Diez pistas de pasi¨®n porte?a
Entre milongas y tiendas de dise?o, un recorrido por Buenos Aires
No sirve que nos cuenten Buenos Aires, que nos hagan ver su parecido con ciertas calles de Madrid o Par¨ªs. Tampoco sirve que nos hablen durante horas de la viveza y charlataner¨ªa de algunos porte?os: hay que padecerla o gozarla en directo, al igual que hay que comprobar en persona esos parecidos urbanos y probar la carne de vaca de la que tant¨ªsimo nos han hablado y que tanta salivaci¨®n virtual nos produjo en su momento. Como aperitivo, aqu¨ª van 10 sugerencias para recorrer esta ciudad inagotable.
1CALLES-INSIGNIA
Toda ciudad tiene unas cuantas calles insustituibles que funcionan como arterias suministradoras de energ¨ªa a todo el resto del cuerpo-ciudad. En Buenos Aires, la principal es, sin duda, Corrientes. Los tres elementos que la definen son pizza, libros y teatro. Y el cuarto, vida nocturna, aunque los lugare?os digan que ya no es para tanto. Pero Corrientes es largu¨ªsima y hay que optar por un tramo concreto: en el comprendido entre las avenidas Nueve de Julio y Callao se puede comer pizza de mil variantes en la se?orial pizzer¨ªa G¨¹err¨ªn; ir al cine en la preciosa sala Leopoldo Lugones, dentro del teatro San Mart¨ªn; comprar libros nuevos o usados en Edipo o Losada, y observar a la fauna variopinta de gente que transita por all¨ª.
Hay un total de 53 caf¨¦s notables protegidos ante posibles renovaciones que les roben su esencia. Entre ellos citaremos el archifamoso Tortoni
Los porte?os acuden en fin de semana a la Costanera Sur con sus termos de agua caliente, su mate y su bombilla; all¨ª se venden choripanes y se bailan chacareras y otras danzas folcl¨®ricas
Para contrastar, una calle arbolada y alejada de la animaci¨®n oficial: Honduras, en el meollo del barrio de Palermo, que entre los n¨²meros 4500 y 5500 nos conduce a la plaza de Cort¨¢zar y a su caf¨¦ destartalado y luminoso El Taller, abierto hasta las cinco de la madrugada, o a sus tiendas de ropa peculiares.
2 CURACI?N POR LA PALABRA
La palabra tiene un peso important¨ªsimo en Buenos Aires, tanto escrita como oral. El gusto por la conversaci¨®n de calidad se deja escuchar en cualquier caf¨¦ porte?o poniendo un poco la antena, pero tambi¨¦n el inter¨¦s por la escritura y la lectura (hay cientos de talleres literarios), por el teatro y, como ya nos hab¨ªan contado, por el psicoan¨¢lisis. Para acoger a tantos letraheridos surgen desde restaurantes con el nombre del pope del psicoan¨¢lisis -el Freud & Fahler de Palermo es un cl¨¢sico (Gurruchaga, 1750)- hasta librer¨ªas que programan cursos y charlas (la Boutique del Libro, en la calle Thames, con su caf¨¦ destartalado y sus estanter¨ªas repletas de libros hasta el techo, es de las mejores); teatros-caf¨¦ como El Camar¨ªn de las Musas, y hasta un hotel con nombre de novela emblem¨¢tica para la ciudad: el Boquitas Pintadas de San Telmo, llamado as¨ª por el libro hom¨®nimo de Manuel Puig. Considerado pop-hotel por su due?a, la comisaria de arte Heike Thelen, el Boquitas tiene cinco habitaciones, todas diferentes, y cada dos por tres inaugura exposiciones. Y para que los escritores en ciernes apunten sus ideas, la papeler¨ªa chic por excelencia donde encontrar el material ad hoc es Wussmann, en San Telmo, que adem¨¢s es galer¨ªa de arte.
