'Le m¨¦t¨¨que' en catal¨¢n
Forma ya parte de la tradici¨®n invernal barcelonesa, como las rebajas de los grandes almacenes, la escudella i carn d'olla de Navidad o el caganer del pesebre. Podr¨ªa pensarse que se trata simplemente de un concierto, pero no es as¨ª, la visita anual de Georges Moustaki es bastante m¨¢s que un concierto, es todo un ritual, una ceremonia m¨ªstica. Y como tal la viven sus seguidores incondicionales, que a?o tras a?o abarrotan el Palau.
El jueves la ceremonia se repiti¨®. El Palau se abarrot¨® hasta con sillas situadas en el mismo escenario y el entusiasmo contagioso fue la nota predominante de la velada. All¨ª estaba Moustaki eternamente vestido de blanco, rodeado de los mismos m¨²sicos, con el mismo repertorio de siempre, los mismos arreglos y la misma forma de interpretarlos. S¨®lo las cada vez m¨¢s notables carencias vocales del cantautor y una versi¨®n en catal¨¢n de Le m¨¦t¨¨que rompieron la esperada rutina.
Georges Moustaki
Palau de la M¨²sica, 10 de enero.
Liturgia
Una rutina que, como un texto lit¨²rgico, se repite a?o tras a?o y en la que nadie espera un cambio por peque?o que sea. ?Qu¨¦ suceder¨ªa si Moustaki anunciara un concierto con un repertorio totalmente nuevo? ?Se dejar¨ªa seducir su p¨²blico por la curiosidad o son la nostalgia y el recuerdo (a menudo la misma cosa) la ¨²nica baza que queda en juego? Ser¨¢ dif¨ªcil que lleguemos a saberlo porque el cantautor compone sin prisas y todo lo m¨¢s hay dos o tres canciones nuevas en cada visita, que, adem¨¢s, suelen pasar casi desapercibidas. En esta ocasi¨®n habr¨ªa sido tambi¨¦n as¨ª si Moustaki no hubiera requerido gafas de vista cansada para leer los nuevos textos colocados en un atril.
Fueron dos horas en las que el cantautor, m¨¢s bien el maestro o el oficiante, fue recorriendo todo su repertorio habitual, rescatando del olvido canciones de gran belleza y fuerte contenido emocional que su p¨²blico recibi¨® como una ducha de agua fr¨ªa en pleno desierto. Ma libert¨¦, Ma solitude, 17 ans, Il avait un jardin, En M¨¦diterran¨¦e fueron cantadas por una parte del p¨²blico compensando con su calor las cansinas versiones actuales de su creador.
Moustaki abri¨® la tanda de bises con una versi¨®n de Le m¨¦t¨¨que en catal¨¢n y la ovaci¨®n que la puntu¨® fue de las que hacen historia. El Palau se ven¨ªa abajo y Moustaki anunci¨® que el pr¨®ximo a?o volver¨¢. Hasta 2009.
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