Primera movida
El Museo Patio Herreriano de Valladolid expone los documentos de tres d¨¦cadas de la galer¨ªa de arte madrile?a Buades, donde convivieron figurativos, conceptuales y abstractos.
Los setenta en el arte espa?ol visitan un s¨®tano de una calle de Madrid. Es un territorio de encuentros de artistas, cr¨ªticos, m¨²sicos, poetas, galeristas, un lugar underground de la modernidad, por el que circulan amistades festivas, corrientes art¨ªsticas, una dictadura, una crisis econ¨®mica y una transici¨®n democr¨¢tica. Un tiempo donde Federico Jim¨¦nez Losantos y Juan Manuel Bonet eran de extrema izquierda.
El Museo Patio Herreriano de Valladolid (www.museopatioherreriano.org, hasta el 24 de febrero) dedica cinco salas a la trayectoria art¨ªstica y vital de la galer¨ªa Buades, con motivo de la donaci¨®n de su archivo, que incluye maquetas originales de los cat¨¢logos realizadas por los artistas, cat¨¢logos, cartas, fotograf¨ªas, rese?as y cr¨ªticas, publicaciones y ediciones paralelas, m¨²ltiples y libros de artistas, revistas (Humo, Buades, Artefacto, Trama), reportajes de TVE realizados por Paloma Chamorro, pel¨ªculas y fotograf¨ªas. Se completa con una serie de pinturas, dibujos y esculturas de artistas de la figuraci¨®n madrile?a (P¨¦rez Villalta, Alcolea, Franco, Cobo, Quejido, P¨¦rez-M¨ªnguez, Molero, Aguirre), la nueva abstracci¨®n (Broto, Grau, Salinas, Tena) y los conceptuales (Coraz¨®n, Muntadas, Criado, Muro). Se incorporan piezas de la Colecci¨®n Arte Contempor¨¢neo de ese tiempo que est¨¢ cedida al museo. Un panorama que prepara el estallido de la movida madrile?a de los ochenta, al conocer los setenta la primera exposici¨®n de Andy Warhol, los cortos de Pedro Almod¨®var, la m¨²sica de Radio Futura, las fotos de Alberto Garc¨ªa-Alix y los c¨®mics de Ceesepe.
La exposici¨®n narra la singularidad de un espacio de encuentro de diversas tendencias, con una apuesta arriesgada por pintores y escultores casi desconocidos
"Desde un principio nos propusimos ense?ar lo que era interesante sin ser fundamentalistas de nada", recuerda Mercedes Buades
La exposici¨®n Galer¨ªa Buades, 19732003, treinta a?os de arte contempor¨¢neo y tantas cosas m¨¢s, preparada por los fundadores de la galer¨ªa, Mercedes Buades (Palma de Mallorca, 1948) y Chiqui Abril (Granada, 1950), narra la singularidad de un espacio de encuentro de diversas tendencias art¨ªsticas y un nuevo estilo de presentar las exposiciones, con una apuesta arriesgada por pintores y escultores casi desconocidos, en un desierto de mercado y coleccionistas. Adem¨¢s de las muestras se realizaban coloquios con artistas y cr¨ªticos, pase de pel¨ªculas en s¨²per 8 y 16 mil¨ªmetros de Bigas Luna, Almod¨®var, Artero, Criado, Muntadas, Cobo, Calabuig; presentaciones de revistas como Diwan, Trama, Comercial de la Pintura, Urbanismo, sesiones sobre la Documenta de Kassel y una presencia singular de la arquitectura, la m¨²sica y la fotograf¨ªa.
"Tuve claro desde un principio que no quer¨ªamos especializarnos y nos propusimos ense?ar lo que era interesante sin ser fundamentalistas de nada", recuerda Mercedes (Ita) Buades, que, con su pareja, Chiqui Abril, abre la galer¨ªa en el patio de Claudio Coello, 43 con el apoyo financiero de su familia y del empresario Pedro Serra. "Ahora es un momento muy melanc¨®lico porque es un repaso a tu vida ya cerrada, pero mantengo el mismo esp¨ªritu de disfrutar y un enorme inter¨¦s por el arte. Hoy las galer¨ªas son un negocio puro y duro, incluso aparecen glamourosas, que no tienen nada que ver con los comienzos de los setenta, sin ning¨²n prestigio social y con angustias econ¨®micas. En ese momento fue una felicidad coincidir un grupo de artistas y cr¨ªticos en medio de unos cambios pol¨ªticos tremendos, en el final del franquismo, unidos por el trabajo pero sobre todo por afinidades y amistad. Era nuestra pandilla, todo el d¨ªa juntos, en conciertos e incluso en el verano".
