D¨ªaz Pardo, en el banquillo
El fundador de Sargadelos, juzgado por injurias y calumnias a un socio
"?Qu¨¦ tal est¨¢, don Isaac?" Los periodistas que cubren las informaciones de tribunales no suelen tener esas deferencias con los acusados, pero el que se iba a sentar en el banquillo del Juzgado de lo Penal n¨²mero 4 de A Coru?a ayer, a primera hora de la ma?ana -que result¨® ser a ¨²ltima-, era Isaac D¨ªaz Pardo, 87 a?os, pr¨¢cticamente todos al servicio de diversas causas, desde la cultura a la preservaci¨®n de la memoria hist¨®rica. "Bien, estoy vivo todav¨ªa", contest¨®.
"Quieren eliminarme a m¨ª porque les estorbo", afirma el acusado
"Me hicieron una trampa para quedarse con todo el dinero"
La causa por la que el cofundador de Sargadelos-O Castro permaneci¨® tres horas en los pasillos del edificio judicial de la calle Monforte y una m¨¢s en el interior de la sala de vistas fue una denuncia por injurias y calumnias presentada por Segismundo Garc¨ªa, uno de sus socios en el grupo empresarial. En marzo de 2004, D¨ªaz Pardo le hab¨ªa calificado de "c¨ªnico espantoso" y de "socio inmoral", primero en unas declaraciones a El Ideal Gallego y despu¨¦s en un art¨ªculo remitido al mismo diario.
"Lo que se public¨® no se corresponde con lo que ¨¦l dijo, no hay soporte documental de esas declaraciones. Don Isaac no ha querido ofender para nada a su compa?ero, con el que tiene una buena relaci¨®n", aseguraba Antonio Platas Tasende, abogado de D¨ªaz Pardo, al llegar al juzgado. "Usted ya sabe, los medios interpretan un poco, hinchan el perro, pero lo que pasa es que hay un conflicto interno ideol¨®gico dentro de la empresa", matizaba su representado con su t¨ªpico esbozo de sonrisa. Buena relaci¨®n o no, denunciante y denunciado se dieron un apret¨®n de manos ante la puerta de la sala.
Ya en el interior, D¨ªaz Pardo reiter¨® que no se acordaba de las declaraciones que hab¨ªa realizado, ni del nombre de la periodista a la que se las hab¨ªa dicho. Tambi¨¦n se?al¨® que los art¨ªculos enviados a la prensa son a veces cambiados y manipulados, y que en el caso del suyo no ten¨ªa la certeza de que no se lo hubiesen retocado. La periodista, Alba Su¨¢rez, afirm¨® que hab¨ªa llamado a D¨ªaz Pardo a ra¨ªz de escucharle en un acto de la Fundaci¨®n Luis Seoane que hab¨ªa un socio de Sargadelos que quer¨ªa hacer "un negocio inmoral", y testimoni¨® que lo publicado se ajustaba a lo que transcribi¨® de una llamada telef¨®nica. El fundador del grupo cer¨¢mico envi¨® despu¨¦s un art¨ªculo para criticar lo que consideraba cinismo de Segismundo Garc¨ªa, que en un art¨ªculo anterior hab¨ªa manifestado su respeto al legado galleguista de Sargadelos.
"Yo lo ¨²nico que hice fue negarme a entregar la mitad del capital que hab¨ªa aportado a una fundaci¨®n que regir¨ªa la familia de don Isaac", declar¨® en la vista el denunciante. "Una cosa son las diferencias sobre decisiones en una empresa, y otra descalificar. D¨ªaz Pardo carg¨® contra mi cliente que, como se comprob¨®, no tuvo que ver en las decisiones que despu¨¦s tomaron los accionistas de despojar a don Isaac del cargo de administrador", se?alaba antes el letrado de la acusaci¨®n, Alejandro Fern¨¢ndez Pumari?o. En 2004, D¨ªaz Pardo fue ya condenado por la v¨ªa civil en Mondo?edo a pagar cien euros a Segismundo Garc¨ªa por esta misma causa. Ayer, por la v¨ªa penal, Fern¨¢ndez Pumari?o solicit¨® 24 meses de multa por calumnia y 14 meses por injurias, a raz¨®n de seis euros diarios, m¨¢s una indemnizaci¨®n de 30.000.
Pero lo que ten¨ªan en la cabeza los presentes en el juzgado no eran las descalificaciones del pasado. "Quieren eliminarme a m¨ª, porque les estorbo. Hicieron una trampa para quedarse con todo, sobre todo con el dinero, que es lo que les interesa, y se equivocaron porque si Sargadelos iba bien es porque hab¨ªa una ideolog¨ªa. Y ahora pueden enterrar todo, porque hay gente sin cobrar y deudas por todas partes", acusaba en los pasillos D¨ªaz Pardo a los actuales administradores. En la sala, dedic¨® el alegato final a reconocer que los socios mayoritarios estaban con Garc¨ªa y no con ¨¦l, como cre¨ªa entonces. "?Tiene algo que decir con relaci¨®n a lo que aqu¨ª se juzga?", pregunt¨® la juez. "Creo que ya se dijo bastante", repuso don Isaac.
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