"No se puede hablar de corrupci¨®n como si fuese una plaga"
"Hay personas que se dedican a la pol¨ªtica para emborracharse de poder minando el Estado de derecho". La profesora de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Granada, Susana Corzo, define certera los personajes que usan lo p¨²blico para beneficiar a su entorno y con el objetivo de aferrarse al poder. Pero a continuaci¨®n aclara que la generalizaci¨®n es perjudicial, y que no se puede identificar la corrupci¨®n "con una plaga". La corrupci¨®n pol¨ªtica abarca m¨²ltiples variantes como el clientelismo, el enchufismo, o el nepotismo.
El clientelismo y la supuesta compra de voluntades para ganar votos son una pr¨¢ctica que ocurre sobre todo en pueblos peque?os, debido a la importancia de cada papeleta. "Hay pueblos con el 50% de PP y PSOE, y ah¨ª los alcaldes est¨¢n deseando que se pasen al bando contrario", ejemplifica.
Tras estudiar casos de corrupci¨®n pol¨ªtica en diferentes latitudes, la investigadora concluye en la receta fundamental para eliminar todos estos agrios supuestos: la transparencia. "Los ejemplos oscuros son numerosos y las administraciones ponen a diario trabas para facilitar informaci¨®n. Algunos alcaldes realizan contrataciones sospechosas un 28 de agosto, cuando no hay testigos", denuncia.
Corzo destaca la "tentaci¨®n" de ciertos pol¨ªticos para identificar a Andaluc¨ªa como una regi¨®n m¨¢s proclive a la corrupci¨®n. "Me parece bochornoso. Vemos sobornos en Baleares, Castell¨®n y Catalu?a". La investigadora destaca que los partidos pol¨ªticos no siempre reaccionan de manera severa ante las inculpaciones de sus dirigentes. "En algunos casos los expulsan, pero otras veces se mantienen en las listas".
"Hay m¨¢s inter¨¦s en destapar corruptelas de pol¨ªticos, para da?ar al adversario durante la campa?a electoral, que una voluntad responsable de acabar con la corrupci¨®n", advierte.
El clientelismo de partido propicia la creaci¨®n de facciones. "Al servicio del clientelismo o para propiciar el traspaso de la clase pol¨ªtica a ¨¦lite de poder se utiliza el clientelismo burocr¨¢tico o la capacidad de decisi¨®n que tenga el pol¨ªtico del partido en la distribuci¨®n de los recursos p¨²blicos". As¨ª, explica Corzo, las redes de los propios partidos se relacionan con las redes creadas en el seno de la administraci¨®n p¨²blica. "Se fusionan, en muchos casos, el clientelismo electoral con el clientelismo burocr¨¢tico, de forma que mutuamente se proporcionan apoyos y rentabilidad para quien lo practica", aclara.
Corzo distingue entre la corrupci¨®n blanca, cuando se producen pr¨¢cticas no ¨¦ticas "pero que todo el mundo utiliza", porque no se comete un delito, como el utilizar un conocido para avanzar; la corrupci¨®n gris, "esa zona oscura donde no se sabe bien si se sobrepasa la ley pero se da?a el Estado de derecho", y la corrupci¨®n negra, "cuando el que la practica quiere utilizar lo p¨²blico como lo privado". Esta ¨²ltima categor¨ªa incluye los alcaldes que utilizan los consistorios "como su cortijo", para conceder licencias irregulares o contratar a conocidos o familiares.
"El clientelismo pol¨ªtico es un fen¨®meno que se mueve muchas veces en esa zona difusa entre lo legal y lo alegal, que introduce pr¨¢cticas que ponen en duda, incluso, a la propia ¨¦tica pol¨ªtica", concluye.
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