Un zul¨² con piel de leopardo

Sur¨¢frica, el pa¨ªs m¨¢s rico del continente africano y con la democracia m¨¢s avanzada, conocer¨¢ hoy o ma?ana la identidad de su pr¨®ximo presidente. El problema es que la decisi¨®n no la tomar¨¢ la totalidad de la poblaci¨®n en elecciones generales (todav¨ªa falta un a?o y medio para que se celebren) sino 4.000 personas, miembros todos del partido dominante, el Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela.

Otro problema es que el candidato favorito fue sometido a juicio por violaci¨®n y, aunque fue declarado inocente, reconoci¨® que hab¨ªa mantenido relaciones sexuales con la mujer que le acusaba, la hija de un viejo amigo suyo. Lo cual quiz¨¢ no hubiera sido tan grave de no ser porque la mujer ten¨ªa el virus del sida y ¨¦l no utiliz¨® ning¨²n tipo de protecci¨®n. Intentando explicar su negligencia ante la corte, dijo: "Pero tom¨¦ la precauci¨®n de ducharme despu¨¦s".

De origen humilde, tiene una gran confianza en s¨ª mismo

El candidato favorito del ANC fue sometido a juicio por violaci¨®n

Su ascenso se explica por el rechazo que ha provocado Mbeki

Dado que cuando ocurri¨® estos hechos, el se?or, de nombre Jacob Zuma, era vicepresidente de Sur¨¢frica, y dado que Sur¨¢frica era y sigue siendo uno de los dos o tres pa¨ªses con el ¨ªndice de sida m¨¢s alto del mundo, estas declaraciones provocaron asombro y horror. No era exactamente el ejemplo que se esperaba de un l¨ªder nacional ante una epidemia cuyas causas parten en buena medida de la ignorancia y el comportamiento sexista de la poblaci¨®n masculina.

Sin embargo, todos los pron¨®sticos indican que Zuma ser¨¢ elegido presidente del ANC durante la conferencia anual del partido que comenz¨® ayer en la ciudad de Polokwane, en el norte del pa¨ªs. Y como no existe la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de que el ANC no derrote a los partidos de oposici¨®n de manera contundente en las elecciones generales del a?o que viene, se puede afirmar con un grado bastante alto de certeza que Zuma, de 65 a?os, ser¨¢ el sucesor del actual presidente de la naci¨®n, Thabo Mbeki.

Quedan dos dudas. Primero, si salta una sorpresa en la conferencia de Polokwane y los delegados se vuelcan de repente con otro candidato; segundo, s¨ª en el caso de que Zuma gane esta semana estar¨¢ legalmente capacitado para ejercer de m¨¢ximo mandatario de aqu¨ª a un a?o. La pregunta es v¨¢lida porque penden sobre ¨¦l acusaciones de corrupci¨®n que podr¨ªan llevarlo otra vez a juicio, e incluso a la c¨¢rcel.

Para muchos surafricanos, incluso para muchos de los fieles del ANC, la situaci¨®n es desesperante. ?C¨®mo es posible que el partido que produjo algunos de los grandes hombres del siglo XX -como Mandela, como su predecesor Oliver Tambo, como el ganador del Premio Nobel de la Paz Albert Luthuli- haya llegado al extremo de elegir como l¨ªder a un individuo con precedentes tan nefastos? Ayer mismo, el ex arzobispo de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu, implor¨® al ANC que no eligiera a Zuma.

Lo que provoca a¨²n m¨¢s desesperaci¨®n es el hecho de que hay gente admirable y capaz dentro del ANC, dignos sucesores de Mandela, que podr¨ªan -y querr¨ªan- ocupar el puesto de presidente de la organizaci¨®n. El ascenso de Zuma se explica en t¨¦rminos del rechazo que ha provocado Mbeki durante sus ocho a?os en la presidencia, y el empe?o que ha demostrado Zuma por proyectarse como el anti Mbeki. Que lo es.

Zuma, un zul¨² de origen humilde, tiene una gran confianza en s¨ª mismo a pesar de que nadie le ha calificado nunca de ser una lumbrera; Mbeki es un hombre profundamente inseguro, a pesar de que nadie duda de su inteligencia -si no hubiera sido pol¨ªtico, podr¨ªa haber optado por la vida acad¨¦mica-. Zuma es un hombre expansivo, relajado que sabe c¨®mo animar a una multitud; Mbeki es tieso y no tiene ning¨²n don populista. Zuma es un tradicionalista africano que luce bien con una piel de leopardo; Mbeki fuma en pipa, bebe whisky, recita a Shakespeare y no convence a nadie cuando se postula como l¨ªder del movimiento "renacentista" africano.

Por estos motivos, y porque adem¨¢s Mbeki tiene una marcada tendencia a centralizar el poder y a marginar al Parlamento a la hora de tomar las grandes decisiones de Estado, el ANC da se?ales claras de haber optado por un sucesor diferente de ¨¦l.

Pero el principal motivo por el cual parece que Zuma va a ganar es que Mbeki se ha postulado como su principal rival para el cargo de presidente del ANC. Por los l¨ªmites que impone la Constituci¨®n, Mbeki no podr¨ªa repetir como presidente de la naci¨®n, pero su idea ha sido mantener el control del partido para poder ¨¦l mismo elegir su sucesor como jefe de Estado. Y esto, para los delegados del ANC reunidos estos d¨ªas en su conferencia anual, ha resultado intolerable.

Lo cual a su vez ofrece consuelo a muchos opositores de Zuma, incluso en el probable caso de que ¨¦l gane. Porque lo que s¨ª ha demostrado el ANC es que, por dudoso que sea su gusto pol¨ªtico, sigue siendo una organizaci¨®n profundamente democr¨¢tica, opuesta a las tendencias autoritarias que exhibe Mbeki. En el resto de ?frica los l¨ªderes tienden a permanecer en el poder de por vida. En Sur¨¢frica -donde adem¨¢s la prensa es libre y el sistema judicial es tan independiente que ni un vicepresidente se salva de ¨¦l- no s¨®lo no pueden extender su mandato m¨¢s all¨¢ de dos legislaturas, sino que si demuestran una inclinaci¨®n por querer hacerlo, los mandan a la calle.