Los olvidados de El Salobral
La Comunidad de Madrid da por concluido el plan de realojo del mayor poblado de la regi¨®n, pero al menos siete familias viven a¨²n en el asentamiento
La mujer duda antes de hablar. "?Es bueno o malo para nosotros, se?orita?". Junto a la chimenea encendida, con el suelo como una patena y sus tres ni?as mir¨¢ndola, parece no tener claro si es mejor aclarar por qu¨¦ siguen a¨²n en una chabola del poblado gitano de El Salobral (Villaverde), que la Comunidad de Madrid da por desmantelado. El calorcito, el sof¨¢, la cocina vieja... ?Y si lo pierde? Da igual que el envoltorio sea madera endeble y chapa. No importan las humedades, la basura que rodea la casucha. ?Y si la echan? Y la mujer de mirada verde y triste decide no explicar nada. Se sujeta una mano con la otra y pide que no salgan su nombre ni su rostro. "Hagan las fotos que quieran, pero no nos saquen".
La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz -Gallard¨®n, visitar¨¢n ma?ana el que fue el poblado m¨¢s grande de la regi¨®n. Lo clausurar¨¢n tras invertir 37 millones y dos a?os de trabajo en realojar a 236 familias. Confirman que quedan 10 chabolas en pie para las que no hay soluci¨®n. En un r¨¢pido vistazo sobre el camino de lodo, s¨®lo se divisan siete. Sus ocupantes no tienen derecho a un piso de alquiler por menos de 100 euros. No cumplen los requisitos. Los desalojar¨¢n por orden judicial.
La vecina de la mujer de ojos desolados, en la calle F del sector 7 de El Salobral, parece m¨¢s locuaz. Tras una llamada, asoman cuatro cabezas a la puerta verde, a juego con el Ford Mondeo aparcado a un metro. "No nos saques la cara que estamos muy guarros", dice Luz Jim¨¦nez, de 32 a?os. Cuenta que se cas¨® "por el rito payo", pero ya est¨¢ divorciada. Lleva seis a?os en El Salobral -el periodo m¨ªnimo para acceder a un realojo son tres-, pero que le den un piso de alquiler no se puede tener vivienda en propiedad. Y la mujer explica que su ex pareja tiene una casa. "No es m¨ªa, no tenemos ad¨®nde ir", lamenta. Su nuera Rebeca Vargas, de 18 a?os, tambi¨¦n qued¨® fuera del censo de realojados. Lo impide el cuarto de los 10 requisitos del convenio que Ayuntamiento y Comunidad firmaron en 2005. Los menores de 25 a?os no forman unidad familiar si no tienen hijos a su cargo. "Iba a tenerlo, pero sufri¨® un aborto", explica la suegra. "Pasen, pasen". A 20 metros est¨¢ la chabola de Fernando Pardo, de 54 a?os. En la entrada, un coche 4x4 negro y reluciente de una casa coreana, que nuevo cuesta m¨¢s de 20.000 euros. "No es nuestro, un hombre lo ha aparcado aqu¨ª", dice. Para ser realojado no se pueden poseer bienes por m¨¢s de 30.000. Tras la puerta, su mujer corta rebanadas de pan mientras fr¨ªe carne en una sart¨¦n. Viven con tres de sus cuatro hijos, de 28, 25 y 20 a?os. Ninguno tiene trabajo. Alrededor de un bid¨®n convertido en hornillo cuentan que viven de vender chatarra. El mayor, de visita con los dos nietos, ha tenido suerte. Lo realojaron en Fuencarral. Un piso de 50 metros por 70 euros al mes en los que ya no cabe m¨¢s familia. "Se quedar¨¢n en la puta calle".
Y el padre, que no termina de creerse que no hay piso para ellos, a?ade como m¨¦rito a la precaria situaci¨®n que fueron "los ¨²nicos" del poblado que votaron en las municipales de mayo. Han dejado el caso en manos de un abogado. Y Fernando Pardo a¨²n conf¨ªa en una ¨²ltima baza. "Seguro que do?a Esperanza Aguirre no sabe que nos hemos quedado aqu¨ª en medio. Hablaremos con ella ma?ana".
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