3 DECADENCIA CON ENCANTO
Por suerte, Buenos Aires no ha sucumbido del todo a la cultura de la franquicia. Su ant¨ªdoto est¨¢ en los caf¨¦s notables, un total de 53, protegidos por el Ayuntamiento de la ciudad ante posibles renovaciones que les roben su esencia. Entre ellos citaremos el archifamoso Tortoni, en la avenida de Mayo, hoy quiz¨¢ demasiado turistizado. Pero por suerte hay otros, primos hermanos suyos, que tienen tanto o m¨¢s encanto: Los 36 Billares, sobre la misma avenida, con ancianetes echando la partida; Los Galgos, en Callao y Lavalle, con sus baldosas y ventiladores a?ejos, y La Puerto Rico (Alsina, 420), al lado de la farmacia La Estrella, la m¨¢s antigua de Buenos Aires. Ineludible tambi¨¦n El Hipop¨®tamo (Brasil, 401), al lado del parque Lezama, en la frontera entre San Telmo y La Boca. Y para empezar el d¨ªa, la confiter¨ªa Ideal, con espejos azogados y manteles de hilo, y tan enorme como sus s¨¢ndwiches de pan de miga.
Otro foco importante de decadencia a?orada, esta vez en lo que se refiere a objetos, es el barrio de San Telmo, con su feria callejera de antig¨¹edades siempre atestada de gente los domingos. Para husmear entre cacharros viejos, pero a cubierto, hay que ir al Dorrego (Niceto Vega y Dorrego), un mercado de pulgas (rastro) en el interior de una nave industrial que har¨¢ las delicias de cualquier atrezzista: en ¨¦l se encuentran hasta letreros luminosos de cerveza Quilmes que bien podr¨ªan decorar hoy el sal¨®n de alg¨²n loft reformado.
4 FILETES Y ASADOS
La palabra filete, si bien nos remite a un trozo jugoso de carne a la plancha, o a la parrilla, es tambi¨¦n una t¨¦cnica de pintura decorativa que, sin tener que hacer ejercicios de agudeza visual, veremos por toda la ciudad: muchos colectivos (autobuses) llevan esta modalidad de ribete floreado que los personaliza. La mayor concentraci¨®n de fileteado la encontramos en la calle de Jean Jaur¨¦s hacia el 700, justo en la manzana (o cuadra) donde se encuentra la casa museo de Gardel. Los colorines y ornamentos reunidos en esos cien metros de calle le han dado el nombre de Paseo del Fileteado y la convierten en un lugar muy fotografiable.
La connotaci¨®n animal del filete (bife en argentino) est¨¢ en las parrillas de la ciudad: en San Telmo hay que ir a La Brigada, cuya carne es tan tierna que, dicen, se parte s¨®lo con el tenedor. La parrilla El 22 (Carranza, 1950), en Palermo, es el t¨ªpico restaurante concurrido de barrio al que dan ganas de entrar -a no perderse su flan con dulce de leche-, y para terminar, la Caba?a las Lilas es la mejor apuesta para comer carne en Puerto Madero.
5 LA CIUDAD COMO 'COLLAGE'
Como no ha parado de recibir inmigrantes desde el siglo XIX, Buenos Aires, al igual que Nueva York, tiene su Ellis Island particular que funcion¨® hasta 1953: el antiguo Hotel de Inmigrantes (Ant¨¢rtida Argentina, 1355), un edificio de enormes ventanales que permanece abierto al p¨²blico y alberga una peque?a exposici¨®n de memorabilia sobre los llegados de pa¨ªses diversos que emocionar¨¢ a muchos visitantes.
Y si a menudo la nostalgia por la tierra natal se combate a trav¨¦s de la comida casera, en Buenos Aires es f¨¢cil paliarla, pues hay centros, clubes y restaurantes de todas las colectividades: el Centro Vasco-Franc¨¦s (Moreno, 1370), con su gran sal¨®n de techos altos y su front¨®n como Dios manda en el interior, es una elecci¨®n acertad¨ªsima para comer pescado; La Casa Polaca (Borges, 2076), en Palermo, es una idea buena para cenar comida contundente en un entorno animado.
Italia, en cambio, est¨¢ tan presente en la cocina argentina que ya ni le hace falta un centro propio; adem¨¢s, por toda la ciudad se encuentran cientos de tiendas que venden pasta fresca casera.
6 NUNCA LA MISMA MILONGA
Adem¨¢s de ser un baile agarrao emparentado con el tango, la milonga es el nombre que se da a las veladas danzarinas donde suenan tangos y, por descontado, milongas. Hay una oferta ampl¨ªsima que facilita y a la vez dificulta la elecci¨®n. Aunque uno no tenga idea de c¨®mo mover los pies, ver bailar a los porte?os de cualquier edad (se?or barrig¨®n con muchacha espigada, por ejemplo) es una experiencia placentera, en nada similar a la cena-espect¨¢culo de tango en la que una pareja vestida de negro hace firuletes permanentes con las piernas.
