"El puente que estaba en el imaginario colectivo era vetusto"
M¨¢s de dos a?os se ha pasado Juan Cuenca (Puente Genil, C¨®rdoba, 1934) enfrascado en las obras de restauraci¨®n del puente de C¨®rdoba, una infraestructura de origen romano remodelada y reconstruida a lo largo de dos milenios. La intervenci¨®n, que ha costado 14 millones de euros y que hoy se reabre al p¨²blico, ha sufrido algunas cr¨ªticas, centradas en la zona superior de la pasarela. Es decir, en el nuevo pavimento y los pretiles.
Pregunta. ?Hubo opiniones contrarias al proyecto en la Comisi¨®n de Patrimonio antes de empezar la obra?
Respuesta. Hubo debates en profundidad. Fue un proceso largo que me oblig¨® a corregir muchas cosas cuando parec¨ªa razonable. Por ejemplo, en cuanto a la iluminaci¨®n, la primera alternativa que present¨¦, que no gust¨® a la Comisi¨®n, fue integrar una l¨ªnea luminosa en el pretil. Me dieron argumentos y proyect¨¦ otro tipo de iluminaci¨®n desligada del pretil.
P. ?Se debati¨® el uso del granito rosa para el pavimento?
R. S¨ª. Hab¨ªa elegido un granito gris un poco dorado. La Comisi¨®n lo rechaz¨® y entonces propuse el granito rosa, porque es el usual en C¨®rdoba. A la Comisi¨®n le pareci¨® bien. Este tema nunca lo he querido sacar, porque quiero asumir mi responsabilidad yo solo. No quiero echarle la culpa a nadie. Todo lo que me ha trasmitido la Comisi¨®n lo he aceptado. No quiero insinuar que la culpa del granito rosa sea de otro. Es que no hay culpa, es que era lo que hab¨ªa que poner. En cuanto al despiece del granito, el puente estaba claro que deb¨ªa ser peatonal y se apuesta por algo nuevo y m¨¢s c¨®modo. El pavimento es lo que tiene menos inter¨¦s arqueol¨®gico porque es algo sometido al uso y que hay que renovarlo por el deterioro. Lo que me satisface es haber logrado un paseo fluvial espl¨¦ndido. Es emocionante ir por el centro de la calzada e acercarse a la monta?a monumental de C¨®rdoba.
P. ?Ha sentido la presi¨®n de las cr¨ªticas?
R. He sentido un poquito de verg¨¹enza. Primero, porque se utiliz¨® pol¨ªticamente. A estas alturas de la democracia los debates se deben centrar en cosas m¨¢s importantes. He sentido verg¨¹enza tambi¨¦n porque no se ha plateado un debate culto. Ha sido como en el f¨²tbol: qu¨¦ es mejor el Betis o el Sevilla. No me gusta vivir en una sociedad que se plantea las cosas en esos t¨¦rminos. Se me puede hacer una cr¨ªtica, pero a partir de un conocimiento.
P. ?Los partidos han usado la obra como arma de confrontaci¨®n?
R. Ha habido un inter¨¦s pol¨ªtico, lo que no s¨¦ es en qu¨¦ sentido. Estando pr¨®ximas las elecciones ha podido ser una especie de presi¨®n. Son juegos pol¨ªticos que no juzgo. Lo que no me gusta es que el objeto para la confrontaci¨®n sea el Puente Romano. Puede ser tambi¨¦n que sea para ganar votos.
P. ?La pol¨¦mica ha podido surgir tambi¨¦n porque la obra ha modificado la estampa del puente del imaginario colectivo?
R. S¨ª. Ah¨ª es donde est¨¢ la clave. El puente que estaba en el imaginario colectivo era vetusto, lleno de higueras. Sucio y negro daba sensaci¨®n de algo de anta?o. Era una imagen rom¨¢ntica. Y los detractores de la restauraci¨®n no quieren que les cambien nada porque les distorsiona. Pero si se hubieran fijado se dar¨ªan cuenta de que ahora el puente se parece m¨¢s al del siglo XIX del que hab¨ªa. Antes estaba totalmente desvirtuado, pero era vetusto y ten¨ªa plantas silvestres. Y quieren esa sensaci¨®n rom¨¢ntica de una cosa vieja. Pero en la visi¨®n de los viajeros rom¨¢nticos del XIX hab¨ªa mucho de traici¨®n, porque se complac¨ªan con la miseria.
P. ?Y no se ha podido pasar de frenada? ?El resultado no puede resultar demasiado actual para algunos?
R. Es que la imagen resultante no es actual. Lo que es actual es el paseo, pasearse por all¨ª. El pavimento siempre se ha instalado con la ¨²ltima tecnolog¨ªa de la ¨¦poca y en la ¨²ltima fue con un hormig¨®n dur¨ªsimo y el adoqu¨ªn encima. Y ahora se pone lo actual para el uso peatonal. Esto es una decisi¨®n, que puede gustar o no. Pero de ah¨ª a que sea un atentado... Eso no tiene nada que ver. Yo no he atentado contra el monumento.
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