Hipoteca inversa
A pesar de las connotaciones negativas que instintivamente se puedan asociar a las dos palabras que definen este producto financiero, no puede negarse que est¨¢ llamado a jugar un papel relevante en el bienestar de muchas personas, fundamentalmente mayores, ya que su objetivo es tremendamente sencillo.
Si los espa?oles destinan una parte importante de su renta a la adquisici¨®n de su vivienda, parece oportuno instrumentar mecanismos para que ese ahorro inmobiliario de las familias pueda hacerse l¨ªquido y utilizarse en momentos que la renta disponible se reduzca o los gastos sean superiores.
El propio hito de la jubilaci¨®n ya supone un punto de inflexi¨®n en la disponibilidad de renta (los ingresos por pensiones representan un 81% de los salarios en activo) y requiere ajustar el nivel de gasto o complementar los ingresos con ahorro acumulado. Al mismo tiempo, la necesidad de cuidados puede suponer un incremento de los gastos que requiera hacer un uso m¨¢s intenso de los ahorros, hasta el punto de que el ahorro financiero sea insuficiente.
La hipoteca inversa permite mejorar la calidad de vida disfrutando de un ahorro acumulado en la propia vivienda
En esos casos, poder consumir parte del ahorro inmobiliario para mejorar la calidad de vida de las personas mayores o dependientes parece una clara mejora frente a las situaciones de mayores que, con escasas rentas por pensiones, mantienen il¨ªquido un patrimonio inmobiliario.
Desde esa perspectiva, la de mejorar la calidad de vida disfrutando de un ahorro acumulado en la propia vivienda, las connotaciones aparentemente negativas de los t¨¦rminos hipoteca e inversa, se desvanecen, haciendo que el paso dado por la Administraci¨®n mediante su regulaci¨®n y la dotaci¨®n de ventajas fiscales en su formalizaci¨®n (para mayores de 65 a?os o dependientes) puede ser un primer paso para que desde el sector privado se creen productos sencillos y atractivos y desde la Administraci¨®n se pueda seguir dando apoyos (financieros, estandarizaci¨®n de los productos o cobertura de riesgos, como el de supervivencia).
Fernando Azpeitia y Enrique Mart¨ªn son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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