Una popular¨ªsima es la que se monta de mi¨¦rcoles a s¨¢bados en La Viruta (Armenia, 1366), y que va precedida de una clase de tango. La que organiza la precios¨ªsima confiter¨ªa Ideal suele tener orquesta en vivo. Y para escuchar un tango no turist¨®n, el lugar id¨®neo es el Club Atl¨¦tico Fern¨¢ndez Fierro. Los chicos de la Orquesta T¨ªpica tanguera de igual nombre salen a escena con los ademanes de un grupo de thrash metal y tocan como los ¨¢ngeles el bandone¨®n y lo que les echen, todo en un ambiente como de verbena popular dentro de un galp¨®n o nave industrial.
Pero la farra porte?a tambi¨¦n deja lugar para el pop o el rock de cualquier latitud. As¨ª, uno puede seguir la fiesta en el divertido Mundo Bizarro (Serrano, 1222), perturbador por su interiorismo, enteramente de color rojo, o en el Club Niceto, que organiza fiestas tem¨¢ticas casi a diario.
7 CASAS Y CONVENTOS
Buenos Aires es una de las metr¨®polis del planeta con m¨¢s cantidad de casas bajas dentro de la ciudad, lo cual es una suerte tanto para el visitante como para el lugare?o. La casa-chorizo, sin connotaciones parrilleras esta vez, es uno de los formatos m¨¢s frecuentes: consiste en un pasillo largo con todas las habitaciones a un lado. Y las hay de otros tipos: de dos o tres pisos, como peque?os palacetes, tan dif¨ªcilmente encontrables a d¨ªa de hoy en otras urbes. As¨ª, para disfrutar de ellas, las dos mejores opciones podr¨ªan ser Casa Coupage, donde tienen lugar catas de vinos y cenas atendidas por los simp¨¢ticos In¨¦s y Santiago, y el bar restaurante Milion, con docenas de espacios para elegir (primer piso, segundo, balc¨®n, jard¨ªn, etc¨¦tera).
Para empezar el d¨ªa, otra casa: Limbo (Armenia, 1820), que ofrece una larga carta de desayunos. Para comer abre sus variadas puertas el vegetariano Providencia, encantadoramente desvencijado, donde adem¨¢s hornean panes en un ambiente de comuna. Pero m¨¢s puede sorprendernos la presencia de conventos camuflados a lo largo de Buenos Aires, dif¨ªciles de asociar con esta ciudad tan pasional. En San Mart¨ªn y Viamonte se halla el de Santa Catalina, que funciona como restaurante refinado, y cuando hace buen tiempo, comer en su claustro es impagable. En Reconquista, 269, se encuentra el de San Ram¨®n Nonato, con sus tiendas dentro y con un restaurante gigantesco donde los lugare?os devoran milanesas de carne.
8 DISE?O POR DOQUIER
El ingenio y la creatividad son dos sambenitos positivos con los que se suele estereotipar a los argentinos. Los frutos de ambas cosas se dejan ver por toda la ciudad. En Palermo Soho, el barrio que quiere y puede sin complejos ser el primo del Soho neoyorquino, el dise?o se palpa. Objetos Encontrados (Thames, 1721) ser¨ªa un buen representante de c¨®mo darle una segunda vida a cosas insospechadas como envases de aspirinas.
Otra gran idea es Seco (Armenia, 1646), que vende ropa y complementos para momentos de lluvia aun en tiempos de desertificaci¨®n planetaria. Metros m¨¢s all¨¢ se encuentra Tienda Palacio (Honduras, 5272), cuya especialidad son los iconos argentinos como Evita o Gardel convertidos en objetos pop. Y si preguntamos cu¨¢l es la estrella del dise?o de moda argentino, nos responder¨¢n que Mart¨ªn Churba; para encontrar su local, llamado Tramando, tendremos que desplazarnos al postinero barrio Norte, de aires parisienses.
9 MUSEOS VARIOPINTOS
Hoy d¨ªa, toda ciudad que se precie tiene su macromuseo de arte contempor¨¢neo, cuyo edificio, tambi¨¦n contempor¨¢neo, es tan interesante como su colecci¨®n. El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) es un buen ejemplo. Su edificio blanco, de los arquitectos Atelman, Fourcade y Tapia, tiene resonancias de su casi hom¨®nimo barcelon¨¦s, el MACBA. El museo encierra una interesante y no siempre bien conocida colecci¨®n de arte latinoamericano contempor¨¢neo, as¨ª como un restaurante, un cine y una librer¨ªa que merecen m¨¢s de una visita.
