La unidad de lo disperso
Andreas Gursky, maestro de la imagen digital, expone sus ¨²ltimos trabajos en el Museo de Bellas Artes de Basilea
La presente exposici¨®n del alem¨¢n Andreas Gursky en el Kunstmuseum de Basilea es, posiblemente, el sue?o de todo museo o comisario. Una propuesta que logra atraer a un p¨²blico que no frecuenta los museos ni las exposiciones de arte contempor¨¢neo y que da que hablar a diarios y revistas que normalmente no consagrar¨ªan m¨¢s de cuatro l¨ªneas a una muestra fotogr¨¢fica. Pero Gursky juega, sin duda, en ligas mayores. A imagen y semejanza de sus obras monumentales, rayanas en la desmesura.
"Es una exposici¨®n que atrae a un p¨²blico mucho m¨¢s joven que lo habitual e incluso se llena de empleados y trabajadores tras el cierre de las empresas", explica la doctora Nina Zimmer, responsable de la muestra. Seg¨²n la comisaria, "la explicaci¨®n es que es un tipo de fotograf¨ªa con la que todo el mundo puede identificarse y, en cierta medida, entender, pues sus temas est¨¢n tomados directamente de la cultura popular". Temas como un concierto de Madonna, las discotecas alemanas de moda o las carreras de f¨®rmula 1.
"Gursky parte de un concepto digital y busca en la realidad los elementos que le interesan"
Una exposici¨®n recibida con aut¨¦ntico fervor medi¨¢tico y popular en la que dos tercios de las 27 piezas expuestas consiste en obra realizada en 2007, mientras que el tercio restante se presenta en p¨²blico por vez primera. "Unas fotos que hablan de la globalizaci¨®n, la masa y sus representaciones". Seg¨²n la comisaria, "ante un mundo en el que todo es fragmentario y en el que nos cuesta distinguir la realidad, Gursky intenta dar una visi¨®n de conjunto. Es una propuesta de unidad".
Una propuesta presentada en la imponente segunda planta del museo de la ciudad a orillas del Rin y que, a pesar de haber sido saludada con adjetivos como "magn¨ªfica, elegante y de monumental belleza" por la prensa, no obtiene unanimidad. Entre las voces disidentes destacan la del cr¨ªtico de arte del influyente cotidiano de Ginebra Le Temps. Luc Debraine afirma que, "si bien es dif¨ªcil resistirse a la virtuosa seducci¨®n de estas fotos", se muestra esc¨¦ptico sobre la necesidad de unas fotograf¨ªas gigantescas, que ocupan salas enteras. En su opini¨®n, "no ser¨ªa m¨¢s que una estrategia destinada a intimidar al visitante". Otros ven en esa opci¨®n un deseo de equipararse a la pintura. Pero Nina Zimmer se defiende de las acusaciones diciendo: "Hoy ya no es necesaria la competencia entre pintura y fotograf¨ªa, pues ning¨²n coleccionista serio mide el valor de una foto por su tama?o. La obra de Gursky es interesante en s¨ª misma, y no porque mida cuatro metros por tres".
La pasi¨®n por la fotograf¨ªa le viene de cuna a Gursky. "Su padre era un reconocido fot¨®grafo profesional que nunca vio su trabajo como una forma de arte". El joven Andreas, nacido en Leipzig en 1955, recibi¨® entonces esa influencia familiar y comenz¨® a desarrollar un trabajo que, al comienzo, intent¨® flirtear con la abstracci¨®n y las vanguardias hasta llegar al concepto actual a comienzos de los a?os noventa. "Aunque sus referencias son amplias y abarcan toda la Historia del Arte", comenta Zimmer. Seguir¨ªan estudios con Bernd y Hilla Becher, quienes ser¨ªan su principal influencia, antes de realizar una primera exposici¨®n de su trabajo en el inusual marco del aeropuerto de D¨¹sseldorf en 1987. El inicio de una andadura que le llevar¨ªa a un recorrido triunfal por las principales galer¨ªas y museos de Europa y Am¨¦rica.
Es en 1991 cuando Gursky da el paso definitivo a la fotograf¨ªa digital, abandonando pel¨ªcula y qu¨ªmicos. "Es el gran pionero de la manipulaci¨®n digital de im¨¢genes", agrega Zimmer, "y alguien que evoluciona con su tiempo. Su uso de la inform¨¢tica m¨¢s avanzada modifica la elecci¨®n misma de la imagen, pues Gursky parte de un concepto digital y busca en la realidad los elementos que le interesan. Puede decirse que en su trabajo lo digital es primario y fundamental".
Un trabajo que le ha llevado a vender este a?o su d¨ªptico 99 Cent II por 3,3 millones de d¨®lares. Es as¨ª que Gursky cuenta hoy con el envidiable privilegio de ser el fot¨®grafo que ha obtenido los m¨¢s altos precios en el mercado mundial de la fotograf¨ªa, rompiendo recientemente la "barrera imaginaria" de los dos millones de d¨®lares por una obra suya, adjudicada en una conocida casa de subastas de Nueva York. "Es la foto individual m¨¢s cara jam¨¢s vendida", precisa Nina Zimmer.
Fotos colosales, que quitan el aliento, realizadas a partir de la suma de hasta cien im¨¢genes independientes manipuladas por ordenador y realizadas con diversas c¨¢maras de placa ("Gursky no es un obsesivo de una marca o un tipo de c¨¢mara", aclara Zimmer) y tiradas sistem¨¢ticamente en una sola pieza. Toda una proeza tecnol¨®gica realizada en los laboratorios Gr?ger de D¨¹sseldorf. "Que son l¨ªderes mundiales en esta tecnolog¨ªa y colaboradores habituales de muchos de los fot¨®grafos que trabajan tirajes gigantes", comenta la doctora Zimmer.
No son pocos los observadores que interpretan las fotos de Andreas Gursky como un discurso sobre la insignificancia del hombre. Sobre las derivas de una sociedad marcada por el exceso, la soledad, la uniformizaci¨®n y el anonimato. "Una Nada muy evidente en la serie de fotos realizadas en Pyongyang, que son una referencia directa a estos temas. Pero Gursky es igualmente un gran periodista y un excelente narrador que nos habla con precisi¨®n de los mitos que son importantes para el hombre de hoy", a?ade Zimmer.
"Personalmente, me interesa c¨®mo define im¨¢genes y temas que son relevantes para la sociedad actual", concluye la responsable de la exposici¨®n, "pero al mismo tiempo no es afirmativo ni cr¨ªtico. Y eso es lo sorprendente: su neutralidad y su distancia; pues con esa actitud carente de mensaje ¨²nico deja al espectador hacer su propio an¨¢lisis". -
Andreas Gursky. Kunstmuseum Basel. St Allban-Graben 16. Hasta el 24 de febrero.
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