Ataque preventivo a tu bolsillo
El canon digital grava todos los aparatos aunque no se vayan a hacer copias - Artistas y consumidores se enfrentan
"Ya que me haces pagar, d¨¦jame copiar". Este sencillo ripio es, en realidad, el centro del dilema del canon digital, el gravamen m¨¢s odiado por los consumidores espa?oles, capaz de aglutinar en su contra voces dispares. La enmienda que se debate hoy en el Congreso para la posible desaparici¨®n del canon en el plazo de un a?o ha despertado las esperanzas de millones de usuarios y de los fabricantes de equipos que lo pagan, y las iras de artistas y las sociedades de gesti¨®n de derechos que lo recaudan.
Se paga por hacer copias de actos ¨ªntimos como una boda o un bautizo
El Congreso vota hoy la pervivencia o eliminaci¨®n del canon
"Si las descargas son ilegales, no deber¨ªan cobrar un canon por ellas"
Las entidades de gesti¨®n ingresar¨¢n 120 millones al a?o por el canon
Otros 20 pa¨ªses europeos se acogen al canon, con modelos diferentes
La directiva de la UE obliga a compensar al autor, pero sin f¨®rmula
El canon es una compensaci¨®n por los ingresos que presuntamente dejan de percibir los autores cada vez que alguien realiza una copia privada de su obra en lugar de comprar el original. Se paga cuando uno compra un soporte o un equipo capaz de almacenar o reproducir obras sujetas a derechos de autor, desde CD y DVD v¨ªrgenes, MP3, MP4 grabadores de ordenador y de DVD, decodificadores y televisiones con disco duro o memorias flash/usb. Lo incorpora en el precio el fabricante, aunque finalmente se lo cargue al consumidor. Va de los 17 c¨¦ntimos que se abonar¨¢n en 2008 por cada CD virgen a los 227 euros por la fotocopiadora m¨¢s avanzada. En total, entre 110 y 120 millones de euros al a?o, 80 millones por obras audiovisuales y 40 por reprograf¨ªa.
Es uno de los pocos grav¨¢menes que se paga por adelantado, se haga uso del derecho de copia privada o no. Parad¨®jicamente, la Ley de Propiedad Intelectual, la misma que regula el canon, en su ¨²ltima reforma de 2006, ampara los sistemas anticopia. Es decir, que si alguien compra una pel¨ªcula original en DVD y desbloquea la anticopia que lleva incorporada mediante un programa de software como Nero para ejercer su derecho a la copia privada, est¨¢ cometiendo un delito. "?Por qu¨¦ pago por algo que me proh¨ªben hacer?", se preguntan miles de consumidores.
"No pueden pagar todos los ciudadanos sobre la base de ser sospechosos de hacer cosas que no son legales". No es una frase del presidente de la Asociaci¨®n de Internautas. Lo ha dicho Mariano Rajoy, el presidente del Partido Popular. El l¨ªder de la oposici¨®n critica que el canon sea indiscriminado, ciego, uni¨¦ndose as¨ª por sorpresa a la protesta de todo el movimiento anticanon. Se paga por hacer copias privadas que luego resultan no ser legales o por actos ¨ªntimos como grabar las fotos del bautizo de los hijos, de la boda en un DVD, o por mandar una copia de la ¨²ltima juerga navide?a con los amigotes. Cuando el pap¨¢ le hace una foto a su beb¨¦ ("sonr¨ªe, rorro, sonr¨ªe"), y lo graba en un CD o en un l¨¢piz de memoria, Joan Manuel Serrat o Ana Bel¨¦n tienen un ingreso por canon, aunque el afortunado padre deteste la m¨²sica del autor del La la la o aborrezca la voz de la cantante de Zampo y yo.
No todo el mundo que, por ejemplo, tiene un m¨®vil con capacidad para bajarse canciones de Internet lo hace. Seg¨²n un estudio de Sigma 2, el 72% de los usuarios de un m¨®vil con capacidad para reproducir m¨²sica no usaba nunca o casi nunca esta facilidad. Pero a partir de 2008, los m¨¢s de siete millones que adquirir¨¢n un terminal con MP3 tendr¨¢n que pagar 1,5 euros. El car¨¢cter indiscriminado del canon es tal que, uno de los mayores contribuyentes es el Ministerio de Justicia, que est¨¢ obligado por ley a almacenar los juicios en soporte digital.