Mientras encuentra su lugar definitivo, el Museo de Arte Moderno (MAMBA) se aloja en el edificio imponente que antes ocup¨® Correos, en Corrientes, 172. Entre las galer¨ªas que contribuyen a situar a los artistas argentinos en la escena internacional, la abanderada es Ruth Benzacar, en la plaza de San Mart¨ªn. Appettite (Chacabuco, 551) presume tanto de ser la m¨¢s atrevida como de tener sucursal en Brooklyn.
10 UN R?O SIN ORILLAS
A Buenos Aires le ha tocado el r¨ªo de la Plata, descomunal, color marr¨®n y anch¨ªsimo y, obviamente, sin puentecillos plagados de parejas acarameladas. Por eso quiz¨¢ le ha hecho poco caso, aunque hace unos a?os se reformara toda la zona de los diques para crear Puerto Madero, hoy un barrio fashion, con restos de su pasado portuario que le dan encanto -las viejas gr¨²as que decoran el paseo Juana Gorriti, por ejemplo-, y ahora, por fin, un puente: el blanqu¨ªsimo puente de la Mujer, dise?ado por Calatrava.
Pero si nos cansa la est¨¦tica cuidada y buscamos algo m¨¢s informal, andando unos metros llegaremos a la Costanera Sur: all¨ª acuden los porte?os en fin de semana con sus termos de agua caliente, su mate y su bombilla; all¨ª se venden choripanes grasientos, pero sabros¨ªsimos, y se bailan chacareras y otras danzas folcl¨®ricas del interior del pa¨ªs, que no todo ha de ser tango en la capital de un macropa¨ªs como Argentina.
- Mercedes Cebri¨¢n (Madrid, 1971) es autora de Mercado Com¨²n y El malestar al alcance de todos (Caballo de Troya).
UNA EXCURSI?N
SI LA DISTANTE relaci¨®n entre Buenos Aires y su r¨ªo nos deja con ganas de algo m¨¢s, la soluci¨®n es ir al Tigre. All¨ª es donde el Paran¨¢ se abre formando su propio delta, y un rizoma de canales, arroyos y r¨ªos se apropia del paisaje: la experiencia de ser un ratito el Marlow del Coraz¨®n de las tinieblas est¨¢ garantizada. S¨®lo hay que subirse al simp¨¢tico tren de la costa que sale de la estaci¨®n Maip¨² para, por fin, ir bordeando el r¨ªo y llegar a la estaci¨®n Delta. Una vez all¨ª se puede optar, o por una excursi¨®na medida en la que el barquero nos adentre hasta donde pactemos con¨¦l, o por viajar en lancha colectiva, modalidad de vaporetto tigrense que emplean los habitantes de la zona para desplazarse. Acercarse en una de ellas a Tres Bocas, un ¨¢reade islas interconectadas por puentes y caminos, y ver a los pasajeros bajarse en su embarcadero particular con bolsas de la compra puede dejarnos verdes de envidia.Y durante el trayecto hasta las islas es imposible no sorprenderse ante la casita blanca protegida por una gigantesca urna de cristal que sale a nuestro paso: fue propiedad del presidente Sarmiento en el siglo XIXy tiene sus horarios de visita. Comer en un restaurante-palafito, pasearsin rumbo fijo entre sauces lloronesy casuarinas y ser picado porlos mosquitos locales son tambi¨¦n actividades de obligado cumplimiento. A la vuelta quiz¨¢ nos quede tiempo para comprar algo de mimbre en el Puerto de Frutos, a diez minutos de la estaci¨®n fluvial, o visitar el pueblo de San Isidro, otra de las paradas del tren de la costa, donde la escritora Victoria Ocampo ten¨ªa su casona, hoy convertida en centro cultural.- www.tigre.gov.ar.- www.villaocampo.org.