El arte de vender ideas

Muchos visitantes de Arco, la feria de arte contempor¨¢neo que hoy clausura su vig¨¦simo s¨¦ptima edici¨®n en Madrid, se han rascado la cabeza al pasar por el stand de la galer¨ªa barcelonesa Nogueras-Blanchard y contemplar una de las obras expuestas: un alargador de seis tomas enchufado a s¨ª mismo. La pieza -¨²nica- se titula Circuito cerrado, es del artista cubano Wilfredo Prieto y su precio es de 15.000 euros. "No es un timo. Me he pasado la feria explicando por qu¨¦ es una obra de arte", se lamenta Rebeca Blanchard, una de las propietarias de la galer¨ªa. "Lo importante no es el objeto, sino la idea que hay detr¨¢s: es un cable que se enchufa a s¨ª mismo, lo que anula el concepto". Lo que se adquiere con esos 15.000 euros es el derecho a reproducir ese gesto y a llamarlo un wilfredo prieto.

Prieto, recuerda Blanchard, pertenece a una tradici¨®n art¨ªstica que se remonta a Marcel Duchamp quien, hace casi un siglo, tom¨® un urinario corriente, lo firm¨® como R. Mutt, lo titul¨® Fuente y lo exhibi¨® en una exposici¨®n en Nueva York.

Una tradici¨®n, sin embargo, que pocos se atreven a incorporar a sus colecciones. "Se dirige a compradores sofisticados, que han superado lo figurativo, lo abstracto y han llegado a lo conceptual", aclara Blanchard. Concha Aizpuru apunta que el perfil de estos coleccionistas es "menos pl¨¢stico, m¨¢s interactivo". En el stand de su galer¨ªa, Juana de Aizpuru, ha expuesto una obra de Dora Garc¨ªa, El cuaderno de notas (Archivo de performances desde 2002). Se trata de una sencilla mesa de pino con unas instrucciones impresas en su superficie y una pila de cuadernos: cualquiera puede sentarse a escribir lo que quiera, sobre lo que quiera y durante el tiempo que quiera. La pieza cuesta 18.000 euros. "Al comprar esta obra se adquiere el compromiso de que la gente siga escribiendo en los cuadernos. Las instrucciones son parte de la obra", aclara Aizpuru.

Pero este a?o el arte conceptual tambi¨¦n ha estado presente en Arco con las ocho performances que se han programado durante la feria. El proyecto confirma la revitalizaci¨®n de este tipo de propuestas de arte en vivo, que tuvo su esplendor en los sesenta y setenta con nombres como Yves Klein, Vito Acconci, Yoko Ono, Chris Burden, Joseph Beuys o Gilbert y George. Berta Sichel, directora del departamento de arte audiovisual del Museo Reina Sof¨ªa y una de las comisarias de este programa, recuerda que entonces se ten¨ªa la idea de que la performance "no pod¨ªa comprarse, venderse o intercambiarse como mercanc¨ªa". Pero hoy entra de lleno en el circuito comercial. Cada acci¨®n del artista mallorqu¨ªn Joan Morey, por ejemplo, uno de los performers de Arco, cuesta 7.000 euros.

Adem¨¢s, los artistas fotograf¨ªan y filman en v¨ªdeo sus acciones, con lo que crean documentos que luego se comercializan. Es el caso de Beth Moys¨¦s, que llev¨® a Arco su montaje Lecho rojo, y tambi¨¦n del brasile?o Marco Paulo Rolla, presente en Arco con O vis¨ªvel e o invis¨ªvel, que nunca repite sus performances.

Y es que, como escribi¨® en un ensayo publicado en 1980 Roberta Smith, cr¨ªtica de arte de The New York Times, "el arte conceptual no democratiz¨® el arte, ni elimin¨® el objeto de arte ¨²nico, ni evit¨® el mercado del arte, ni revolucion¨® la propiedad del arte". El mercado del arte, conclu¨ªa Smith, "s¨®lo se expandi¨® en su infinita flexibilidad".