J¨®venes, brillantes y ?VIPS?

Son brillantes. Son universitarios. Y son j¨®venes, aunque sobradamente preparados. Tienen una nota media acad¨¦mica poco com¨²n: 3,6 sobre 4, que en la escala de 1 a 10 equivale a lucir en sus expedientes una media de 9. Mike Lefferts, de la Universidad de Chicago; Daniella Gilbert, de Harvard, y Kymberly Dickinson, de la Universidad de Brown, han elegido Barcelona para proseguir sus estudios. Sonr¨ªen y callan cuando se les pregunta si creen que pueden llegar a ser personas importantes, VIPS, en el futuro. Pertrechados por estas notas, estudian un semestre en Barcelona al amparo de un acuerdo de intercambio de alumnos de tres universidades catalanas -la de Barcelona (UB), la Pompeu Fabra (UPF) y la Aut¨®noma (UAB)- con varias norteamericanas: Cornell, Harvard y Princeton, Brown, Chicago y Northwestern.

Kymberly, Michael y Daniella participan en un programa con la UPF, la UB y la UAB

No tienen problemas con la lengua. Se les pide que hayan cursado dos a?os de espa?ol antes de residir en Barcelona, normalmente por un semestre. Pero adem¨¢s se manejan en catal¨¢n y Kymberly y Michael lo han estudiado. Aqu¨ª se encuentran con que la mayor parte de las clases son en catal¨¢n y adem¨¢s muchos de los libros que usan est¨¢n en ingl¨¦s.

"Me encanta Barcelona porque hay diversidad, por su cultura y por sus diferencias, y por la arquitectura", dice Daniella, de 20 a?os, que est¨¢ cursando Sociolog¨ªa en la UB y estudia, ademas, castellano y catal¨¢n. De aqu¨ª hay cosas que les sorprenden. Por ejemplo, Daniella dice que en Harvard, su universidad, una matr¨ªcula cuesta unos 29.000 d¨®lares por curso, unos 20.000 euros. Es un precio astron¨®mico lo que se paga en esta universidad privada norteamericana, si se compara con los 700 u 800 euros que cuesta una matr¨ªcula en las universidades p¨²blicas catalanas o los 7.000 euros de precio medio de una privada en Barcelona. Pero Gabriella paga su matr¨ªcula con la ayuda de dos becas, una de la propia Universidad de Harvard y otra del Gobierno federal norteamericano.

El caso de Kimberly es distinto. Cursa Medicina en Brown y prosigue ahora sus estudios en la UB. En Brown paga en torno a 30.000 d¨®lares de matr¨ªcula anual, unos 20.500 euros.

Michael, de 20 a?os, es el que m¨¢s tiempo lleva estudiando en Barcelona. Cursa Relaciones Internacionales y Econom¨ªa, y Movimientos Transnacionales en la Pompeu Fabra y la Universidad de Barcelona. "En Barcelona hay mucha inmigraci¨®n y puedo ver a personas de varias culturas", dice Michael, que sigue con atenci¨®n la debacle burs¨¢til y las bajadas fiscales y del precio del dinero en su pa¨ªs para alejar el fantasma de la temida recesi¨®n.

Pero no todo es estudiar. Tambi¨¦n salen, se divierten y hasta cocinan. Los tres viven en una residencia que poco tienen que ver con las de antes. Entran y salen cuando quieren de ella. Daniella dice que no le salen mal algunos platos: el risotto con guisantes, los esp¨¢rragos y el pollo. Michael explica que noches atr¨¢s hizo un pescado con ma¨ªz y salsa provenzal y Kymberly, que se afana con el cusc¨²s.

Ninguno de los tres acaba de adaptarse a los horarios de Barcelona. Por ejemplo, algunas clases acaban a las nueve de la noche y las comidas se demoran a veces hasta primeras horas de la tarde. Pero estar en Barcelona bien vale esos incovenientes.