'Zarismo' y cultura
La herencia de Manuel Fraga es pesada, enmara?ada y globalmente desastrosa, pero su paso por Galicia fue el de un pol¨ªtico tan mal gestor y reaccionario como visionario. Hay reaccionarios muy conscientes de su tiempo y ¨¦ste es el caso.
La Cidade da Cultura es un ejemplo de ese car¨¢cter contradictorio: naci¨® como una pir¨¢mide mortuoria que garantizase la posteridad del pr¨®cer y por ello, aparte de llenarse los bolsillos, nadie en aquella Xunta se preocup¨® de pensar para qu¨¦ servir¨ªa. Pero el proyecto tiene tambi¨¦n el car¨¢cter confesado de nuestro tiempo: el turismo y el espect¨¢culo. Y de eso sabe algo el que fue ministro de propaganda y turismo franquista.
No nos gusta ese modelo de cultura pues es autoritario, vac¨ªo y enemigo del humanismo, adem¨¢s de comprometer gravemente los gastos en cultura, pero eso no quiere decir que no sea viable e incluso rentable. Las Vegas o Disneylandia no nos gustan pero son un gran negocio.
Quiz¨¢ sea el momento de que Zara aterrice, de que establezca una relaci¨®n mayor con el pa¨ªs
?Por qu¨¦ no incorporar a Inditex a la Cidade da Cultura? Ser¨ªa el nuevo escaparate de Galicia
Por otro lado, se cita con arrobo al Guggenheim de Bilbao y es cierto que el edificio est¨¢ bien integrado en la ciudad y atrajo un turismo cultural que le dio un aire nuevo y m¨¢s abierto a la urbe vasca, que buena falta ten¨ªa. El edificio tiene un dudoso car¨¢cter arquitect¨®nico, es una bella escultura por fuera y un espacio absurdo por dentro, pero es que Frank Gehry es m¨¢s un artista pl¨¢stico que un arquitecto en concreto, no hace arquitectura sino dibuja signos en el espacio. Sin embargo, su espect¨¢culo ha beneficiado a Bilbao. La Cidade da Cultura es distinta, su dimensi¨®n es incomparablemente mayor y no va a estar integrada en la ciudad, su influencia sobre Santiago har¨¢ que la ciudad misma se diluya a¨²n m¨¢s, que pierda peso la ciudad real de los vecinos ante el r¨ªo del turismo y las masas de gente de paso; pero eso no quiere decir que si funciona, si atrae m¨¢s turismo, no sea ben¨¦fica para el conjunto de la econom¨ªa gallega.
Y aqu¨ª hablemos de Inditex. A mediados de los a?os 80 Camilo Nogueira llamaba la atenci¨®n sobre Zara, un modelo industrial nuevo que demostraba las posibilidades de nuestro pa¨ªs. Nadie le escuch¨® entonces, no interes¨® el zarismo. Unos a?os m¨¢s tarde, yo le comentaba a unas universitarias alemanas que la ropa que llevaban era de una empresa de mi Galicia, ellas la hab¨ªan comprado en una tienda de la calle m¨¢s c¨¦ntrica de Colonia y no me lo cre¨ªan, no imaginaban que las marcas existiesen sobre un territorio, y menos sobre un territorio sin charme como Espa?a y Galicia.
Efectivamente, el modelo de empresa de la moda se basa en parte en el atractivo de la marca, por ello nuestros modistos se italianizaron el nombre. Pero, ay, resulta que Italia decae, tanto econ¨®micamente como el prestigio de su lengua en Europa. Y es inevitable que caiga el prestigio de la propia marca Italia.
Guste o no, es cierto que Espa?a sube en todos los ¨¢mbitos, y eso tambi¨¦n influir¨¢ en el prestigio de los contenidos que se exporten desde aqu¨ª. Quiz¨¢ sea el momento de que Zara aterrice, de que establezca una relaci¨®n mayor con el pa¨ªs y que las sinergias e intercambios sean rec¨ªprocos, que d¨¦ algo de lo obtenido al pa¨ªs que le proporcion¨® suelo y ra¨ªz.
Hace poco, Jos¨¦ Luis G¨®mez plante¨® aqu¨ª la conveniencia de que las empresas devuelvan algo a la sociedad y recordaba alg¨²n ejemplo de compromiso, como el de Rosal¨ªa Mera. Quiz¨¢ sea ahora el momento de que Inditex y Amancio Ortega tengan su papel, adquieran un compromiso con la sociedad, desde luego Galicia necesita zarismo pero quiz¨¢ Galicia pueda ofrecer tambi¨¦n un proyecto interesante al zar.
Estamos enredados en desentra?ar las trapalladas y corruptelas del proyecto original de la Cidade. A estas alturas es poco productivo, pero, seg¨²n dicen, la Xunta actual tambi¨¦n busca un proyecto viable. Si se elabora un proyecto inteligente, profesional y ambicioso, con la colaboraci¨®n del Gobierno, la Cidade da Cultura puede ser un referente, no de la cultura creativa pero s¨ª del turismo cultural. El problema para ello es financiar la construcci¨®n del proyecto hasta el final, su mantenimiento y una programaci¨®n de inter¨¦s. ?Por qu¨¦ no incorporar a Ortega o Inditex en el proyecto? ?Por qu¨¦ no participar en un proyecto que ser¨ªa escaparate de una nueva Galicia exportadora en una Espa?a que crece? ?Por qu¨¦ va a tener menos ¨¦xito que el Guggenheim bilba¨ªno si tiene medios? ?No es momento de que una empresa que ya ha madurado y un pa¨ªs que necesita madurar se relacionen?
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