Super¨¢vit y promesas electorales
No s¨¦ si hablaron de ello en su reuni¨®n de hace unos d¨ªas. Pero bien podr¨ªan haberlo hecho ya que Clinton y Zapatero son dos de los poqu¨ªsimos dirigentes occidentales recientes o en activo que han gestionado super¨¢vit presupuestarios en sus pa¨ªses. Zapatero es el primer presidente de la democracia espa?ola que gobierna con super¨¢vit. Tanto del Estado, como de la Seguridad Social, en todos y cada uno de los a?os en que los Presupuestos han sido responsabilidad suya. Y de Pedro Solbes.
El que este Gobierno sea el primero en democracia que ha cerrado todos sus presupuestos con m¨¢s ingresos que gastos, reduciendo el volumen de deuda p¨²blica, har¨¢ que estemos mejor preparados que nunca antes, para hacer frente a cualquier vaiv¨¦n negativo del ciclo econ¨®mico que pueda venir.
?Bajar impuestos, subir el gasto p¨²blico y tener super¨¢vit? S¨ª, este Gobierno lo ha hecho
Ello va a permitir, tambi¨¦n, que las pr¨®ximas elecciones sean las primeras a las que concurrimos no para discutir cu¨¢nto d¨¦ficit p¨²blico estamos dispuestos a tener y c¨®mo lo financiaremos, sino para valorar alternativas sobre c¨®mo gestionar el super¨¢vit presupuestario que, previsiblemente, seguir¨¢ creciendo en los pr¨®ximos a?os. Aunque hacer un an¨¢lisis prospectivo del super¨¢vit es tarea dif¨ªcil porque se debe incorporar los impactos din¨¢micos de las decisiones que se adoptan, podemos analizar esta legislatura para analizando lo ya hecho, darle mayor o menor credibilidad a las promesas que unos y otros van a hacer a los electores.
El super¨¢vit p¨²blico se podr¨ªa haber obtenido subiendo los impuestos. No ha sido as¨ª. A lo largo de esta legislatura los contribuyentes se han ahorrado 8.650 millones de euros entre las reformas del impuesto de sociedades y del IRPF. Podr¨ªa haberse obtenido mediante un recorte del gasto. Tampoco ha sido as¨ª. El gasto ha crecido durante la legislatura en 45.000 millones de euros, con especial incidencia en el presupuesto para I+D+i, que se ha multiplicado por casi tres desde el a?o 2004; las inversiones en infraestructuras, con nuevas autov¨ªas, m¨¢s kil¨®metros de alta velocidad o aeropuertos con m¨¢s capacidad; las becas a los estudiantes, que han aumentado un 53% su cr¨¦dito presupuestario; el fortalecimiento de los servicios p¨²blicos (Guardia Civil, polic¨ªa, jueces, etc¨¦tera), y ello sin contar el gasto social, con un incremento de las pensiones m¨ªnimas de un 26% o la nueva ley de la dependencia, y la Ayuda Oficial al Desarrollo, que alcanzar¨¢, por primera vez en nuestra historia, el 0,5% del PIB.
Por tanto, visto lo visto, es posible rebajar impuestos, subir el gasto p¨²blico y mantener super¨¢vit presupuestario. Este Gobierno lo ha hecho. ?Por qu¨¦ entonces desconfiamos de determinadas promesas electorales? Porque en pol¨ªtica econ¨®mica la dosis es fundamental y depende mucho de la situaci¨®n concreta delciclo en cada momento. Esta legislatura ha sido muy buena en crecimiento, creaci¨®n de empleo y control de precios. Tenemos m¨¢s de veinte millones de personas trabajando en Espa?a por primera vez en nuestra historia y una tasa de paro baja, en la media europea. Y esto es lo que mejor engrasa las cuentas p¨²blicas. Pero esto no tiene que ser siempre as¨ª y ya hay quien ve signos de debilitamiento de la situaci¨®n para los pr¨®ximos meses. Sin catastrofismos, porque seguimos creciendo por encima del 3%, pero la prudencia debe primar en las promesas electorales que quieran ser cre¨ªbles. Por lo que pueda pasar.
