Pasi¨®n desbordada por el Boss

La pasi¨®n de sus seguidores es la aut¨¦ntica fuerza motriz de esa enorme industria de canciones y sentimientos que es el rock. Y miles de muestras de esa afici¨®n vehemente se pudieron ver ayer en las horas previas al concierto que Bruce Springsteen ofreci¨® anoche en el pabell¨®n 4 del Bilbao Exhibition Centre (BEC) baracald¨¦s, apenas 24 horas despu¨¦s de haber actuado en Madrid.

Los primeros aficionados se hab¨ªan apostado a la puerta del pabell¨®n ya antes de las once de la noche del pasado domingo, y 12 horas despu¨¦s ya contaban casi con un centenar de acompa?antes, muchos de ellos somnolientos o cubiertos con mantas para intentar resguardarse del fr¨ªo. El p¨²blico llegaba de forma progresiva, se escuchaba a grupos hablar en franc¨¦s y en catal¨¢n, y los m¨¢s madrugadores se organizaron por medio de un sistema de listas que les permit¨ªa ausentarse durante varios momentos de las cuatro colas existentes, siempre que acudieran a fichar a unas horas determinadas.

"He visto a Bruce Springsteen a 30 metros y no es el mismo concierto"

"As¨ª se evita que haya gente que se apunte el d¨ªa anterior y diga: 'Hala, ahora me voy a casa a dormir 10 horas y luego vengo", explicaba Jon Andoni Acha a las 11.00 de ayer. En su mano luc¨ªa la inscripci¨®n "S. A.", que acreditaba a rotulador que ¨¦l ten¨ªa reservada la quinta posici¨®n en la fila A. Una pr¨¢ctica habitual en los conciertos que mueven grandes multitudes.

Faltaban diez horas para que el Boss saliese a escena y el joven bilba¨ªno hab¨ªa llegado seis antes para estar en primera fila. "He visto a Bruce Springsteen a 30 metros y no es el mismo concierto", se?alaba Acha. La de ayer fue la s¨¦ptima vez que vio al cantante estadounidense y hacerse con la entrada tambi¨¦n le hab¨ªa obligado en su d¨ªa a pasar la noche al raso.

Parecido fervor destilaba el valenciano Jorge Fern¨¢ndez, quien lleg¨® al BEC a las seis de la madrugada. No pudo hacerlo antes, ya que la noche del domingo estuvo en el Palacio de los Deportes de Madrid, primera escala de la gira europea de Springsteen. Se desplaz¨® en coche, de noche, y "la pasi¨®n" era la excusa que esgrim¨ªa para tanto sacrificio, abrigado por una cazadora comprada en el puesto de merchandising del tour actual de su ¨ªdolo, donde al inicio del concierto de ayer se pod¨ªan comprar camisetas a 30 euros o pa?uelos a 15.

Por descontado, no estaba dispuesto a vender su pase a ning¨²n precio razonable. "?Mil euros? No, qu¨¦ va, ni de co?a. ?El viaje, la comida y el hotel ya me van a costar m¨¢s!", exclamaba al tiempo que ped¨ªa una Harley Davidson a cambio.

Sergi, adolescente que se hab¨ªa levantado a las 5.00 en Barcelona, hab¨ªa tomado un avi¨®n por 60 euros y ya guardaba cola en el BEC a las 10.00, aseguraba que ¨¦l s¨®lo cambiar¨ªa su entrada "por conocer a Bruce o cosas as¨ª, no por dinero". En su caso, ?por qu¨¦ hac¨ªa tanto esfuerzo? "Por pasi¨®n", repet¨ªa.

Las puertas del pabell¨®n se abrieron a las 19.00 para el primer centenar de aficionados que llevaban horas esperando. Cerca de media hora despu¨¦s lleg¨® el turno a los dem¨¢s, cuando una serpenteante cola sumaba ya varios miles de personas. A partir de ah¨ª, lleg¨® el momento de disfrutar con pelnitud de su ¨ªdolo.