la novela ganadora del Premio Plaza & Jan¨¦s 1982, Conciertos del desconcierto (1981), de Manuel Giraldo. Contempor¨¢neo de Caicedo, Giraldo explora las ra¨ªces cuasirreligiosas de la m¨²sica que vivieron los j¨®venes de los a?os setenta.
El son y la guaracha ocupan lugar m¨¢s alegre, aunque no menos propenso al delirio, en los cuentos de Bomba camar¨¢ (1973) y la cr¨®nica novelesca Celia Cruz, Reina Rumba (1981), de Umberto Valverde, otro cale?o que hoy tiene 60 a?os. Seg¨²n Guillermo Cabrera Infante, Valverde es "un leviat¨¢n que lleva m¨²sica adentro".
Garc¨ªa M¨¢rquez y Mej¨ªa Vallejo -ambos nacidos en los a?os veinte- se interesan por la capacidad m¨ªtica y po¨¦tica de la m¨²sica. A diferencia de ellos, los narradores de generaciones posteriores buscan en la m¨²sica las ra¨ªces de la marginalidad social y la contracultura juvenil. A¨²n hay otro caso memorable de influencia musical en Colombia, y es el del venerado y venerable Le¨®n de Greiff (1895-1976), que construy¨® una obra po¨¦tica donde se escuchan los ritmos y estructuras de los compositores cl¨¢sicos: nada de Compay Segundo; puro compay Mozart.
Daniel Samper es periodista y escritor, autor de Mar¨ªa del alma, biograf¨ªa novelada de Agust¨ªn Lara.
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