La econom¨ªa surafricana se apaga
La incapacidad del pa¨ªs de cubrir la demanda de electricidad amenaza con frenar su fuerte ritmo de crecimiento
Sur¨¢frica, a oscuras. La producci¨®n de diamantes, oro y platino, paralizada durante una semana; la industria automovil¨ªstica, con p¨¦rdida de contratos; los productores de fruta, incapaces de mantener las c¨¢maras fr¨ªas; los sindicatos alertan de p¨¦rdidas masivas de empleo; peque?os y medianos empresarios mantienen sus puertas abiertas a duras penas. Y las previsiones no son halag¨¹e?as: esta situaci¨®n se puede postergar hasta 2013.
Pero, lo que es peor, los continuos apagones que sufren los surafricanos a diario (de dos horas m¨ªnimo, pero que pueden llegar a siete) desde hace dos semanas por la incapacidad de cubrir la demanda energ¨¦tica amenazan, seg¨²n los analistas, el crecimiento econ¨®mico continuo de los ¨²ltimos a?os, de alrededor del 5%, y que, de acuerdo con el Gobierno, es la ¨²nica baza que tiene Sur¨¢frica de acabar con el desempleo y la pobreza que atenazan a buena parte de sus 47 millones de habitantes.
"Hemos sido v¨ªctimas de nuestro propio ¨¦xito", dec¨ªa la semana pasada Alec Erwin, ministro de Empresas P¨²blicas
No es de extra?ar que el pasado mes de diciembre, cuando ya se apuntaban interrupciones del suministro en diferentes partes del pa¨ªs, el presidente Thabo Mbeki, un hombre orgulloso y poco dado a asumir errores, entonara un mea culpa: "Eskom ten¨ªa raz¨®n y el Gobierno estaba equivocado". Y es que Eskom, la compa?¨ªa estatal el¨¦ctrica, hab¨ªa alertado ya en 1998 de que deb¨ªan generar mayor energ¨ªa si se pretend¨ªa continuar con el necesario programa de electrificaci¨®n del pa¨ªs (en ¨¢reas rurales y guetos antes marginados por el Gobierno racista) y cubrir una mayor demanda dadas las previsiones de crecimiento econ¨®mico. Fueron tan precisos como para se?alar el a?o en el que la red no iba a dar para m¨¢s: 2007. As¨ª ha sido.
Bella respuesta
El Gobierno, si bien ha reconocido su error, tambi¨¦n ha embellecido su respuesta a la crisis: "Hemos sido v¨ªctimas de nuestro propio ¨¦xito", dec¨ªa la semana pasada Alec Erwin, ministro de Empresas P¨²blicas. "Tres millones y medio de familias han recibido electricidad desde 1994" (a?o que signific¨® el inicio de la democracia, de la mano del primer presidente negro, Nelson Mandela).
El crecimiento econ¨®mico s¨²bito de los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n ha sido la causa esgrimida por la vicepresidenta, Phumzile Mlambo-Ngcuka, responsable en el pasado de la cartera de energ¨ªa y minerales, para justificar el colapso en el suministro el¨¦ctrico. Pero este argumento no convence a los analistas, que recuerdan que el crecimiento continuo al 6% era el objetivo ¨²ltimo del Gobierno, su ¨²nica baza en la lucha por la generaci¨®n de puestos de trabajo en un pa¨ªs con un desempleo de entre el 30% y el 40% (dependiendo de la fuente consultada la cifra puede llegar al 46%) y acabar con la pobreza.
"En 2001 se prohibi¨® expresamente a Eskom invertir en generaci¨®n", explica Anton Eberhard, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), "porque se planteaba abrir el mercado el¨¦ctrico a inversores privados". Pero de acuerdo con el profesor, apenas se hizo nada para atraer capital privado o hacer el mercado el¨¦ctrico m¨¢s interesante. "Hubo una descoordinaci¨®n entre Eskom, el organismo regulador y el Gobierno".
Mientras tanto, Eskom manten¨ªa los precios bajos (de los m¨¢s baratos del mundo), viv¨ªa de la masiva inversi¨®n realizada durante los a?os setenta y ochenta por el Gobierno del apartheid y de un optimismo, seg¨²n Eberhard, derivado de la aplicaci¨®n de un margen de reserva de energ¨ªa del 10% (en vez del 15% acordado internacionalmente) y de la esperanza en una mayor capacidad de generaci¨®n de las plantas instaladas, algunas con 40 a?os de antig¨¹edad.
Plantas viejas que deben dejar de funcionar por razones de mantenimiento; paro rutinario en uno de los dos reactores de la ¨²nica planta nuclear de Sur¨¢frica (y del continente), pero, sobre todo, imprevistas aver¨ªas, falta de carb¨®n o carb¨®n inutilizado por la lluvia de las ¨²ltimas semanas son la causa de las recientes interrupciones el¨¦ctricas, a las que los surafricanos se van a tener que acostumbrar los pr¨®ximos a?os, hasta que se ponga en marcha la primera de las tres plantas previstas por Eskom, que plantea una inversi¨®n de 9.000 millones de euros en las pr¨®ximas dos d¨¦cadas.
Y como no, a poco que salta una crisis en Sur¨¢frica, rebrotan las divisiones raciales: el sindicato Solidarity, concebido en el pasado para defender los intereses de los trabajadores blancos, denuncia que la pol¨ªtica de discriminaci¨®n positiva institucionalizada por el Gobierno del Congreso Nacional Africano (CNA) ha supuesto una fuga de veteranos empleados blancos que han sido sustituidos por trabajadores negros con menos especializaci¨®n, lo que afecta a las tareas de mantenimiento de las plantas. Si en el pasado Eskom empleaba a 60.000 personas, en la actualidad emplea a 30.000. Los economistas se echan las manos a la cabeza y vaticinan que el crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs en los pr¨®ximos a?os no va a pasar del 4%, teniendo en cuenta la mala imagen que Sur¨¢frica est¨¢ proyectando en el exterior y que va a tener un efecto negativo en atraer nuevas inversiones. No obstante, el economista Azar Jammine vaticina que el Mundial de f¨²tbol 2010 "actuar¨¢ como revulsivo y habr¨¢ un boom econ¨®mico".
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