As¨ª, as¨ª te quiero yo
Viene a cubrir en esta ocasi¨®n una zarzuela como La bruja el papel que juega en las fiestas navide?as espa?olas Los sobrinos del capit¨¢n Grant y en el resto del mundo una opereta como El murci¨¦lago, de Johann Strauss. Lo que prima es el entretenimiento. La obra de Chap¨ª cumple generosamente este requisito en su atm¨®sfera de cuento fant¨¢stico, y tiene adem¨¢s una partitura musical espl¨¦ndida. En 2002 se estren¨® la producci¨®n de Luis Olmos que ahora se repone. Sorprendi¨® entonces este montaje por su lucidez, sencillez y adecuaci¨®n a la historia que se cuenta. Es posiblemente el mejor trabajo hasta el momento de Olmos en el teatro que dirige art¨ªsticamente.
La reposici¨®n, con funciones hasta el 20 de enero, es, pues, de lo m¨¢s oportuna. Sobre todo al comprobar que mantiene sobradamente su frescura de anta?o, combinando con una extra?a habilidad la escenograf¨ªa de ambiente g¨®tico de Gabriel Carrascal, con una coreograf¨ªa r¨ªtmicamente viva de Fuensanta Morales y una creatividad siempre despierta en el movimiento y el tono del espect¨¢culo.
LA BRUJA
De Chap¨ª. Con N. F. Herrera, J. Bros, J. Morales y S. Cord¨®n, entre otros. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Director musical: J. M. P¨¦rez-Sierra. Direcci¨®n de escena: L. Olmos. Teatro de la Zarzuela, 14 de diciembre.
Una jota antol¨®gica
En las zarzuelas representadas no es frecuente que las primeras figuras del canto participen. Normalmente se reservan para las grabaciones o, en todo caso, para los recitales sin componente teatral. Por ello eleva el punto de inter¨¦s de estas representaciones la presencia de cantantes como Jos¨¦ Bros o Nancy Fabiola Herrera. El tenor catal¨¢n, en particular, hizo una jota antol¨®gica en el final del primer acto (un espectador entusiasmado correspondi¨® con un "Viva Espa?a": cosas que pasan) y se manifest¨® en todo momento con una desenvoltura y un poder¨ªo admirables.
Su d¨²o As¨ª, as¨ª te quiero yo -que sirve de encabezamiento a esta rese?a refiri¨¦ndose a la representaci¨®n en general- con Nancy Herrera fue de gran altura art¨ªstica, pues no en vano ella imprime a sus intervenciones un sello de entrega y buen gusto. La pareja de Susana Cord¨®n y Julio Morales estuvo, sencillamente, impecable, desde la dicci¨®n a la gracia c¨®mica. Las ovaciones para todos fueron de apoteosis.
Jos¨¦ Miguel P¨¦rez-Sierra, un jovenzuelo de 25 a?os, sustituy¨® a Miguel Roa en la direcci¨®n musical. No desaprovech¨® la oportunidad que el destino le brindaba y puso en pie una versi¨®n contrastada, vibrante, concentrada y con altas cotas de inspiraci¨®n. Son¨® bien la orquesta, y tambi¨¦n el coro. Esta zarzuela a "la luz de la lumbre", como se dice en el coro inicial, vale la pena as¨ª montada. Con versiones de este calado, la zarzuela contagia unos valores art¨ªsticos que en muchas ocasiones suelen pasar inadvertidos. Como dir¨ªa el castizo, este espect¨¢culo es de los que hacen afici¨®n.
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