L¨ªderes nuevos pero con escasa qu¨ªmica personal
La interlocuci¨®n personal entre los nuevos presidentes del PNV y EA, I?igo Urkullu y Unai Ziarreta, que han llegado en diciembre, casi al mismo tiempo, a la c¨²pula de los dos partidos, no ha podido tener un estreno menos afortunado. Las dos cuestiones de calado que han tenido que abordar nada m¨¢s ocupar sus despachos, el conflicto por el Impuesto de Sociedades en Guip¨²zcoa y las conversaciones para una eventual coalici¨®n electoral para el 9-M, se han saldado de mala manera.
Tras este primer balance, hay ya quien diagnostica que, aparte de las dificultades que ofrec¨ªan los problemas concretos, "no hay qu¨ªmica" entre ambos presidentes, pese al car¨¢cter templado de ambos y a su conocimiento mutuo previo, fraguado en el tiempo que han coincidido en el Parlamento.
En el PNV no se olvida que la decisi¨®n de cortar con la alianza electoral que manten¨ªan desde 1999 fue promovida precisamente por Ziarreta, entonces secretario general del partido. Con esta postura se enfrent¨® al criterio de la presidenta, Bego?a Errazti, a la que un a?o despu¨¦s ha reemplazado en el cargo.
La confianza entre Urkullu y Ziarreta sale maltrecha de ese proceso, en el que EA acusa al PNV de mentir respecto de su oferta de ir en una coalici¨®n de dos, sin Aralar y EB. Nunca se formul¨® como tal, aseguran fuentes pr¨®ximas a Ziarreta, que la dejan convertida en un "mero comentario" realizado en el curso de una conversaci¨®n telef¨®nica por Urkullu, y que el presidente de EA cort¨® de ra¨ªz.
Conocedores del alcance del desencuentro no descartan que este mal inicio en la interlocuci¨®n de los m¨¢ximos responsables de los dos socios fuertes del Gobierno pueda tener consecuencias en el futuro. Pero su alcance preciso, dicen, s¨®lo se ver¨¢ con el tiempo.
Relaciones trastocadas
En el PNV no se oculta que las relaciones de futuro pueden verse trastocadas, incluso en cuestiones de gran trascendencia como las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. Adem¨¢s de lo que dicte entonces la necesidad, lo que ocurra depender¨¢ tambi¨¦n, se?alaban fuentes del PNV en la fase final de las conversaciones para la coalici¨®n, "de c¨®mo salgamos de ¨¦sta". "Si las cosas se deterioran, todo ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil", aventuraban.
Una eventual reedici¨®n de la coalici¨®n PNV-EA para las auton¨®micas chocar¨¢, de entrada, con un primer condicionante: el baj¨®n experimentado en la cita de 2005 -cuatro puntos y 140.000 votos- y el hecho de que los cuatro esca?os perdidos por esos malos resultados los pusiera el PNV, mientras EA conserv¨® intacta su representaci¨®n.
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