Chiqui Abril, que conoci¨® a Ita en Madrid siendo pintor, mantiene en el montaje de la exposici¨®n esa l¨ªnea de amistad y juerga de unas gentes "con un punto de radicalidad, una relaci¨®n de amor pero sin perdonar nada y con un rigor absoluto en la selecci¨®n del arte". Ha recuperado "el esp¨ªritu de Buades" a trav¨¦s de una cronolog¨ªa que agrupa en tres d¨¦cadas, desde 1973, cuando la galer¨ªa empieza en la calle de Claudio Coello y despu¨¦s pasa en 1988 a Gran V¨ªa, 16, que inaugura Juan Ugalde y cierra Cabello/Carceller en 2001.
"Buades ha huido de las corrientes y en las salas tambi¨¦n se mezclan figurativos, conceptuales y abstractos, porque lo importante era tener ideas, que lo mismo se pueden transmitir en una pintura o en una instalaci¨®n", se?ala Chiqui Abril. "Por Buades pasaron hasta tres generaciones. Con unos figurativos muy conectados con el pop, en el germen de la conexi¨®n de la noche de los barrios con la parte del arte m¨¢s cultural, por el inter¨¦s y las discusiones de arte, filosof¨ªa, psicoan¨¢lisis y poes¨ªa". Destaca la implicaci¨®n de la cr¨ªtica de arte, con el entusiasmo de Castro Arines en Informaciones y de Santiago Am¨®n en EL PA?S, peri¨®dico que reflej¨® las diversas actividades en escritos de Juan Manuel Bonet, Quico Rivas, Francisco Calvo Serraller, ?ngel Gonz¨¢lez, Fernando Huici y Mariano Navarro.
El nombre de Juan Manuel Bonet es el que m¨¢s aparece en la cronolog¨ªa de la programaci¨®n, como primer director art¨ªstico y responsable de las dos primeras temporadas y como autor de textos de cat¨¢logos. Bonet lleg¨® a Madrid en 1973 tras su paso por el centro de arte M-11 de Sevilla (all¨ª expusieron Gordillo, Millares, Saura, Quejido), donde estaba como director art¨ªstico Quico Rivas, con quien form¨® el Equipo M¨²ltiple como artistas en 1969. La experiencia de exposiciones y el contacto con otros artistas sirvieron para poner en marcha Buades.
Bonet indentifica Buades con la "modernidad madrile?a" de los a?os setenta. El n¨²cleo b¨¢sico estaba formado por los nuevos figurativos, "creadores en verdad excepcionales", que hab¨ªan tenido como plataformas la sala Amad¨ªs y la galer¨ªa Daniel, donde estaban Alcolea, Franco, P¨¦rez-M¨ªnguez, P¨¦rez Villalta, a los que se unieron Cobo, Molero, Quejido, Aguirre. Un segundo tipo de artistas fueron los conceptuales (Coraz¨®n, Criado, Muntadas, Muro) y complet¨® sus fichajes con otros artistas que iban "absolutamente por libre", como Miquel Navarro, Juan Navarro Baldeweg o Rafael Ram¨ªrez Blanco. "Tras la segunda temporada dimit¨ª como director art¨ªstico al no soportar que algunos de los artistas implicados en aquella aventura, y especialmente Rafael P¨¦rez-M¨ªnguez, pretendieran decidir ellos el rumbo de la sala". Pero sigui¨® apoyando desde fuera la presencia de abstractos (Broto, Grau, Salinas, Tena) y otros como Eva Lootz y Adolfo Schlosser. "Esa coexistencia de n¨²cleos diversos fue la principal caracter¨ªstica de Buades, y en general de aquel Madrid". Tambi¨¦n resalta los escritos en EL PA?S, la colectiva en la Juana Mord¨® y la celebrada en 1980 en el Museo Municipal, Madrid D.F., en la que colabor¨® con Chiqui Abril como comisario.
La apertura de la galer¨ªa se celebr¨® con una propuesta de temporada, una colectiva de 21 artistas, donde se mezclaban Abad, Alcolea, Coraz¨®n, Criado, Franco, Muntadas, P¨¦rez Villalta, Quejido y Carlos Santos, y la primera individual de Alberto Coraz¨®n, que inici¨® la confecci¨®n del cat¨¢logo en tama?o peri¨®dico (m¨¢s tarde intervino Diego Lara) y dise?¨® el primer logotipo, un tubo de pintura, que figuraba en la fachada de la calle. Una prueba de eclecticismo es que la primera temporada, 1973-1974, comparti¨® el espacio con un pase de diapositivas de un concierto de los Rolling Stones, Molero, P¨¦rez Villalta, pinturas y grabados tibetanos, Rafael P¨¦rez-M¨ªnguez, proyecciones de cortos, Alcolea, Franco, Quejido, Criado, Ram¨ªrez Blanco, Eulalia Grau y Tom¨¢s de la Fuente. Los cat¨¢logos llevaban adem¨¢s textos de Savater, Calvo Serraller, ?ngel Gonz¨¢lez, Bonet, Carbonell, Carandell, Cirici y Aguirre.
