Consejos de sabios
Algunas de las recomendaciones de los 14 sabios internacionales fichados sin sueldo por el PSOE para fabricar el programa electoral parecen irremediablemente ut¨®picas. De ese tipo de distorsi¨®n quim¨¦rica que consiste en convertir lo que es probable a largo plazo en algo posible de forma inmediata, es decir, en el horizonte de una legislatura. Tampoco hay que extra?arse demasiado de esta propensi¨®n a la utop¨ªa. A nadie debe extra?ar que intelectuales del renombre de Joseph Stiglitz, Jeremy Rifkin, Nicholas Stern o Helen Caldicott confundan de vez en cuando, empujados por un honesto entusiasmo, lo que ser¨ªa deseable con lo que en realidad puede hacerse; sobre todo cuando su anfitri¨®n, el presidente del Gobierno en este caso, est¨¢ m¨¢s que dispuesto a o¨ªr cualquier enso?aci¨®n propia de un mundo sin inercias ni conflictos, que sus invitados tengan a bien exponer.
Sin ir m¨¢s lejos, parece un ensue?o propio de la ciencia-ficci¨®n m¨¢s avanzada que cada casa "genere lo que necesita con energ¨ªas renovables y sea capaz de almacenarla en pilas de hidr¨®geno"; o que se cierren todas las centrales nucleares, a menos que se haya descubierto una fuente energ¨¦tica capaz de sustituir el 20% de la producci¨®n el¨¦ctrica espa?ola con igual eficacia y disponibilidad. Otras ideas pecan de simp¨¢tica contradicci¨®n. Si se defiende, como es el caso de Stiglitz, que las rebajas de impuestos no pueden convertirse en una subasta sin fin, no es elegante sostener a continuaci¨®n que se suprima el impuesto sobre el patrimonio en Espa?a.
Desconocemos las recetas de los sabios para aliviar los problemas reales de la sociedad espa?ola, desde el deterioro galopante de la sanidad p¨²blica -sobre todo en Madrid-, hasta el irremediable ascenso del dinero negro, sin olvidar la corrupci¨®n urban¨ªstica galopante o la explosi¨®n de los precios de los alimentos b¨¢sicos. Pero no hay que dramatizar. Los sabios han aportado al programa del PSOE su amable dedicaci¨®n y el sello de calidad de su imagen p¨²blica. No se les ped¨ªa m¨¢s que oficiar como licencia po¨¦tica.
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