Falta de inteligencia

La llamada inteligencia estadounidense se ha desdicho de sus valoraciones de dos a?os atr¨¢s para afirmar ahora que Ir¨¢n abandon¨® su programa de armas nucleares en el oto?o de 2003, debido a la presi¨®n internacional. Hay algo extra?o en este viraje, pero hay que recordar que Ir¨¢n, a pesar del enfrentamiento, colabora con EE UU para pacificar Irak. Y bienvenido sea que Washington se quede sin argumentos para lanzarse en una nueva y peligrosa guerra.

El cambio en la Estimaci¨®n Nacional de Inteligencia (NIE), elaborado por los 16 principales centros de espionaje de Estados Unidos, el mismo foro que aval¨® la afirmaci¨®n de que Irak pose¨ªa armas de destrucci¨®n masiva, requiere una explicaci¨®n a fondo por parte de la Casa Blanca. Al menos abre la puerta a la rectificaci¨®n de la ret¨®rica y de la pol¨ªtica hacia Ir¨¢n que algunos dem¨®cratas reclaman, junto a una mayor acci¨®n diplom¨¢tica, a la Administraci¨®n republicana. Una rectificaci¨®n que Bush no quiso ayer hacer al afirmar que el informe le da la raz¨®n y que Ir¨¢n sigue siendo una amenaza, aunque le ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil ahora sacar adelante nuevas sanciones internacionales.

Lo importante es que los servicios norteamericanos han pasado de juzgar las intenciones de Teher¨¢n a valorar sus capacidades. Las conclusiones de la NIE, junto a las del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica, indican que Ir¨¢n enga?¨® al tener un programa secreto durante varios a?os pero que hoy, pese a sus centrifugadoras, nada prueba que ande embarcado en obtener la bomba, lo que no significa que haya renunciado a adquirir los conocimientos para un d¨ªa poder fabricarla. Naturalmente, Ir¨¢n ha acogido bien esta noticia, que supone un respiro para el presidente Ahmadineyad. Pero no algunos dirigentes de Israel, pa¨ªs nuclearizado, que siguen viendo en Ir¨¢n el mayor peligro.

Quien ha quedado desarmado es el gran y ¨²ltimo halc¨®n, el vicepresidente de EE UU, Richard Cheney, pues hace ya alg¨²n tiempo que Bush, el Pent¨¢gono y el Departamento de Estado han girado hacia un nuevo realismo, abandonando el pensamiento neocon. Si la NIE est¨¢ en lo correcto, es un triunfo de la diplomacia, que han ejercido esencialmente los europeos, aunque luego saquen bien poco fruto de sus resultados.