Divino Casillas
El portero madridista, insuperable, amarga a un Zaragoza superior hasta que aparecieron Robinho y Van Nistelrooy
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Otro repertorio sublime de Casillas, la primera jugada de Robinho y un ¨²nico remate de Van Nistelrooy, y el Real Madrid logr¨® su vig¨¦sima victoria en Chamart¨ªn en los ¨²ltimos 21 partidos oficiales (el Sevilla gan¨® en la ¨²ltima Supercopa de Espa?a). As¨ª es este Madrid que suma y suma sin pausa, fiable de punta a punta, un equipo al que sostiene Casillas y dispara Van Nistelrooy. No importa que el adversario, en este caso el Zaragoza, le supere de largo durante m¨¢s de una hora. Entonces, emerge el portero madridista, capaz de amargar a cualquier delantera. No importa que anochezca sin noticias del ataque del Madrid, sin que haya un simple plano del portero contrario. A este Madrid le basta media ocasi¨®n. Del resto se encarga Casillas.
REAL MADRID 2 - ZARAGOZA 0
Real Madrid: Casillas; S. Ramos, Cannavaro, Heinze (Torres, m. 16), Marcelo; Sneijder (Guti, m. 54), Diarra, Baptista (Gago, m. 77), Robinho; Ra¨²l y Van Nistelrooy. No utilizados: Dudek, Robben, Saviola, Higua¨ªn.
Zaragoza: L¨®pez Vallejo; Diogo, Sergio, Ayala, Juanfran; Celades (Gabi, m. 75) Luccin, Zapater; S. Garc¨ªa (Oscar, m. 75), Diego Milito y Oliveira (Paredes, m. 89). No utilizados: Miguel, Pavon y C. Herrero.
Goles: 1-0. M. 65. Van Nistelrooy remata de cabeza un pase de Robinho. 2-0 M. 77. Disparo de Robinho tras una jugada personal.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Ense?¨® cartulina amarilla a Marcelo, S. Ramos, Ayala y Diogo. Expuls¨® doctor Villanueva, m¨¦dico del Zaragoza en el minuto 31.
Unos 70.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
A veces a este Madrid le basta con media ocasi¨®n. Del resto se ocupa su guardameta
El equipo de Schuster no fue el que fren¨® al Bar?a; sin Guti le cuesta llevar iniciativa
Despu¨¦s de un asalto constante del Zaragoza durante una hora, el primer chispazo de Robinho acab¨® en el ¨²nico remate a porter¨ªa de Van Nistelrooy. La calidad por encima de la cantidad. Un azote para el cuadro de V¨ªctor Fern¨¢ndez, que, como tantos otros hu¨¦spedes de Chamart¨ªn, sinti¨® una amargura infinita. Una frustraci¨®n total. Todo un equipo derrotado por un portero. Pero Casillas es algo m¨¢s que un guardameta. Su figura tiene ya una dimensi¨®n divina, un embrujo para los rivales.
Casual o no, la lesi¨®n de un central, Heinze, desenchuf¨® al Madrid, que hab¨ªa asaltado el rancho aragon¨¦s durante el primer cuarto de hora. El contratiempo con el argentino supuso un punto de inflexi¨®n: el Madrid, tan optimista todo el curso y extasiado tras lo del Camp Nou, se atasc¨® de mala manera; el Zaragoza, tan confuso y deprimido toda la temporada, tom¨® el mando del encuentro. El Madrid no era el del Camp Nou. Diego Milito y Oliveira daban la lata a los centrales de Schuster -ya con Ramos en el eje y Torres en el costado derecho- y Luccin y Celades remaban sobre los pivotes locales. Pronto empez¨® el recital de Iker, que desvi¨® con el pie izquierdo un mano a mano con Diego Milito, que no es precisamente un ariete de regional. Lo mismo le sucedi¨® a Sergio Garc¨ªa, Oliveira, Diogo... En fin, a todos los zaragocistas, que fueron muchos, que desafiaron a Casillas. Donde no lleg¨® el meta local, la pelota fue escupida por el poste, como en un remate de Oliveira que precedi¨® al tanto inicial de Van Nistelrooy, que lo festej¨® con un sorprendente corte de mangas.
Para entonces ya estaba Guti en lugar de Sneijder, tan incapaz ante los centrocampistas rivales como Diarra y Baptista. Schuster ha instalado un dique en el medio, que puede ser tan v¨¢lido para frenar a equipos de la medida del Bar?a como improductivo en citas en las que el Madrid est¨¢ obligado a llevar la iniciativa. Sneijder, y a la primera vuelta le queda s¨®lo una jornada, sigue en Amsterdam. S¨®lo amenaza con la pelota detenida. Un buen relevo para Beckham, pero nada aporta cuando el equipo requiere imaginaci¨®n, la que desde luego le falta a Diarra y Baptista.
La entrada de Guti tuvo un efecto inmediato. M¨¢s que por lo que tuvo tiempo de aportar el canterano, porque su presencia result¨® contagiosa para la grada y su equipo. Con la apuesta por Guti, Schuster emiti¨® otro mensaje. La hinchada, silenciosa hasta entonces, lo entendi¨® y recibi¨® al rubio centrocampista con j¨²bilo. Quiz¨¢ tambi¨¦n lo interpretara as¨ª Robinho, desaparecido toda la jornada. Se anim¨® el brasile?o y, como es habitual, Van Nistelrooy lleg¨® puntual al gol. As¨ª son los depredadores como ¨¦l, impagables, imprevisibles. No necesitan dar se?ales, irrumpen sin previo aviso y sin remedio para los contrarios. Hasta la estocada del holand¨¦s, L¨®pez-Vallejo, el meta zaragocista, no hab¨ªa tenido que hacer una sola parada. A Casillas, a¨²n despu¨¦s del segundo gol, ejecutado por Robinho, le quedaban unas cuantas. El chico no concede ni una y le gusta eso de salir a hombros del Bernab¨¦u. Por algo todos sus compa?eros le abrazaron cuando el encuentro baj¨® el tel¨®n. Hasta once paradas, la mayor¨ªa de gran exigencia, hab¨ªa tenido que realizar. Un prodigio al que se agarra el Madrid siempre que se destempla, siempre que no le funciona el colectivo y siempre que tardan en exhibirse los pegadores.

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