"Detr¨¢s del atentado est¨¢ la mano de Al Qaeda"
Ahmed Rashid es uno de los m¨¢s destacados periodistas de Pakist¨¢n. Corresponsal de la Far Eastern Economic Review de Hong Kong y del Daily Telegraph, autor de textos sobre la yihad, es uno de los primeros que cont¨® el nacimiento y desarrollo de los talibanes, el movimiento de los estudiantes islamistas en Afganist¨¢n, y sus relaciones con Pakist¨¢n. Cr¨ªtico con el presidente Pervez Musharraf, Rashid se confiesa conmocionado por el asesinato de Benazir Bhutto.
Pregunta. ?Qui¨¦n es el responsable?
Respuesta. Detr¨¢s del atentado est¨¢ la mano de Al Qaeda a trav¨¦s de sus conexiones con los extremistas de Pakist¨¢n o Afganist¨¢n, estoy seguro. S¨¦ que muchos acusan a Musharraf pero, en mi opini¨®n, la estructura del ataque, la forma en que se ha ejecutado, constituyen por s¨ª mismas una firma bastante clara. El francotirador, el intento de distracci¨®n, la potent¨ªsima explosi¨®n... Es la mano de Al Qaeda.
"La estructura del ataque, la forma de ejecutarlo, es la firma de Al Qaeda"
P. ?Por qu¨¦ excluye la participaci¨®n en el ataque del Gobierno de Musharraf o de los servicios secretos?
R. Este atentado ha precipitado tambi¨¦n al Gobierno en el caos: no saben qu¨¦ hacer. Se habla de la imposici¨®n de la ley marcial, de la suspensi¨®n de las elecciones. Pero detr¨¢s de estas palabras existe una situaci¨®n terrible de total incerteza. El Gobierno se encuentra en graves dificultades y la credibilidad de Musharraf, que antes de la muerte de Bhutto ya era muy baja, ahora ha ca¨ªdo al m¨ªnimo.
P. ?Qui¨¦n ocupar¨¢ el puesto de Bhutto ahora?
R. No lo s¨¦. Es demasiado pronto para responder. En este momento todo es muy confuso en Pakist¨¢n. Hacer previsiones resulta verdaderamente dif¨ªcil.
P. Tras el primer atentado, Benazir Bhutto continu¨® haciendo campa?a electoral, ?por qu¨¦?
R. Ha estado muy escondida desde el primer ataque. No sal¨ªa casi nunca de su casa y estaba siempre rodeada de medidas de seguridad imponentes porque todos repet¨ªan que se encontraba en peligro. Ella misma conoc¨ªa bien los riesgos, pero decidi¨® volver y, evidentemente, cuando vio que la campa?a electoral no presentaba demasiados problemas, crey¨® que podr¨ªa volver a los actos p¨²blicos. Quiz¨¢s pensaba que estaba m¨¢s protegida de lo que en realidad lo estaba.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ ahora?
R. Se espera mucha violencia: correr¨¢ la sangre. Los enfrentamientos ya han comenzado y cuando llegue el funeral y el luto, aumentar¨¢n. La gente est¨¢ furiosa con el Gobierno. Calmarla ser¨¢ imposible.
P. ?Qu¨¦ puede hacer la comunidad internacional?
R. Poco o nada. EE UU har¨¢ esfuerzos tit¨¢nicos para intentar calmar la situaci¨®n pero no s¨¦ si servir¨¢n para algo.
P. Habla de violencia y sangre, ?tiene esperanza en el futuro de Pakist¨¢n?
R. En este momento, de verdad, no lo s¨¦.
? La Repubblica / EL PA?S
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