"Buades ocupa una etapa determinante madrile?a y de toda Espa?a, con un papel de pioneros, una apertura y generosidad durante muchos a?os con unas perspectivas econ¨®micas muy limitadas", declara Alberto Coraz¨®n. Como logotipo dise?¨® un tubo de ¨®leo, "con una intenci¨®n de manifiesto, para reflejar una actividad de vanguardia y ¨²ltimas tendencias pero que, como espacio de recepci¨®n, entronca con una gran tradici¨®n de la pintura espa?ola".
Era como "una marca", seg¨²n el pintor Chema Cobo, que expone en 1975, una temporada que comparte con Gordillo, Franco, Miquel Navarro, Quejido, Alcolea. Molero, Salinas y 10 pintores de la nueva abstracci¨®n. "Un lugar de encuentros art¨ªsticos de varios lugares de Espa?a con una libertad absoluta. Hab¨ªa un esp¨ªritu alternativo y tambi¨¦n una necesidad ante la sensaci¨®n de tedio y cansancio de la dictadura, pero sin tener una definici¨®n en contra de otros artistas. Era un c¨®ctel extra?o, de gentes en su mayor¨ªa universitarios, con informaci¨®n al viajar a las bienales internacionales, que practicaban una cierta tensi¨®n entre figurativos y abstractos, pero con el ansia de salir de la caspa de la dictadura y aspirar a un absoluto cosmopolitismo".
Guillermo P¨¦rez Villalta, que retrat¨® en 1975 al grupo en un atrio como una alegor¨ªa del arte y de la vida, del presente y del futuro (se expone en la colecci¨®n del Museo Nacional Reina Sof¨ªa), apunta el "ambiente muy grato" y de casa familiar, con sus camarillas, con la figuraci¨®n como grupo fuerte, con "los serios", en un estilo "intelectual antiguo" y los "modernos", disfrazados para las fiestas de las inauguraciones. "Todo se estaba moviendo a la vez, sin que existiera una especie de dualidad entre la teor¨ªa y la pr¨¢ctica. Era un poco isla en el entorno. Apostamos por una visi¨®n de perspectiva lejana en lugar de las cuestiones del momento pol¨ªtico, como si la transici¨®n estuviera ya hecha".
De aquel "gran laboratorio", Quico Rivas acumula como escritor y editor numerosas an¨¦cdotas que sucedieron en el patio de la galer¨ªa compartido con el Centro Cubano y el Frente de la Juventud (una escisi¨®n de Fuerza Joven), pero destaca el amplio registro del espacio en unos divertidos a?os setenta, donde los cr¨ªticos tambi¨¦n quer¨ªan ser "figuritas" y ejercer de peque?os Breton o Apollinaire. "Es el grupo m¨¢s original que ha dado la pintura espa?ola, con unos figurativos sin referencias que se adelantaron a muchas cosas, como la transvanguardia o el posmoderno. Falt¨® asumir el papel a trav¨¦s de un manifiesto, que lograra la fusi¨®n de la herencia de Duchamp y de Dal¨ª, la retina y la pintura de caballete".
Adem¨¢s de los madrile?os, Buades acogi¨® a los conceptuales catalanes y a los aragoneses del grupo Trama de Broto (tambi¨¦n revista del mismo nombre y Diwan, las m¨¢s radicales, donde interviene Federico Jim¨¦nez Losantos), y otros artistas dispersos, como el valenciano Miquel Navarro, con sus primeras ciudades ("era la galer¨ªa m¨¢s puntera", dice Navarro).
Por Buades pasaron obras de Warhol en 1977, las instalaciones del arquitecto Juan Navarro Baldeweg, las primeras individuales de Broto, Pati?o, Pazos, Pradas, las piezas del grupo ZAJ, una subasta a favor del grupo femenino de rock Prochinas, el arte joven italiano, colectivas de dibujos, los sevillanos de Bellas Artes de Cuenca, artistas cubanas. En 1976 desembarc¨® la arquitectura inglesa de la mano de Peter Cook, y en Madrid, de ?ngel Fern¨¢ndez Alba y Martha Thorne, con dibujos de Smithson, Foster, Krier, Stirling, y un texto de Navarro Baldeweg. "En aquellos tiempos la arquitectura no construida era importante", dice Fern¨¢ndez Alba.
Los setenta vuelven con fuerza. Quico Rivas prepara para el Reina Sof¨ªa una revisi¨®n de la figuraci¨®n madrile?a, que lleva el t¨ªtulo provisional de Los fantasmas de Madrid, como referencia a las disputas entre figurativos y abstractos, al decirse que "pintaban fantasmas y paredes". El IVAM de Valencia va a reunir los trabajos de Alberto Coraz¨®n de esa d¨¦cada y habr¨¢ referencias en la pr¨®xima Transfiguraciones, que realiza Mar¨ªa Escribano para la sala de la Comunidad de Madrid. -
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