Empresarias, s¨ª o s¨ª
Noruega ha logrado un ¨¦xito sin precedentes en su plan de igualdad: el 80% de las empresas cuenta ya con un 40% de mujeres en sus consejos de administraci¨®n
El reloj de la igualdad noruega dio sus ¨²ltimas campanadas el pasado 1 de enero, la fecha l¨ªmite para que las grandes empresas cumplan con la ley pionera que les obliga a contar con -al menos- un 40% de mujeres en sus consejos de administraci¨®n.
A falta de datos definitivos, el Gobierno calcula que cerca del 80% de las empresas que cotizan en bolsa cuentan ya con el m¨ªnimo requerido, aunque sacar adelante esta iniciativa, que ha contado desde el principio con la oposici¨®n de la patronal, no ha sido f¨¢cil para el Ejecutivo socialdem¨®crata noruego.
La ministra de Igualdad dice que los hombres suelen elegirse entre ellos 600 ejecutivas han pasado por un programa especial de formaci¨®n
En las ¨²ltimas semanas se ha producido un aluvi¨®n de consejos extraordinarios en las empresas que han tratado hasta el ¨²ltimo momento de evitar quedarse fuera de la ley. Otras compa?¨ªas podr¨ªan los tribunales y enfrentarse al cierre como sanci¨®n, y hasta cerca de 80 han optado por cambiar de forma jur¨ªdica -los sociedades limitadas est¨¢n exentas- para burlar la ley. A¨²n as¨ª, el Gobierno de Oslo est¨¢ convencido de que el sistema de cuotas que hace m¨¢s de tres d¨¦cadas impuso en los cargos pol¨ªticos es la ¨²nica v¨ªa para romper el llamado techo de cristal de las mujeres y lograr una sociedad m¨¢s democr¨¢tica.
"M¨¢s del 50% de los licenciados son mujeres. No entendemos por qu¨¦ tienen que quedarse fuera del proceso de toma de decisiones. Hay que utilizar todos los recursos humanos del pa¨ªs, no s¨®lo la mitad de ellos", explica la ministra de Igualdad noruega Manuela Ramin-Osmundsen en una entrevista telef¨®nica. "Los hombres tienden a elegirse entre ellos porque es lo m¨¢s f¨¢cil. Se conocen, han estudiado juntos, son amigos...", dice, por lo que cree que sin medidas coercitivas el cambio no ser¨ªa posible.
Las cifras le dan la raz¨®n. Mientras que hace dos a?os el porcentaje de mujeres en los consejos de administraci¨®n de las empresas rondaba el 15,5%, esa cifra alcanz¨® el 33,9% en diciembre pasado tras meses de puesta en pr¨¢ctica de la ley, aprobada por el Gobierno anterior en 2003.
La norma, dirigida a las grandes sociedades an¨®nimas adem¨¢s de a las empresas p¨²blicas, y que en total obliga a unas 500 compa?¨ªas, no es una medida aislada sino una pieza m¨¢s de la premeditada maquinaria pol¨ªtica y legal que ha convertido a Noruega en la meca de la igualdad. Este rico pa¨ªs de 4,7 millones de habitantes fue el primero en Europa en permitir el voto a las mujeres en 1913. La paridad en los gobiernos data de finales de los sesenta, pero los puestos directivos han sido, sin embargo, un basti¨®n masculino hasta la promulgaci¨®n de la ley. A ¨¦sta no le faltan tanto defensores como detractores, aunque sin duda cambiar¨¢ el panorama empresarial del pa¨ªs.
Sigrun Vageng, directora ejecutiva de la confederaci¨®n de empresarios noruegos (NHO), figura entre los detractores. Vageng piensa que las empresas "tienen que ser libres" para elegir sus consejos de administraci¨®n. "Pero la mayor¨ªa del Parlamento aprob¨® la ley y desde esta semana la tenemos que cumplir. As¨ª que en vez de luchar a la contra hemos decidido ver qu¨¦ podemos hacer para que nuestras empresas cuenten con las mejores ejecutivas", afirma.
