Sofismas y paradojas
El TAV no da respuesta al 90% de las necesidades de movilidad del pa¨ªs, que deber¨¢n seguir cubiertas por carretera
El uso del sofisma parece haberse convertido en pr¨¢ctica habitual para muchos gobernantes y responsables pol¨ªticos. Las declaraciones de la consejera de Transportes, Nuria Lopez de Guere?u, hace unos d¨ªas (El Correo, 23 de diciembre) rayan la perfecci¨®n en lo que a su utilizaci¨®n se refiere. El titular ya era prometedor: "La minor¨ªa que se opone al TAV no impondr¨¢ sus ideas a la sociedad vasca", de donde cabr¨ªa deducir que todo el que se opone al proyecto, o bien pretende imponer algo al resto, o bien simpatiza necesariamente con los violentos. Las miles de personas abiertamente contrarias a la violencia que han opinado contra el TAV son obviadas, pues su mera existencia resulta contradictoria con las necesidades argumentales del Gobierno vasco.
?C¨®mo sabe la consejera que es una minor¨ªa la que se opone al proyecto, cuando all¨ª donde a la gente se le ha preguntado se ha traslucido m¨¢s bien lo contrario? La respuesta puede encontrarse en la propia entrevista, algo m¨¢s adelante: "Los gobiernos se constituyen mediante elecciones leg¨ªtimas, y en el caso de la Y vasca, todos los pasos se han dado por gobiernos que representan a la mayor¨ªa". O sea, que la consejera no sabe si la oposici¨®n al TAV es o no minoritaria. Lo que nos recuerda es que tiene legitimidad para gobernar, lo que no es sino una obviedad, negada por cierto cuando conviene decir lo contrario.
Se puede gobernar mejor o peor, pero eso no parece ser importante para quienes eligen en cada momento cu¨¢les son los mecanismos que m¨¢s les convienen para interpretar los sentimientos mayoritarios de la gente respecto a unos u otros temas.
Finalmente, las declaraciones de la consejera aportaban otra elaborada utilizaci¨®n del sofisma: "La verdadera agresi¨®n [al medio ambiente] es nuestro sistema de transporte basado en el coche y la carretera", luego... "la mayor agresi¨®n al medio ambiente es no hacer el TAV". ?Chap¨®! Ni el m¨¢s afamado prestidigitador ser¨ªa capaz de sacar semejante conejo de la chistera. Ya pueden jubilarse todos los que llevan a?os defendiendo el tren frente a la carretera, reclamando un transporte ferroviario moderno y vers¨¢til, capaz de acercarnos al mundo, pero tambi¨¦n de unir nuestros pueblos y comarcas. A partir de ahora, si se quiere luchar contra el deterioro del medio ambiente no hay otra que apoyar el TAV, aunque el mismo no d¨¦ respuesta al 90% de las necesidades de movilidad del pa¨ªs, que deber¨¢n seguir siendo cubiertas por la carretera.
El nuestro es un curioso y desgraciado pa¨ªs, en el que algunos justifican la violencia mientras parasitan leg¨ªtimas reivindicaciones de diversos sectores sociales; en el que los responsables pol¨ªticos, si les conviene, aprovechan a su vez la existencia de los violentos para meter a todos en el mismo saco y silenciar as¨ª cualquier atisbo de oposici¨®n democr¨¢tica a sus proyectos. ?ste es un pa¨ªs parad¨®jico, en el que el Gobierno acepta sin rechistar las imposiciones antidemocr¨¢ticas de los violentos en un buen n¨²mero de temas identitarios, mientras se muestra intransigente -alardeando de supuesta firmeza democr¨¢tica- cuando se trata de discutir temas sociales.
?ste es un pa¨ªs de locos, en el que los mismos que consideran imprescindible una consulta sobre el derecho a decidir en abstracto, la niegan cuando se trata de decidir cosas concretas, pues para eso -dicen- ya est¨¢n las elecciones. Ver para creer.
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