"Reducir las emisiones no ser¨¢ barato"
Antes de que la Comisi¨®n Europea presente ma?ana el gran paquete legislativo que obligar¨¢ a los Estados miembros a reducir en un 20% sus emisiones de gases contaminantes para 2020, uno de los pesos pesados del Ejecutivo comunitario, el vicepresidente y responsable europeo de Industria, G¨¹nter Verheugen, advierte de que alcanzar estos compromisos "va a costar dinero; no va a ser barato". Pero tambi¨¦n cree que las empresas deben actuar cuanto antes. "Los primeros que innoven tendr¨¢n ventajas competitivas y podr¨¢n vender la tecnolog¨ªa en el mundo entero", dice. "La lucha contra el cambio clim¨¢tico es una oportunidad econ¨®mica".
En una entrevista con EL PA?S y el diario Le Monde en su despacho de Bruselas, Verheugen derrocha un convencimiento m¨¢s que necesario ante el aluvi¨®n de cr¨ªticas que las propuestas legislativas que se presentar¨¢n ma?ana han despertado en las filas empresariales y entre los Veintisiete. Pero tambi¨¦n, la voz m¨¢s cr¨ªtica de la Comisi¨®n Europea con las iniciativas me-dioambientales deja claro que si Bruselas aprieta en exceso las tuercas a las empresas, acabar¨¢n por trasladar buena parte de su producci¨®n a pa¨ªses con leyes ambientales m¨¢s laxas. "Eso supondr¨¢ m¨¢s contaminaci¨®n en el planeta y p¨¦rdida de empleos en Europa".
"Los primeros que innoven tendr¨¢n ventajas y podr¨¢n vender tecnolog¨ªa"
"La lucha contra el cambio clim¨¢tico es una oportunidad econ¨®mica"
"No tiene sentido fomentar el traslado al exterior de la industria"
"Si se van de Europa, exportaremos contaminaci¨®n e importaremos paro"
Fue en marzo de 2007 cuando los jefes de Estado y de Gobierno se comprometieron a cumplir en la era pos-Kioto (a partir de 2012) ambiciosos objetivos de reducci¨®n de di¨®xido de carbono y de inversi¨®n en energ¨ªas renovables y biocombustibles. Acompa?aba el optimismo econ¨®mico. Un a?o despu¨¦s, el efecto domin¨® de la crisis de las hipotecas estadounidense y el riesgo de recesi¨®n en el pa¨ªs, la subida del precio del petr¨®leo y de los alimentos auguran tiempos poco dados a los sacrificios.
Mientras el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, llama al orden a los socios europeos y les recuerda que tienen que cumplir y aceptar el reparto de emisiones y renovables, Verheugen centra sus esfuerzos en defender los intereses de los empresarios, que llevan semanas poniendo el grito en el cielo porque seg¨²n ellos, las nuevas reglas ambientales minar¨¢n su competitividad frente a pa¨ªses como China e India, exentos de reducir emisiones seg¨²n los acuerdos internacionales. El ¨²ltimo disparo lo ha protagonizado la European Round Table for Industrialists, que agrupa a 50 grandes empresas europeas en una carta enviada a Verheugen. "El sistema de comercio de CO2 tiene que estar dise?ado de manera que no suponga una p¨¦rdida de capital para la industria sobre la que se aplica. Cualquier p¨¦rdida de capital supondr¨ªa una desaceleraci¨®n de la inversi¨®n necesaria en tecnolog¨ªas eficientes y ser¨ªa perjudicial a largo plazo para el medio ambiente", dice la misiva que firman los presidentes de Shell y British Airways.
La protesta de la ERT se suma a la de la patronal alemana, que ha alertado de la p¨¦rdida de un mill¨®n de empleos de salir adelante la propuesta de Bruselas; de la patronal europea, que tambi¨¦n teme la p¨¦rdida de competitividad de la Uni¨®n en el mercado global y de asociaciones empresariales espa?olas, incluidas las que representan a la siderurgia, el petr¨®leo o el cemento.
Verheugen trata, por un lado, de que las preocupaciones empresariales se tengan en cuenta en el texto definitivo que ver¨¢ la luz ma?ana. Y, por otro, de convencer a la industria de que invertir en tecnolog¨ªas limpias "lejos de perjudicar el crecimiento econ¨®mico puede convertirse en una oportunidad". En todo caso, tambi¨¦n les da en parte la raz¨®n y adopta su ret¨®rica al azuzar el miedo a las fugas masivas de empresas, fruto de aplicarse pol¨ªticas ambientales exigentes. "No tiene sentido fomentar el traslado al exterior de la industria de alto consumo energ¨¦tico. No tiene sentido que se vayan fuera de Europa porque no s¨®lo exportaremos contaminaci¨®n, sino que adem¨¢s importaremos desempleo".
"No podemos olvidar que nuestro objetivo es construir una Europa m¨¢s competitiva y mantener el modo de vida que tenemos. Europa tiene que ganar la batalla de la competitividad y la Comisi¨®n no va a arriesgar los puestos de trabajo europeos". Por eso pide Verheugen para la industria de alto consumo energ¨¦tico un trato favorable. "Hay que ofrecerles condiciones claras y trato especial".
En concreto solicita que empresas productoras de aluminio o acero reciban gratis gran parte de los permisos para emitir CO2 que, seg¨²n el nuevo sistema de comercio de emisiones, deben salir a subasta.
Hace semanas que las empresas hacen despachos en la Comisi¨®n para obtener la mayor parte de esos permisos gratis. Fuentes comunitarias explicaron ayer que, de momento, se eximir¨¢ de la subasta a ciertos sectores y que, en cualquier caso, en 2011 Bruselas estudiar¨¢ el impacto econ¨®mico que tendr¨ªa obligar a las empresas de alto consumo energ¨¦tico a pagar por los derechos de emisi¨®n, una vez que la comunidad internacional haya firmado un acuerdo que suceda a Kioto, y se sepa si otros pa¨ªses impondr¨¢n tambi¨¦n restricciones a sus empresas.
La sombra del proteccionismo
G¨¹nter Verheugen, la voz de los empresarios en la Comisi¨®n Europea, destierra la idea del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, de gravar las importaciones procedentes de pa¨ªses que no respeten los compromisos ambientales. Cuenta Verheugen que son los propios Estados miembros los que se oponen "porque pa¨ªses como Alemania y Reino Unido no quieren que los productos de sus empresas instaladas en China o en India se vean afectados".
Imponer tarifas a productos que no sean "limpios" ha sido una idea que Bruselas ha barajado para que los empresarios europeos no est¨¦n en desventaja frente a los de otras naciones, aunque de momento esta iniciativa no ver¨¢ la luz. Ayer mismo, la representante de Comercio estadounidense, Susan Schwab, y su hom¨®logo europeo, Peter Mandelson, alertaron del riesgo de que las ambiciones ambientales se conviertan "en una excusa" para pol¨ªticas comerciales proteccionistas. "Estamos consternados ante propuestas donde el medio ambiente se utiliza como excusa para cerrar los mercados", dijo Schwab.
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