El d¨ªa m¨¢s grande de Tit¨ªn III
El riojano logra tras 15 a?os como profesional su primera 'txapela' individual del Cuatro y Medio
La pelota necesitaba diversi¨®n y apareci¨® Tit¨ªn III. Llenazos en los frontones, admiraci¨®n siempre en aumento, compromiso y respeto por el pundonor de un valiente. Pero el deporte, tantas veces d¨ªscolo e injusto, se negaba a recompensar al delantero riojano. Quince a?os para llenar un tango de amargor, decepciones, peque?as alegr¨ªas y el innegable sufrimiento de los imposibles. Sin embargo, ten¨ªa que llegar el gran d¨ªa del de Tricio. Tras clasificarse para la final contra todo pron¨®stico y despu¨¦s de llorar la p¨¦rdida de su padre hace apenas una semana, Tit¨ªn vivi¨® su gran d¨ªa: la entrada en el olimpo de los campeones individuales.
Result¨® la del Ogueta una final dram¨¢tica, como era de prever, con el delantero aprovechando su ataque mort¨ªfero para superar sus carencias. Barriola, quien acumula cuatro subcampeonatos, llev¨® a Tit¨ªn hasta las cuerdas y a punto estuvo de romper el en¨¦simo sue?o del riojano. Harto de sinsabores, el de Tricio revent¨® por las costuras a su contrincante con su juego directo, intimidador y apasionado.
El juego apasionado y rematador del delantero volvi¨® a ser su mejor arma
La lecci¨®n dio comienzo desde el primer tanto. Tit¨ªn se dispar¨® sin dejar respirar a su rival, que comenz¨® muy fr¨ªo pese a contar con la ventaja del saque. Dos cortadas al ancho, un par de atravesadas por la pared, un gancho flojito y quir¨²rgico y una dejada al txoko sacaron del partido a Barriola. Sin apenas respirar, el riojano ya dominaba con un contundente 6-0. Y, adem¨¢s, minando la moral del navarro, bati¨¦ndole sin apenas permitirle el juego a bote. Gozaba Tit¨ªn de todo mientras el de Leitza ped¨ªa el asilo del banquillo.
Barriola se recompuso un poco con una tacada de tres tantos, en la que mostr¨® que sus manos siguen siendo unos trabucos ingobernables. Sin embargo, los nervios, la tensi¨®n o el continuo trantr¨¢n de Tit¨ªn por cortar los saques llev¨® al navarro a cometer una falta en el tiro inicial.
El delantero de Tricio, sin amilanarse por los tantos recibidos, encaden¨® otra racha de casta y ansia rematadora. Con un par de dejadas, un fallo de Barriola y una serie consecutiva de cuatro ganchos vedados a cualquier profesional excepto a Tit¨ªn, el veteran¨ªsimo pelotari subi¨® el 15-3 al tanteador. El colch¨®n parec¨ªa m¨¢s que suficiente, pero la pelota vive de las revueltas y el nerviosismo.
Encontr¨® Barriola parte de la templanza que le hab¨ªa faltado. Encaden¨® su fuerza y comenz¨® el desbrozado de la defensa de Tit¨ªn, que err¨® en una dejada alcanzable. Los tantos comenzaron a caer del lado azul mientras los apostadores trataban cubrirse de la cat¨¢strofe que se avecinaba. Con un saque potent¨ªsimo y mucha visi¨®n, obligando a su rival a correr, el zaguero navarro logr¨® el 16-13. La tormenta se cern¨ªa sobre el delantero, que quer¨ªa acabar el choque cuanto antes, temeroso de que su f¨ªsico no aguantase, como ya le ocurri¨® ante el mismo rival en la liguilla de semifinales, y que su cabeza se perdiese en la revuelta de las dudas.
La reacci¨®n se trunc¨® con un par de yerros de Barriola en zurdazos sencillos, sin misterio, y el partido, hasta entonces de tacadas, se trab¨® con tantos que ca¨ªan a los dos lados. As¨ª, con el 19-15, Tit¨ªn aprovech¨® otro fallo de su rival, milimetr¨® otro gancho y, con un buen saque, cerr¨® el partido so?ado con un evidente 22-15. "Ya no me podr¨¦ retirar sin saber lo que significa llegar a 22 en una final individual", resumi¨® el campe¨®n. Nada m¨¢s que el justo pago a los m¨¦ritos adquiridos durante tres lustros de carrera profesional con m¨¢s sinsabores que alegr¨ªas.
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