Las entidades de gesti¨®n lo recaudan. Pero nadie sabe a ciencia cierta c¨®mo lo utilizan y qu¨¦ parte del canon va a parar a sus autores asociados. La falta de transparencia es un de las principales cr¨ªticas que reciben.
Los fabricantes de equipos est¨¢n de u?as. El canon encarece sus productos y, lo que es peor, tambi¨¦n a ellos les provoca pirater¨ªa. Una tarrina de 10 DVD-R v¨ªrgenes comprados en El Corte Ingl¨¦s, que paga religiosamente el canon, cuesta 29,95 euros. La misma tarrina en el distribuidor de barrio (chino o no), que ha optado por elegir otros canales de importaci¨®n y no lo paga, vale 10 euros.
"Desde que se impuso el canon en 2003, el fraude se ha disparado. M¨¢s del 60% de los CD y los DVD v¨ªrgenes que se venden no lo pagan. No estamos en contra de los autores, pero es necesario buscar otras f¨®rmulas m¨¢s acordes con las nuevas tecnolog¨ªas. No se puede fijar una compensaci¨®n m¨ªnima a priori por un da?o que a¨²n no se ha producido", dice Mart¨ªn P¨¦rez, presidente de Asimelec, la patronal de los fabricantes de equipos.
Del otro lado, los autores y artistas, o al menos quienes se arrogan la representaci¨®n de ¨¦stos, no s¨®lo est¨¢n indignados, sino que esta semana han salido a la calle, y esta vez no para protestar por las guerras de Aznar sino por la guerra del canon. Se sienten traicionados por los pol¨ªticos frente a los que, como dice el actor Juan Luis Galiardo, "no hay que manifestarse como si fu¨¦ramos marujas sino comerles los ojos". Este colectivo considera que si se elimina el canon muchos creadores podr¨ªan perder hasta el 50% de los ingresos y algunos caer en la indigencia.
El presidente de la patronal tecnol¨®gica AETIC, Jes¨²s Banegas, considera que "Espa?a no tiene un problema de canon sino de pirater¨ªa", y que el Gobierno debe buscar un medio de combatir ese fraude en lugar imponer un gravamen "injusto, desproporcionado e indiscriminado" para compensarlo.
Las palabras de Banegas hacen alusi¨®n a un debate en el que se confunden dos conceptos aparentemente diferentes, pero que van irremisiblemente unidos: el de la copia privada y las descargas. En Espa?a, descargarse cualquier contenido de Internet, incluyendo las obras protegidas, no es ilegal salvo que haya ¨¢nimo de lucro, es decir, que luego se comercialicen. Las que se obtienen a trav¨¦s de redes de intercambio P2P con programas como Emule, BitTorrent son, por tanto, legales.
Sin embargo, las entidades de gesti¨®n consideran que son otra forma de pirater¨ªa. Y aqu¨ª viene el enredo. Te¨®ricamente el canon compensa las copias privadas legales pero ?autoriza a bajarse de la Red cualquier contenido y grabarlo? Seg¨²n las entidades de gesti¨®n, no, porque son ilegales; seg¨²n los internautas s¨ª, porque una vez que se paga el canon por la grabadora de DVD del ordenador o por el soporte de CD, se puede copiar cualquier contenido tal y como han dicho la Fiscal¨ªa General del Estado y varias sentencias.
El presidente del Consejo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Teddy Bautista, defiende la copia privada "como el m¨¢s social de los derechos porque si no existiese todas las descargas ser¨ªan ilegales, y te podr¨ªa caer un paquete como pasa en Estados Unidos por bajarte algo de Internet. No queremos que la industria se vea frenada por el canon porque nuestras tarifas son asumibles. Si Apple ha demostrado que se puede hacer negocio respetando la protecci¨®n de las obras, ?por qu¨¦ nuestra industria no puede?".
David Bravo, abogado especializado en propiedad intelectual, le responde: "Si las descargas son ilegales como afirman las entidades de gesti¨®n, no deber¨ªan cobrar un canon por ellas. Por lo tanto, es jur¨ªdicamente insostenible decir que las descargas no constituyen copia privada y que son ilegales y, al mismo tiempo, se?alarlas como la principal justificaci¨®n de la existencia del canon".
