Pu?etazos en la mesa del Constitucional
El tribunal tramita las recusaciones de Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata, tras cinco meses de fuertes disputas
Alguien, al fin, dio un pu?etazo en la mesa. "Ya est¨¢ bien con vosotros dos", exclam¨®. El gesto del magistrado, uno de los conservadores m¨¢s respetados en el Constitucional, puso fin a cinco meses de interminables discusiones propiciadas por los jueces Roberto Garc¨ªa-Calvo y Jorge Rodr¨ªguez-Zapata. Fue el final que todos intu¨ªan. El fin de las jornadas de tensi¨®n y escaramuzas en torno a las recusaciones de cinco magistrados, de cruce de escritos, de esgrima de estrategias en la vor¨¢gine del desprestigio. El lunes, el tribunal admiti¨® a tr¨¢mite las recusaciones de Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata y tach¨® de "intento de abuso de derecho" y "fraude procesal" el esperpento de unas impugnaciones del PP.
"?Si Casas no sale, el PP la recusar¨¢", grit¨® Garc¨ªa-Calvo en el pleno
La tensi¨®n se dispar¨® y Zapata abandon¨® la reuni¨®n
Las recusaciones del PP contra tres magistrados, basadas en una informaci¨®n falsa para "contrarrestar" las presentadas por el Gobierno contra Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata, colmaron la paciencia de todos y propiciaron una de las resoluciones m¨¢s duras del tribunal. Un fuerte varapalo que atribuye al PP un "uso desviado de las normas del proceso", el "desconocimiento del r¨¦gimen de la prueba" o "la situaci¨®n cr¨ªtica" creada al tribunal con las tres recusaciones.
Pero, entre l¨ªneas, el auto refleja la afinidad entre los argumentos del PP y los votos particulares de Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata, que cuestionaron el orden de las recusaciones y la validez del desmentido a El Mundo. Una afinidad latente que, sin embargo, deja en el aire c¨®mo las "conversaciones internas de los magistrados" llegaron a un peri¨®dico para servir de base a las recusaciones.
Esa afinidad ya se manifest¨® cuando Garc¨ªa-Calvo fue recusado por la Generalitat por haber escrito en un voto particular que el Estatuto de Catalu?a propiciaba la "fractura de Espa?a". La misma ma?ana en que iban a verse la admisi¨®n de esa recusaci¨®n de Garc¨ªa-Calvo y de la del PP contra P¨¦rez Tremps, el PP registr¨® una segunda recusaci¨®n contra la presidenta, Mar¨ªa Emilia Casas, media hora antes del pleno. El escrito iba firmado por Federico Trillo-Figueroa. La operaci¨®n consisti¨® en sacar del pleno a Casas para negociar su recusaci¨®n a cambio de la de Garc¨ªa-Calvo. As¨ª se hizo, y qued¨® pendiente la de P¨¦rez Tremps, pero con ¨¦ste fuera del tribunal, los conservadores consiguieron primero la admisi¨®n y despu¨¦s la expulsi¨®n de P¨¦rez Tremps del recurso del Estatut.
El ex ministro de Defensa es amigo personal de Rodr¨ªguez-Zapata, y ¨¦ste es, a su vez, el inseparable colega de Garc¨ªa-Calvo en el tribunal. Ambos forman ya una firma mancomunada en cartas de protesta y votos particulares. Trillo s¨®lo aparece en los momentos clave, como ingeniero de estrategias procesales. Estuvo en la operaci¨®n de recusaci¨®n de la presidenta, pero aquel ¨¦xito se ha tornado en fracaso por el rechazo de la triple recusaci¨®n fraguada en G¨¦nova que ha partido en dos al sector conservador.
Sin embargo, meses antes de la triple recusaci¨®n del PP, ya hab¨ªa se?ales de disenso entre los conservadores. El 2 de julio, El Mundo daba cuenta de que Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata discrepaban de la reforma y ped¨ªan la dimisi¨®n de la presidenta. Casas convoc¨® un pleno en el que el resto de magistrados decidieron "no tomar en consideraci¨®n" la propuesta de ellos dos para "no contaminarse".
El recurso del PP contra la reforma de la ley del tribunal devolvi¨® la unidad a los conservadores, pero s¨®lo en apariencia. Casas y el vicepresidente, Guillermo Jim¨¦nez, presentaron su abstenci¨®n con la esperanza de que, siguiendo la restrictiva doctrina del tribunal sobre ¨¦stas, el pleno las rechazara.
El pleno de las abstenciones, presidido por el conservador Vicente Conde, estuvo plagado de incidentes. El 16 de octubre se celebraba su ¨²ltima reuni¨®n para estimar las abstenciones de Casas y Jim¨¦nez. Los progresistas echaban el resto para que se desestimara. Estaban a punto de conseguirlo, pero la crispaci¨®n se dispar¨® y el conservador Rodr¨ªguez-Zapata, sobreexcitado, abandon¨® el pleno dejando a todos perplejos.
En plena confusi¨®n, Garc¨ªa-Calvo, resuelto a sacar adelante las abstenciones, dej¨® a¨²n m¨¢s at¨®nitos a los que quedaban, al estallar: "?Si la presidenta no sale, el PP la recusar¨¢!". Con Rodr¨ªguez-Zapata reincorporado, las abstenciones se resolvieron por Conde, presidente accidental, que apart¨¢ndose de la doctrina del tribunal deshizo el empate con su voto de calidad.
Con Casas y Jim¨¦nez fuera y el voto de calidad en manos conservadoras, el Gobierno se decidi¨® a recusar a Garc¨ªa-Calvo y Rodr¨ªguez-Zapata por la parcialidad mostrada en su carta a la presidenta, en la que expresaron su "profunda discrepancia" con la reforma de la ley. El PP, a su vez, recus¨® a Sala, Arag¨®n y Tremps, bas¨¢ndose en la informaci¨®n de El Mundo, que aseguraba que los jueces se manifestaron a favor de la reforma de la ley del tribunal. De paso, la maniobra del PP dejaba sin qu¨®rum a un tribunal que no pude funcionar con menos de ocho magistrados. Quedaban cinco.
Con el tribunal abocado a la par¨¢lisis, cundi¨® la responsabilidad. Seis magistrados redactaron un rotundo desmentido a la informaci¨®n de El Mundo, entre los que figuraban los conservadores Jim¨¦nez y Rodr¨ªguez Arribas. Pero fue la intervenci¨®n de Conde, en su papel de presidente en funciones, la que result¨® providencial.
?ste dirigi¨® una ins¨®lita consulta a los magistrados sobre la viabilidad de convocar un pleno en el que participasen todos, incluidos los recusados. Tras pertrecharse de una mayor¨ªa favorable, impuso un orden del d¨ªa inesperado: primero se ver¨ªan las recusaciones del PP y luego las del Gobierno, invirtiendo el orden en que fueron presentadas. Un orden del d¨ªa s¨®lo para iniciados, presagio del rechazo total de las recusaciones del PP. Pero el orden del d¨ªa es facultad del presidente y Conde se mantuvo firme frente a los votos particulares, alegaciones amenazantes y exigencia de "confesiones juradas" que montaron el PP y sus dos jueces afines.
?Qu¨¦ queda ahora? Las recusaciones del Gobierno han sido admitidas a tr¨¢mite, lo que no implica que Calvo y Zapata sean expulsados del pleno que debe juzgar la ley del tribunal. La discusi¨®n se prev¨¦ larga y dif¨ªcil. Mientras, el recurso del PP quedar¨¢ en suspenso. Quiz¨¢ meses.
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