Seg¨²n como se prevea que va a evolucionar la econom¨ªa, hay tres decisiones que deben tomar los responsables de programa electoral de los partidos: si, en situaciones normales, se quiere mantener un super¨¢vit; cu¨¢nto se quiere reducir de impuestos y cu¨¢nto gasto adicional se quiere efectuar. Porque todo ello es posible. Pero para que sea cre¨ªble, depender¨¢ de las dosis y de las circunstancias.
Por ejemplo, la propuesta fiscal que present¨® hace un par de semanas un importante partido pol¨ªtico, adem¨¢s de otros problemas conceptuales, consumir¨ªa todo el super¨¢vit previsible de la pr¨®xima legislatura incluso con un c¨¢lculo optimista del mismo. Dicho de otra manera, o corrigen a la baja la propuesta una vez conseguido el impacto publicitario, o gastar¨¢n todo en ella y no habr¨¢ margen para financiar ninguna pol¨ªtica nueva como las que, a la vez, est¨¢n proponiendo, sin incurrir en d¨¦ficit. Gracias, por tanto, al super¨¢vit del que gozamos, podemos abordar las ofertas electorales de la pr¨®xima campa?a, con m¨¢s tranquilidad que nunca, lo que no est¨¢ exento de responsabilidad.
Despu¨¦s de varias d¨¦cadas de democracia, debemos exigir a los partidos pol¨ªticos con posibilidades de gobernar que nos traten como adultos en sus propuestas electorales. En ese contexto, me permito explicitar algunos de los principios con los que venimos trabajando desde la oferta electoral socialista.
Es conveniente comprometerse a mantener un super¨¢vit presupuestario al final de la pr¨®xima legislatura, as¨ª como un Fondo de Reserva de la Seguridad Social no menor que el actual. A partir de ah¨ª, existe margen para reducir impuestos y para incrementar el gasto. La rebaja de impuestos, m¨¢s all¨¢ del ajuste de los mismos por la inflaci¨®n para evitar una subida injusta, debe ser selectiva y concentrarse en las rentas del trabajo. Hay que recuperar el principio constitucional de que se contribuye en funci¨®n de la capacidad de pago, que, por cierto, est¨¢ determinada tanto por los ingresos anuales como por el patrimonio ahorrado o heredado. Tambi¨¦n por el lado del ingreso debe hacerse redistribuci¨®n de renta. Pero los problemas de los sueldos bajos cuando hay grandes beneficios empresariales privados no puede resolverse, s¨®lo, con cargo a lo p¨²blico, socializando costes.
Las pol¨ªticas de gasto, por su parte, deben llegar sobre todo a los que menos tienen y no s¨®lo a los que teniendo m¨¢s ingresos declaran el IRPF. Y parece llegado el momento de plantearse una mayor coherencia entre el conjunto de ayudas p¨²blicas sin excluir precisamente a los colectivos m¨¢s desfavorecidos. Eso quiere decir que estamos m¨¢s de acuerdo con la manera en que se ha aplicado el llamado cheque-beb¨¦, accesible para todos los que tengan hijos, hagan la declaraci¨®n de renta o no, que en gasto a trav¨¦s de mejoras en deducciones en el IRPF que s¨®lo afectan a los colectivos que tienen renta suficiente para presentar la declaraci¨®n.
Que el IRPF establezca un m¨ªnimo vital, por debajo del cual no se puede vivir, y sin embargo haya quien cobra pensiones m¨ªnimas p¨²blicas o subsidios de desempleo p¨²blicos por debajo de esa renta vital, es una contradicci¨®n que tendremos que ir corrigiendo de manera expl¨ªcita para ir sentando las bases, a medio plazo, de una renta b¨¢sica socialmente asegurada para todos.
Estos principios vienen, adem¨¢s, avalados por una magn¨ªfica gesti¨®n econ¨®mica. Con solvencia y sin cuentos de la lechera. Con criterios y sin subastas.
Jordi Sevilla es diputado socialista y ex ministro.
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