El estado del malestar
Si Jos¨¦ Luis Pardo ya destac¨® en su momento como uno de los mejores conocedores y divulgadores de lo que se dio en llamar el neonietzscheanismo franc¨¦s, y de la figura de G. Deleuze en especial, hoy en d¨ªa, con la perspectiva que da el tiempo, cabe tambi¨¦n afirmar que se trata de uno de los autores que mejor han sabido sortear las derivas desvirtuadoras del pensamiento afirmativo asociado a ese movimiento. Una de ellas ha sido la de acabar confundi¨¦ndose con la actitud propia del "alma bella". De este modo, se dice que se afirma intensamente la existencia, aunque ninguna de sus manifestaciones en concreto, pues todas conllevan alg¨²n tipo de sombra o negatividad. Pero por mucho que se loen las virtudes de, pongamos por caso, un "cuerpo sin ¨®rganos", dif¨ªcilmente se va a poder disfrutar de una buena comida sin el correspondiente sistema digestivo, o de la m¨²sica sin un sistema auditivo (empezando por las orejas). Y otra de las derivas perniciosas de la filosof¨ªa de la afirmaci¨®n, tan pregonada en su momento, ha sido el esteticismo, con el que uno acaba siendo ac¨®lito de esa religi¨®n que intenta justificar la propia vida como obra de arte, y el resto del mundo como simple espect¨¢culo. Por el contrario, frente al "alma bella", Pardo se desmarca del af¨¢n de pureza y del cuestionamiento indiscriminado, y se compromete con ciertos valores como, por ejemplo, el cultivo de lo com¨²n o lo p¨²blico, o en definitiva de la igualdad, m¨¢s all¨¢ de la mera afirmaci¨®n del mundo personal de sensaciones, con lo cual tambi¨¦n se desmarca del esteticismo.
Esto no es m¨²sica. Introducci¨®n al malestar en la cultura de masas
Jos¨¦ Luis Pardo
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2007
495 p¨¢ginas. 23,90 euros
En este sentido, en Esto no es m¨²sica hallamos un brillante diagn¨®stico, y a la vez defensa, de la emergencia de la cultura popular durante los ¨²ltimos decenios. De todas formas, a nadie le gusta perder privilegios, y an¨¢logamente al var¨®n frente a la emancipaci¨®n de las mujeres, o al mundo occidental ante las exigencias de los pa¨ªses pobres, las ¨¦lites intelectuales (sucesoras de la figura de los sacerdotes) han reaccionado descalificando el ascenso de las nuevas manifestaciones culturales, bien tild¨¢ndolas de banalizaci¨®n del saber, bien acus¨¢ndolas de ser fruto del resentimiento pero sin aportar valores propios. Frente a ello, Pardo reivindica la capacidad de la cultura popular de desarrollar continuamente nuevas propuestas creativas, y a la vez de ser fiel al ruido de fondo incomprensible que rodea nuestras vidas -y que nos une m¨¢s all¨¢ de nuestros intereses particulares-, a trav¨¦s del car¨¢cter ca¨®tico o la algarab¨ªa que le son consustanciales. Lo que quedar¨ªa perfectamente ilustrado en la hist¨®rica cubierta del Sergeant Pepper's Lonely Hearts Club Band de los Beatles, en la que muchos nombres propios del imaginario popular, como Mae West, Tony Curtis, Albert Einstein o Bob Dylan, conforman un t¨®tum revol¨²tum sugestivo e inquietante, en el sentido literal de hacer tambalear la quietud o fijeza de nuestras representaciones habituales. De esta forma el sentido m¨¢s genuino de la "inversi¨®n del platonismo" estar¨ªa servido. La estrategia habitual ha consistido en limitar su alcance al simple intercambio de posiciones, en el interior de una cosmovisi¨®n que permanecer¨ªa sin ser puesta en entredicho, y en la cual a lo azaroso o indeterminado se le asignar¨ªa el lugar de simple excepci¨®n que confirmar¨ªa las bondades de la regla. As¨ª, el materialismo destronar¨ªa al espiritualismo, o la ficci¨®n a la realidad, sin m¨¢s consecuencias. Por el contrario, de lo que se tratar¨ªa es de relegar el orden de las determinaciones a un papel secundario, frente al car¨¢cter decisivo de lo indeterminado, ca¨®tico o irrepresentable.
El denominado "Estado de bienestar", cuya emergencia es inseparable de la de la cultura popular, hallar¨ªa de hecho su fundamento (parad¨®jico) en la constataci¨®n del fondo ca¨®tico de la existencia, que nos une e iguala radicalmente a todos, frente al intento de las ideolog¨ªas ilustradas de hacer derivar la defensa de lo p¨²blico de sus propuestas te¨®ricas. Aunque, claro est¨¢, existe el peligro de que se tome demasiado gusto a rebajar las pretensiones de lo determinado, a fin de destacar las virtudes de lo indeterminado, hasta el punto de creer que s¨®lo existen las diferencias y el devenir. De hecho, ¨¦sta constituye otra de las derivas cuestionables del neonietzscheanismo franc¨¦s a las que alud¨ªamos al principio. Y ello para regocijo del neoliberalismo, que halla una inesperada cobertura ideol¨®gica a su ataque a lo com¨²n, lo que tambi¨¦n ha sido a menudo puesto de manifiesto por parte de S. iek. El libre mercado convergir¨ªa con la afirmaci¨®n de la diferencia por la diferencia, o la deslocalizaci¨®n de las empresas parece una aplicaci¨®n imprevista de la noci¨®n de desterritorializaci¨®n. Se tratar¨ªa, en ¨²ltimo t¨¦rmino, de "acabar con la represi¨®n y la rigidez, propagando la idea de que el Estado de bienestar hab¨ªa sido un error de la misma ¨ªndole que el fascismo y el totalitarismo sovi¨¦tico".
En las ¨²ltimas p¨¢ginas de este magn¨ªfico libro, Pardo traza los rasgos de lo que denomina el "Estado de malestar", provocado por los continuos ataques que padece el orden de lo com¨²n (y que halla una penosa expresi¨®n en, por ejemplo, las agresiones que padecen los trabajadores de las escuelas o los hospitales p¨²blicos). Y es que est¨¢ muy bien demostrar sensibilidad ante los casos de acoso personal, pero ello no deber¨ªa suponer que nos desentendi¨¦ramos del acoso que recibe lo p¨²blico o el Estado de bienestar, ni que sea porque lo que est¨¢ en juego es el modo m¨¢s efectivo de combatir el acoso laboral o el inmobiliario. -
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