Haciendo de la necesidad virtud, la patronal puso en marcha el programa Female Future (Futuro Femenino) por el que ya han pasado unas 600 mujeres en puestos de responsabilidad que han recibido la formaci¨®n necesaria para formar parte de un consejo de administraci¨®n. Y, tal vez lo m¨¢s importante, a esas mujeres se les ha puesto en contacto con presidentes de las grandes empresas para que se conozcan y tratar as¨ª de ampliar los c¨ªrculos de contrataci¨®n masculinos. Un 60% de las mujeres que participaron en el proyecto recibieron una oferta para entrar en un consejo de administraci¨®n, seg¨²n la NHO.
A sus 39 a?os, Kari Nicolaisen es una de las 600 que recibi¨® la formaci¨®n. A esta directiva de Ringnes AS, la mayor compa?¨ªa cervecera y de refrescos del pa¨ªs, no le hace ninguna gracia que la ley obligue a contratar mujeres. "Yo no estoy a favor de que se elija a alguien por ser mujer. Yo quiero que me elijan por mis m¨¦ritos". A rengl¨®n seguido vienen los peros. "Pero la realidad es que los hombres terminan eligi¨¦ndose entre ellos. Se sienten m¨¢s c¨®modos relacion¨¢ndose con sus c¨®digos".
A pesar de haber participado en Female Future, Nicolaisen no tienen intenci¨®n, al menos de momento, de subir en el escalaf¨®n empresarial. Tras el nacimiento de su tercer hijo disfruta del m¨ªnimo de 10 meses de permiso de maternidad que le permite el Estado. ?Le resulta dif¨ªcil conciliar las responsabilidades profesionales con la vida familiar? "La clave est¨¢ en la flexibilidad que cada vez ofrecen m¨¢s las empresas noruegas. En mi empresa a nadie le importa si yo voy a la oficina o no o cu¨¢ntas horas echo all¨ª. Lo que les importa son los resultados y que haga bien mi trabajo. Eso me permite avanzar parte del trabajo desde casa cuando lo necesito. Me levanto a las seis de la ma?ana para luego poder estar con los ni?os hasta que se van al colegio. Luego puedo estar con ellos por la tarde y cuando se acuestan trabajo otro poco".
Suecia, Alemania y otros pa¨ªses europeos tienen sus ojos puestos en la experiencia noruega, que podr¨ªa traspasar fronteras en los pr¨®ximos a?os. Cierto es que el caso de Noruega es excepcional ya que, con una tasa de desempleo en torno al 1,6%, hace muchos a?os que los empresarios noruegos se han visto obligados, les gustara o no, a contratar mujeres, simplemente para poder llenar puestos vacantes. Tambi¨¦n es cierto que las cotas de bienestar y una amplia red de guarder¨ªas facilita la conciliaci¨®n de la vida familiar y la laboral. Pero no es menos cierto que estos factores han resultado hasta ahora insuficientes para que las noruegas rompieran de una vez por todas su techo de cristal.
La norma espa?ola pide paridad a las empresas, pero no les obliga
La ley de Igualdad aprobada en Espa?a hace poco m¨¢s de un a?o s¨®lo se atrevi¨® a exigir a las empresas de m¨¢s de 250 empleados a negociar planes de igualdad -sin obligar a llegar a acuerdos-, y a decir que las compa?¨ªas cotizadas en bolsa "procurar¨¢n" la paridad en sus consejos de administraci¨®n en un plazo de ocho a?os.
El porcentaje de mujeres en los consejos de administraci¨®n de las empresas espa?olas era este verano del 6% -una mujer por cada 15 hombres-, seg¨²n un estudio realizado por EL PA?S, aunque un a?o antes hab¨ªa una por cada 25 hombres.
Las medidas de la ley de Igualdad y la presi¨®n social van ofreciendo t¨ªmidos avances de este tipo, pero la situaci¨®n es a¨²n muy precaria. La tasa de paro femenino casi duplica al masculino y el sueldo de una mujer representa, de media, entre el 64% y 76% del de un hombre.
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