El toro bravo es una ruina

La cr¨ªa del toro bravo es un mal negocio. Los precios de venta se mantienen desde hace muchos a?os, mientras no han cesado las subidas de todos los costes fijos que intervienen en la producci¨®n, desde la alimentaci¨®n de los animales a los salarios del personal laboral. La ra¨ªz del problema parece radicar en una oferta excesiva -actualmente, son m¨¢s de 1.100 las ganader¨ªas espa?olas-, en la desuni¨®n de los ganaderos -est¨¢n agrupados en cuatro asociaciones con escasas relaciones entre s¨ª-, y en que muchos de los propietarios de toros no pretenden obtener beneficio econ¨®mico, sino "la renta del disfrute", como la califica Pablo Campos, economista ambiental; invierten en un lujo no para vivir, sino para gozar. Ese disfrute alcanza tambi¨¦n a algo tan humano como la vanidad. Muchos nuevos propietarios acceden a la ganader¨ªa brava con el sue?o de que sus nombres figuren en carteles de post¨ªn. No les importa perder.

"El mercado es irregular y est¨¢ mal controlado"

"Disminuyen los beneficios porque los toreros quieren cobrar m¨¢s"

En consecuencia, el toro bravo es una ruina, lo que no significa que todos los ganaderos est¨¦n arruinados. Bien es cierto que s¨®lo unos pocos gozan del favor de los toreros de post¨ªn, que exigen lidiar sus toros, lo que, inevitablemente, hace subir el precio de las corridas; y el resto, la mayor¨ªa, compensa las p¨¦rdidas con inversiones en otros productos ganaderos o sectores diversos.

Esta compleja situaci¨®n cuenta con unos beneficiados de lujo, los empresarios de las plazas de toros, que s¨®lo se ven obligados a pagar precios altos cuando las figuras imponen sus ganader¨ªas predilectas.

De modo orientativo, se puede afirmar que, en el caso de las ganader¨ªas m¨¢s conocidas y apetecidas por los toreros, una corrida para una plaza de tercera categor¨ªa estar¨ªa entre los 24.000 y 30.000 euros; para las plazas de segunda entre 42.000 y 48.000 euros, y para las de primera, entre 78.000 y 90.000 euros. No obstante, el precio medio podr¨ªa establecerse entre 25.000 y 28.000 euros, y se pueden comprar corridas por 15.000 euros y hasta por poco m¨¢s de 9.000 euros. Este punto es llamativo porque criar un toro de cuatro a?os cuesta entre 4.000 y 4.500 euros.

Eduardo Mart¨ªn Pe?ato, presidente de la Asociaci¨®n de Ganader¨ªas de Lidia, afirma que "esto es una ruina absoluta, porque, a pesar de la evoluci¨®n de los costes, los precios de los toros est¨¢n por debajo de hace veinte a?os". Insiste en que la rentabilidad de la ganader¨ªa es cero para la inmensa mayor¨ªa de los ganaderos, y que el coste del ganado s¨®lo representa el 5 por ciento del negocio taurino. Considera que el mercado taurino ofrece rentabilidades muy aceptables, pero que son los ganaderos los que se han situado fuera del mismo por su desuni¨®n.

El titular de la ganader¨ªa Sotillo Guti¨¦rrez, Juan Jos¨¦ Rueda, perteneciente a la Uni¨®n de Criadores de Toros de Lidia, est¨¢ de acuerdo en que este negocio es rentable s¨®lo para unos pocos; y ello a pesar de las subvenciones comunitarias al ganado bovino de producci¨®n extensiva, que alcanzan los 224,15 euros por vaca nodriza y a?o. Opina Rueda que el mercado es irregular y est¨¢ mal controlado, -"padece un desequilibrio manifiesto, pues la oferta es muy superior a la demanda"-, lo que permite que el comprador pueda elegir al precio que quiera. "Si en el a?o 1984 una corrida media costaba 16.200 euros, -concluye-, hoy deber¨ªa costar 50.000 euros".

Alvaro N¨²?ez del Cuvillo dice sufrir en sus carnes esta situaci¨®n y culpa de ello al sector ganadero "porque hay muchos que no son profesionales y les da igual bajar los precios", afirma. Su caso es especial porque, aunque su ganader¨ªa es una de las predilectas de las figuras, no estar¨¢ este a?o en la Feria de Abril de Sevilla porque la empresa no le ha aceptado un aumento del precio y se remite a lo que se pagaba en los a?os 1994, 1995 y 1996. Aunque el ganadero prefiere "por elegancia" no hablar de cifras, parece que la oferta de la empresa Pag¨¦s estaba en 81.000 euros.

"Las buenas son caras"; dice el empresario Jos¨¦ Cuti?o, refiri¨¦ndose a las corridas de toros que compra para sus plazas de Olivenza, Badajoz, Zafra y M¨¦rida. Reconoce, sin embargo, que los empresarios tienen la suerte "de que hay tantas ganader¨ªas, que siempre hay d¨®nde elegir". El presupuesto tipo de los festejos que organiza ronda los 180.000 euros, y "cada a?o disminuyen los beneficios porque los toreros quieren cobrar m¨¢s".

Por ¨²ltimo, el veterinario Juan Bilbao vuelve a poner el dedo en la llaga: "Los que distorsionan el mercado son los ganaderos que no viven de los toros, y no les importa perder dinero con tal de figurar en los carteles". Y a?ade que la ganader¨ªa brava exige un personal cualificado y est¨¢ sufriendo las consecuencias de las altas subidas de los piensos: el trigo ha pasado de 0,14 euros a 0,27 el kilo; las habas, de 0,16 a 0,42; el ma¨ªz llega a costar 0,25 euros, y la cebada, 0,24. "Un aut¨¦ntico disparate", concluye Bilbao.