"El miedo tambi¨¦n es muy bonito"

Dice estar muy feliz, pero lo disimula con una expresiva timidez, que lo caracteriza desde que naci¨® hace 73 a?os en la localidad sevillana de Camas. La sonrisa de Curro Romero est¨¢ justificada: acaba de ser nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungr¨ªa de Sevilla por su dilatada carrera como artista del toreo.

El torero, nombrado acad¨¦mico de Bellas Artes, a?ora la lidia a sus 73 a?os

El restaurante est¨¢ concurrido, y Curro, que presenta un envidiable aspecto f¨ªsico, prefiere un rinc¨®n y sentarse de espaldas al p¨²blico. Sigue siendo prudente y reservado, que no puede evitar una suerte de miedo esc¨¦nico a la notoriedad p¨²blica. "Yo creo que me han nombrado acad¨¦mico porque mi carrera ha sido larga y nunca he aburrido a la gente; he podido enfadarla, pero nada m¨¢s, y mi ¨²nico m¨¦rito ha sido expresar mi sentimiento ante el toro, que siempre lo he entendido como una caricia".

Est¨¢ convencido de que la academia sevillana ha hecho justicia al bello arte del toreo, y lo explica muy gr¨¢ficamente: "El arte es un destello torero que queda en la retina para toda la vida, y lo hace un hombre delante de un toro, que si le echa mano lo desbarata, y ante mucha gente, en muy poco tiempo, despacio, con plasticidad, con el pecho fuera y el culito para dentro... Eso tiene una profundidad enorme y te provoca una sensaci¨®n tal que te olvidas del instinto de conservaci¨®n. ?Es o no el toreo una de las bellas artes?". Disfruta Curro con un buen tinto ("Cuando toreaba ni lo ol¨ªa") y unas aced¨ªas fritas, vuelve la vista atr¨¢s y afirma que siempre se sinti¨® artista, con una sensibilidad a flor de piel, y que de ah¨ª parti¨® todo. "Toda persona sensible es un artista, aunque est¨¦ barriendo una calle".

Curro reconoce que, de alg¨²n modo, es un artista a su pesar. De hecho, quiso ser torero para sacar a su familia de la penuria econ¨®mica, y ¨¦l mismo se sorprendi¨® con sus cualidades art¨ªsticas. "Yo descubr¨ª que mi mensaje era hacer feliz a la gente con mi toreo, y que sent¨ªa una sensaci¨®n muy extra?a que no soy capaz de explicar...".

Se levanta tarde, pasea, juega al domin¨® con sus amigos ("Siempre jugu¨¦ al domin¨® y a las cartas para distraer el miedo"), escucha flamenco, su gran debilidad, y reflexiona sobre su vida. Recuerda sus largos paseos en solitario por los campos cercanos a Sevilla con capote y muleta al hombro y su toreo de sal¨®n entre los pinos. Recuerda su deb¨² con caballos en Utrera, cuando le brind¨® un novillo a Benito Villamar¨ªn, presidente del Betis, y ¨¦ste le devolvi¨® la montera con un billete de mil pesetas cogido con un alfiler... Y aqu¨¦l triunfo en Sevilla, en Madrid... "Parece que todo fue ayer, porque mi vida se me ha hecho muy corta; nunca me he aburrido y siempre me he sentido muy lleno por dentro, y con una gran ilusi¨®n; parece una locura, pero me gustar¨ªa seguir toreando...".

Pero lo que m¨¢s le gusta es vivir, "y vivir entero, como yo, a pesar de las cogidas", por lo que se siente un privilegiado, y agradecido, tambi¨¦n, a los p¨²blicos, que lo han seguido durante su larga carrera de 42 a?os como matador de toros. ?Matador? Prefiere llamarse torero, y asegura que pasaba un mal rato cuando ten¨ªa que montar la espada. ?Un torero valiente? Sin duda, "pero las dudas y los miedos tambi¨¦n son muy bonitos...".

Un partidario se acerca a saludarlo, lo atiende amablemente, pero se le ha cambiado el color de la cara: "Me gustar¨ªa ser un pintor; que se conociera mi obra, pero no a m¨ª...".