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo telef¨®nico: 00 54 11. - Moneda: peso argentino (un euro equivale a unos 4,5 pesos argentinos).C¨®mo ir- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com). Ida y vuelta a Buenos Aires desde Madrid, a partir de 861,83 euros, tasas y gastos incluidos.- Air Europa (www.aireuropa.es; 902 40 15 01). Ida y vuelta a Buenos Aires desde Madrid, a partir de 861,49 euros, todo incluido.- Aerol¨ªneas Argentinas (900 95 57 47; www.aerolineas.com.ar). Ida y vuelta a Buenos Aires desde Madrid, 861,83 euros, tasas y gastos incluidos.- Air Comet (www.aircomet.com; 900 99 54 99). Ida y vuelta a Buenos Aires desde Madrid, 992,83, todo incluido.Dormir- Boquitas Pintadas (43 81 60 64; www.boquitas-pintadas.com.ar). Calle de Estados Unidos, 1393. Buenos Aires. Tarifas entre 40 y 70 euros.- Ch¨¦ Lulu (47 72 02 89; www.chelulu.com). Emile Zola, 5185. Palermo. Hotel y apartamentos. Habitaci¨®n doble con ba?o privado, desde 55 euros.- Home (www.homebuenosaires.com; 47 78 10 08). Honduras, 5860. Palermo. Habitaci¨®n doble, desde 85 euros.- OnZ¨¦ (www.onzehotelboutique.com; 48 21 28 73). Ecuador, 1644. Recoleta. Habitaci¨®n doble, desde 85 euros.Comer- Milion (www.milionargentina.com.ar; 48 15 99 25). Paran¨¢, 1048.- Caba?a las Lilas (43 15 10 10). Alicia Moreau de Justo, 550. Puerto Madero. A partir de 20 euros.- Casa Coupage (48 33 63 54; www.casacoupage.com.ar). Cenas y catas de vino. G¨¹emes, 4382. Palermo. Es necesario reservar.- El Claustro Santa Catalina (43 12 02 35; www.elclaustrosc.com.ar). San Mart¨ªn, 705. Men¨² de mediod¨ªa, 10.- Parrilla La Brigada (43 61 55 57). Estados Unidos, 465. San Telmo.- Para m¨¢s locales, consultar www.labrigada.com.Caf¨¦s- Los 36 Billares (www.los36billares.com.ar). Avenida de Mayo, 1265. Abre todo el d¨ªa.- Confiter¨ªa Ideal (52 65 80 69; www.confiteriaideal.com). Suipacha, 380. Abierto desde las 10.00.Milongas y tango- Club Atl¨¦tico Fern¨¢ndez Fierro (www.fernandezfierro.com). S¨¢nchez de Bustamante, 764. Mi¨¦rcoles a partir de las 21.00 y s¨¢bados alternos.- La Viruta (47 74 63 57). Armenia, 1366. Palermo. Mi¨¦rcoles y s¨¢bados, desde las 21.00.- Sal¨®n Canning (43 42 47 94). Scalabrini Ortiz, 1331. Lunes, martes y viernes a partir de las 23.00.Orquesta en directo a partir de las 2.00 (milonga organizada por la asociaci¨®n Parakultural).Dise?o- Tramando (www.tramando.com). Rodr¨ªguez Pe?a, 1973. Recoleta.- Papeler¨ªa-galer¨ªa Wussmann (www.wussmann.com).Venezuela, 570. San Telmo.- Autor¨ªa BsAs (www.autoriabsas.com.ar). Suipacha, 1025.Museos y galer¨ªas- MALBA (www.malba.org.ar). Avenida de Figueroa Alcorta, 3415. Cierra los martes.- Galer¨ªa Ruth Benzacar. Florida, 1000.- Galer¨ªa Appetite. Chacabuco, 551.Librer¨ªas- La Boutique del Libro. Thames, 1762. Palermo. Abierta hasta las 22.00.Teatros- San Mart¨ªn (y cine Sala Lugones). Corrientes, 1530.- El Camar¨ªn de las Musas (www.elcamarindelasmusas.com.ar). Mario Bravo, 960.Bares- Mundo Bizarro. Serrano, 1222. Palermo. Tambi¨¦n cenas.- Club Niceto (www.nicetoclub.com). Niceto Vega, 5510. Palermo. Jueves, viernes y s¨¢bados, a partir de las 21.00.Informaci¨®n- Oficina de turismo de Buenos Aires (www.bue.gov.ar; tel¨¦fono desde Argentina, 080 09 99 28 38).- Turismo de Argentina en Madrid (917 71 05 46; www.turismo.gov.ar).
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