Rosarios en los ovarios
Son los impuestos, est¨²pidos. En este punto clave parece hallarse la campa?a electoral. Y frente al baile de euros que vienen y van, pujando en subasta de promesas, otras cuestiones de vital importancia quedan ensombrecidas.
El otro d¨ªa, en la improvisada manifestaci¨®n a favor de la ley de plazos que discurri¨® por las calles de Valencia, una dirigente de Esquerra Unida me dec¨ªa que en esto del aborto tendr¨ªa que ser su (maltrecha) coalici¨®n la que tirara del carro "porque al PSOE no le conviene espantar a su clientela".
Formen parte o no de ese peaje que dicen hay que pagar en la ruta hacia el centro sociol¨®gico, han sido m¨¢s que evidentes los bandazos del partido gobernante. Y clamorosa la forma en que dej¨® caer de su oferta electoral la ampliaci¨®n de una ley antigua y obsoleta. Solo la cruzada ultra contra las cl¨ªnicas privadas (en las que han de refugiarse las mujeres no atendidas por la sanidad p¨²blica) ha vuelto a incluir la interrupci¨®n del embarazo en la lista de los temas calientes. No digo que antes nadie entre las huestes socialistas se ocupara de ¨¦l (ver entrevista reciente, aqu¨ª mismo, a la diputada Consuelo Catal¨¢) pero desde las alturas presidenciales y ministeriales unos dijeron que s¨ª, otros mantienen que no, y los dem¨¢s que ya veremos despu¨¦s de las elecciones qu¨¦ dan de s¨ª la reflexi¨®n (?22 a?os reflexionando!) y el (imposible) consenso.
El otro d¨ªa se repart¨ªan pegatinas y autoinculpaciones que aseguraban que "yo tambi¨¦n he abortado". Y eso quiere decir que hemos pasado tres d¨¦cadas con los rosarios metidos en los ovarios, desgarrador pero certero diagn¨®stico que establecieron hace tiempo las feministas mexicanas, un pa¨ªs donde por cierto se ha llegado a plantear que la Iglesia cat¨®lica se pone fuera de la ley cuando interviene en pol¨ªtica. Ac¨¢ y all¨¢ (tambi¨¦n en Argentina, EEUU, Nicaragua, Bolivia, Chile...) el chantaje criminal es el mismo y lo ejercen id¨¦nticos sujetos: quienes no aceptan que una maternidad saludable y feliz no puede ser el resultado de un mandato ni humano ni divino tambi¨¦n se quejan de que las mujeres ya no tenemos paciencia ante los malos tratos. Son los que sabotean esa educaci¨®n sexual y afectiva que puede prevenir abortos, quienes impiden la salud reproductiva y la prevenci¨®n de grav¨ªsimas enfermedades (medio mill¨®n de mujeres mueren en el mundo cada a?o por problemas derivados del embarazo y el parto).
No s¨¦ por d¨®nde andar¨¢ el voto fluctuante pero s¨ª que la ley de plazos era una promesa ante las elecciones que gan¨® Zapatero, y que las exigencias de una organizaci¨®n que ordena y manda sin pasar por las urnas deben ser repudiadas por intolerables.
Ni qu¨¦ decir que el 8 de marzo la ley de plazos ser¨¢ protagonista. Porque no s¨¦ si es la econom¨ªa, pero desde luego aqu¨ª lo que se dirime son los derechos humanos. Son las libertades civiles. Es la democracia, est¨²pidos.
Despu¨¦s de 30 a?os, ya est¨¢ bien. Ya est¨¢ bien. Ya est¨¢ bien.
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