Anelka, el renacer del F¨¦nix
- "Ya no soy parte del Arsenal. ?Al infierno con los ingleses!". Nicolas Anelka, que desde entonces ha jugado en cuatro equipos ingleses m¨¢s, al irse al Real Madrid en 1999.
No existe econom¨ªa m¨¢s aberrante en el mundo que la de los fichajes de futbolistas y no hay club que haya alimentado la aberraci¨®n con m¨¢s ebrio abandono que el Real Madrid. Pero no, no nos referimos en este caso a los fichajes que ha hecho el actual Madrid el verano pasado. De eso ya se ha hablado suficiente. El objetivo aqu¨ª es otro: hablar de Nicolas Anelka, el jugador m¨¢s raro, m¨¢s enigm¨¢tico nunca visto y, posiblemente, el peor fichaje de la historia del Real Madrid.
Cuesta creerlo, pero Lorenzo Sanz pag¨® al Arsenal 31 millones de euros por Anelka en el verano de 1999, 45 veces m¨¢s de lo que hab¨ªa pagado Ars¨¨ne Wenger por ¨¦l dos a?os antes. Cuesta creerlo a¨²n m¨¢s si se toma en cuenta que siete a?os despu¨¦s, el Madrid pag¨® la mitad, 15 millones, por Ruud van Nistelrooy, quiz¨¢ el goleador m¨¢s rentable que jam¨¢s se haya visto en el Bernab¨¦u.
Se?alamos el caso de Anelka porque hace dos d¨ªas firm¨® por el en¨¦simo club de su carrera, el Chelsea. Y porque, tomando en cuenta c¨®mo le fue en el Real Madrid, resulta asombroso que ah¨ª siga el franc¨¦s hoy, en la cumbre del f¨²tbol europeo.
Rebobinemos. Anelka jug¨® menos de 20 partidos para el Madrid en la temporada 1999-2000 y marc¨® cuatro goles. Nadie dudaba de su talento innato. A diferencia de Van Nistelrooy, que empez¨® su carrera jugando de central y todav¨ªa se nota, Anelka se mov¨ªa sobre el campo como una pantera. Pero era un tipo tan extra?o -los gui?oles siempre le retrataban jugando con un Gameboy, con un Walkman puesto- que le result¨® absolutamente imposible adaptarse al club, al equipo o a sus compa?eros. Michel Salgado, en un generoso intento de combatir el autismo del joven franc¨¦s, le invit¨® a su fiesta de cumplea?os. Anelka fue el ¨²nico jugador de la plantilla que no acudi¨®.
Es verdad que de los cuatro goles que marc¨®, uno fue clave. El de la victoria en semifinales de la Liga de Campeones contra el Bayern de M¨²nich. Pero por lo dem¨¢s, un desastre. Se fue al final de la temporada al club del que Wenger lo hab¨ªa fichado, el Paris Saint Germain, donde se supon¨ªa que dentro de poco tiempo caer¨ªa en el m¨¢s absoluto anonimato. El pron¨®stico parec¨ªa que se iba a cumplir cuando, dos a?os m¨¢s tarde, Anelka reapareci¨®, cedido, en el Liverpool. Dur¨® seis meses, durante los cuales marc¨® cuatro goles -confirmaci¨®n, aparentemente, de que ahora s¨ª estaba acabado-. Pero no fue as¨ª. Inexplicablemente, el Manchester City lo fich¨®. Pag¨® 17 millones de euros por ¨¦l al PSG. Ah¨ª dur¨® dos temporadas y media y, aunque marc¨® 43 goles y descubri¨® el consuelo del Islam, al que se convirti¨® en el 2004, tampoco cuaj¨®. Ante el alivio de sus compa?eros, se fue en enero del 2005 al Fenerbah?e, por siete millones. Se supon¨ªa ahora, con todo el respeto del mundo para el club turco donde hoy milita Roberto Carlos, que ahora s¨ª hab¨ªa entrado, definitivamente, en la decadente fase final de su carrera.
Pero con Anelka nunca acaban las sorpresas. En el verano de 2006 reapareci¨® en Inglaterra, esta vez con el Bolton Wanderers, donde jugaba un viejo conocido del Real Madrid, Iv¨¢n Campo. El Bolton pag¨® 11 millones de euros por ¨¦l, lo cual parec¨ªa que iba resultar ser otro disparate. No marc¨® su primer gol hasta noviembre, pero en los 14 meses que han transcurrido desde entonces ha anotado 22 veces y cada partido ha jugado mejor, hasta el punto de que una vez m¨¢s, a los casi 29 a?os, se puede volver a reconocer en ¨¦l al potente, elegante, veloc¨ªsimo goleador que Wenger tuvo en sus manos hace una d¨¦cada, y que se transform¨® en un flan al llegar a Madrid.
Tan dram¨¢tico ha sido el renacer del F¨¦nix franc¨¦s que uno de los equipos m¨¢s fuertes de Europa lo acaba de fichar. El Chelsea ha pagado 21 millones al Bolton por ¨¦l, es decir, seis millones m¨¢s de los que pag¨® el Real Madrid por Van Nistelrooy al Manchester United, club donde fue el principal goleador durante cinco temporadas seguidas.
Lo cual demuestra una vez m¨¢s lo impenetrablemente il¨®gico que es el mercado de fichajes. Tan il¨®gico e impenetrable como el cerebro de Anelka.
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