Espa?a es el pa¨ªs europeo que m¨¢s descargas de m¨²sica y de pel¨ªculas hace por Internet. El 58% de los usuarios espa?oles se bajan discos de la Red, y el 52% pel¨ªculas o videoclips, mientras que la media europea est¨¢ en el 37% y el 20%, respectivamente, seg¨²n la Asociaci¨®n Europea de Publicidad Interactiva. Las entidades de gesti¨®n lo miran en t¨¦rminos de pirater¨ªa: en 2006 se descargaron 136 millones de pel¨ªculas y el 80% de las descargas son de contenidos protegidos, seg¨²n la Federaci¨®n para la Protecci¨®n de la Propiedad Intelectual (FAP).
Para Enrique Dans, profesor del Instituto de Empresa y experto en esta materia "s¨®lo son piratas quienes venden discos en el top-manta, quienes comercian con dichas obras con ¨¢nimo de lucro. Los usuarios que las usan para su consumo personal no lo son. Lo contrario supone la criminalizaci¨®n de un segmento enorme de la sociedad por un comportamiento completamente l¨®gico: obtener los bienes donde m¨¢s sencillo y econ¨®mico resulta hacerlo. Si la tecnolog¨ªa pudiese hacer que del grifo de tu cocina saliese Coca-Cola, ?cu¨¢nto estar¨ªas dispuesto a pagar por Coca-Cola embotellada?".
Otro problema que plantea el canon es el de la doble imposici¨®n como se?ala Francisco Rom¨¢n, consejero delegado de Vodafone: "Nuestros clientes se descargan todos los meses legalmente 400.000 canciones. Ya pagan por las descargas; es absurdo que paguen tambi¨¦n por tener un m¨®vil".
Lo mismo ocurre en el caso de la televisi¨®n. Justamente cuando se est¨¢ propiciando el desarrollo de la televisi¨®n digital, por primera vez se gravan (12 euros) los decodificadores con disco duro y los grabadores de TDT, pese a que ninguno de esos aparatos est¨¢ programado para realizar copias. "Se est¨¢ penalizando las nuevas formas de ver televisi¨®n y se olvida adem¨¢s que esos aparatos incorporan sistemas anticopia", se?alan en fuentes del sector de televisiones de pago.
Los consumidores e internautas ven a la SGAE como a los recaudadores de impuestos medievales que cobraban por los derechos de paso. Pero olvidan que gran parte de ese dinero va a parar a artistas que gozan del favor del p¨²blico. "Teddy da la cara, pero Sabina pone el bomb¨ªn", dice el directivo de una compa?¨ªa de telefon¨ªa m¨®vil, aparatos que, junto a los MP3 y las memorias USB deber¨¢n pagar canon el pr¨®ximo a?o.
Y es que Joaqu¨ªn Sabina, que en su d¨ªa se signific¨® en defensa de la pirater¨ªa, es uno de los firmantes del manifiesto en favor del canon con vistas a la votaci¨®n de hoy. En el mismo figuran los actores Imanol Arias, Pilar Bardem, Leonor Watling o Juan Echanove; los productores Andr¨¦s Vicente G¨®mez, Agust¨ªn Almod¨®var, Enrique Cerezo; los m¨²sicos Miguel Bos¨¦, Ana Bel¨¦n, Raphael, Marta S¨¢nchez, Jos¨¦ Mar¨ªa Cano, Ana Torroja, y cineastas como Fernando Trueba o Mart¨ªnez-L¨¢zaro. Y entre los escritores, Juan Jos¨¦ Millas, Fernando Savater, Juan Manuel de Prada, o Antonio Gala.
El canon no es obligatorio. La directiva europea 2001/29/CE, traspuesta en 2006, establece la obligatoriedad de compensar a los autores, pero no fija una f¨®rmula concreta de compensaci¨®n. Espa?a eligi¨® el canon junto a otros 20 pa¨ªses, entre ellos Francia, Alemania, Italia y Portugal. En general, los pa¨ªses anglosajones han sustituido la figura de la copia privada por la del uso leg¨ªtimo (fair use o fair trading) por el que se permite la utilizaci¨®n de una obra original bajo ciertas circunstancias (uso no comercial, efecto en el mercado o tama?o de la reproducci¨®n). Los pa¨ªses que han legislado la copia privada tienen diferentes tasas y m¨¦todos de recaudaci¨®n. Algunos como Grecia, Polonia o Eslovaquia cobran un porcentaje sobre el precio de venta de los productos, en lugar de una tasa fija como Espa?a. Y la disparidad de tarifas entre pa¨ªses es total. De los 1,34 euros que cobran en Dinamarca por DVD virgen a los 0,14 euros en Portugal.
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