Dos maestros ante el pasado
Lagerfeld, en Chanel, y Christian Lacroix triunfan en la semana de la alta costura con sendas miradas hacia atr¨¢s
En el segundo d¨ªa de desfiles de alta costura en Par¨ªs, dos maestros dieron una lecci¨®n de c¨®mo mirar atr¨¢s para encontrarse a uno mismo. Karl Lagerfeld escarb¨® en las entra?as del t¨®pico para ofrecer una luminosa revisi¨®n del legado de Coco Chanel. Literalmente, porque de una construcci¨®n de 20 metros esculpida como la ic¨®nica chaqueta de tweed salieron livianas princesitas, casi ninfas, con manoletinas y minifaldas. Su inocencia y pureza resultaban tan refrescantes que Claudia Schiffer, subida en unos afilados tacones de 12 cent¨ªmetros, admit¨ªa: "No puedo esperar a ponerme esos zapatos planos".
"Partimos del s¨ªmbolo m¨¢s conocido de la marca, aqu¨ª representado de forma grandiosa, para mostrar una cara menos obvia. Nada de bolsos. Esto es alta costura y trata de nuevas siluetas y artesan¨ªa", explicaba Lagerfeld. A los pies "de una especie de golem" hecho en madera, pero cubierto de arcilla, se divert¨ªa revelando que el punto de partida eran las formas de una concha. Una idea que Coco ya utiliz¨® a finales de los a?os treinta y que en manos del alem¨¢n se transforma en vestidos de sinuosos pliegues con delicadas referencias marinas: intenso azul, brillos de escamas y sutiles arenas. "?Coco Shell!", afirmaba divertido, no del todo ajeno a la sugerencia procaz, en un intraducible juego de palabras: concha, en ingl¨¦s, suena parecido a Chanel. "Y la chaqueta es como una gran concha de la que surge un Chanel nuevo y desconocido".
"Este trabajo est¨¢ relacionado con el arte", explicaba Christian Lacroix
Lagerfeld odia el sentimentalismo de los aniversarios, incluido el de su amigo de juventud Valentino, cuya despedida sobrevuela cualquier conversaci¨®n estos d¨ªas en Par¨ªs. Pero ni siquiera ¨¦l podr¨ªa negar que a algunos de sus colegas les sienta bien celebrar el paso del tiempo. Para conmemorar los 20 a?os de creaci¨®n de Christian Lacroix, el Museo de las Artes Decorativas de Par¨ªs invit¨® al franc¨¦s a ofrecer su propia visi¨®n de la historia de la moda, combinando 80 de sus trajes con casi 400 piezas del archivo de esta instituci¨®n. La exposici¨®n puede verse hasta abril, y ayer dej¨® huella en una colecci¨®n sencillamente emocionante. Un trabajo de virtuoso para armonizar lo exagerado y lo exacto saludado con una entusiasta ovaci¨®n en el Centro Pompidou.
La arquitectura del edificio ensalzaba un colorista canto a la libre asociaci¨®n que combinaba lo figurativo y lo abstracto, donde las referencias goyescas tuteaban al rosa chicle. Escarbar en su pasado y rastrear la historia del vestir le ha servido a Lacroix para culminar su soltura para moverse en el tiempo. "Mi sue?o siempre fue dise?ar vestuario de escena o alta costura", explicaba el dise?ador franc¨¦s, "tiene m¨¢s relaci¨®n con el arte. El pr¨ºt-¨¤-porter es marketing". Como dijo muy bien en su retirada Yves Saint Laurent, "No s¨¦ si la alta costura es un arte; s¨ª, que hace falta un artista para hacerla".
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