Bush anuncia que retirar¨¢ 20.000 soldados de Irak

Aunque todo depende de la decisi¨®n que adopten los generales estadounidenses al mando de los 160.000 soldados desplegados en Irak, el presidente George W. Bush sugiri¨® ayer en Kuwait que una retirada parcial de tropas -alrededor de 20.000 militares- puede ordenarse en la primavera. "Los avances en materia de seguridad nos permitir¨¢n que soldados regresen a casa", afirm¨® el gobernante en la base de Arifjan, centro log¨ªstico de las operaciones militares estadounidenses en Irak y Afganist¨¢n. No obstante, inmediatamente a?adi¨®: "Cualquier reducci¨®n se basar¨¢ en las recomendaciones del general David Petraeus, y esas recomendaciones depender¨¢n de la situaci¨®n sobre el terreno". Una coyuntura que mejora en los ¨²ltimos meses, en los que se ha producido un descenso notorio de los ataques de Al Qaeda en Irak.

El recibimiento a Bush careci¨® del fervor con que se acogi¨® la visita de su padre, 15 a?os atr¨¢s. El ex presidente es considerado el libertador de Kuwait, que sufri¨® seis meses de ocupaci¨®n de las tropas iraqu¨ªes antes de ser desalojadas por la fuerza en la guerra desatada en enero de 1991. En aquella visita, incluso hubo empresarios que perfumaron la autopista que enlaza el aeropuerto con la ciudad de Kuwait al paso de George Bush.

Ahora es diferente. A pesar de que los emiratos petroleros son firmes aliados de Washington, las monarqu¨ªas recelan de las pol¨ªticas adoptadas por el actual mandatario en Oriente Pr¨®ximo. Tambi¨¦n en Manam¨¢, capital de Bahrein, donde Bush aterriz¨® por en la tarde de ayer, varios centenares de personas se manifestaron ante la Embajada de EE UU para exigir el cierre de la base de Guant¨¢namo. Terrorismo de Estado made in USA, pod¨ªa leerse en una pancarta.

El equilibrio es complicado. Los reg¨ªmenes de los pa¨ªses de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga no ocultan su temor a que Ir¨¢n se convierta en poseedor del arma nuclear. Pero m¨¢s miedo les infunde la posibilidad de que Estados Unidos emprenda un ataque militar contra la naci¨®n persa. Por todo ello, los pa¨ªses del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (Arabia Saud¨ª, Kuwait, Emiratos ?rabes Unidos, Qatar, Oman y Bahrein) rechazan sin tapujos una eventual aventura armada norteamericana contra Teher¨¢n.

En Arabia Saud¨ª, Kuwait y Emiratos ?rabes Unidos viven minor¨ªas chi¨ªes. Y en Bahrein, donde est¨¢ situado el cuartel general de la V Flota estadounidense, los adeptos a esta rama del Islam son mayor¨ªa. El riesgo de desestabilizaci¨®n de estos Estados en caso de conflicto armado entre Ir¨¢n y Estados Unidos aparece como una clara posibilidad. Del mismo modo resulta evidente que la creciente influencia pol¨ªtica de Ir¨¢n en la regi¨®n es un quebradero de cabeza para todos ellos y para Washington, y el centro de las conversaciones entre Bush y sus anfitriones.

"Se ha descubierto el papel de Ir¨¢n en el fomento de la violencia en Irak. Hemos detenido a agentes iran¨ªes y recabamos informaci¨®n sobre c¨®mo ha apoyado a grupos extremistas con entrenamientos y ayudas de efecto letal", manifest¨® Bush. El general David Petraeus agreg¨®: "En los ¨²ltimos d¨ªas se han duplicado o triplicado el n¨²mero de ataques contra soldados estadounidenses con minas sofisticadas". Al igual que los ataques con armas de gran calibre, la jerarqu¨ªa castrense norteamericana est¨¢ convencida de que esas armas proceden de Ir¨¢n.

Le restan al presidente Bush tres etapas en su gira de ocho d¨ªas por Oriente Pr¨®ximo. Hoy visitar¨¢ Emiratos ?rabes Unidos y posteriormente se desplazar¨¢ a Arabia Saud¨ª y Egipto, que son los pa¨ªses clave para cualquier estrategia pol¨ªtica que el inquilino de la Casa Blanca pretenda llevar a cabo en la regi¨®n.