Un Robin Hood de la antigua Tebas
El extraordinario hallazgo del ata¨²d de un arquero culmina la campa?a de la misi¨®n espa?ola en Luxor
"Afloja tu arco, dep¨®n tus flechas", puede leerse en las Aventuras de Sinuh¨¦, el gran texto narrativo del Imperio Medio egipcio. La frase podr¨ªa servir de epitafio de Iqer, el arquero de la misma ¨¦poca, hace 4.000 a?os, que ha encontrado, con sus arcos y sus flechas, el equipo espa?ol que excava las tumbas de Djehuty y Hery en la necr¨®polis de Dra Abu el Naga en la orilla oeste de L¨²xor. La momia de Iqer ha aparecido en un ata¨²d de madera con inscripciones jerogl¨ªficas que incluyen su nombre mientras se excavaba el patio exterior de la tumba de Djehuty.
"El enterramiento est¨¢ intacto y en muy buen estado", explica por tel¨¦fono el director del equipo, el egipt¨®logo del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) Jos¨¦ Manuel Gal¨¢n, desde su base de operaciones en el hotelito Marsam, junto al templo de Merneptah. "Las inscripciones del ata¨²d, en los cuatro lados y la tapa son preciosas, con invocaciones a Osiris, Anubis y Hathor, a la que se le da el poco frecuente t¨ªtulo de Se?ora del Cielo. Iqer aparece sin t¨ªtulos, pero junto al ata¨²d, a la altura de la cabeza, encontramos cinco flechas clavadas en el suelo, a¨²n con plumas, y dentro, encima del cuerpo, dos arcos largos, con las cuerdas puestas, aunque rotas".
A¨²n es pronto para saber si los arcos estaban usados o se les dio "muerte ritual", si Iqer presentaba las durezas de los dedos t¨ªpicas de los arqueros u otros indicios f¨ªsicos de la pr¨¢ctica de la arquer¨ªa, pero parece claro que estamos ante alguien ducho en ese arte -acaso un verdadero Robin Hood fara¨®nico-, probablemente un militar, un guerrero de prestigio. "As¨ª lo indica el enterramiento", se?ala Gal¨¢n. "No podemos decir que fuera una figura de alto rango, un general, pero desde luego no era un soldado raso". Iqer, que como adjetivo significa "el excelente" -podr¨ªamos imaginar una referencia a su habilidad como saetero-, era un nombre com¨²n en este periodo, la Dinast¨ªa XI. La momia, cubierta por un sudario y una m¨¢scara de cartonnage da?ada por las termitas, no ha podido ser a¨²n estudiada.
Los arcos son longbows, como los t¨ªpicos ingleses, de la estatura de un hombre. Las flechas son de un tipo habitual en el Imperio Medio, con cabezas largas de madera que se insertaban en el astil hueco, y no con puntas de metal. No se sabe si estaban recubiertas de veneno o sangre menstrual (para provocar la infertilidad del enemigo), un uso documentado en la arquer¨ªa egipcia. Parece que los arqueros egipcios apuntaban especialmente al cuello, donde sus flechas pod¨ªan producir m¨¢s da?o. Con flechas de punta de madera parecidas a las de Iqer fueron muertos los soldados de Mentuhotep II, de la misma ¨¦poca, hallados por Winlock en 1925 bajo el templo del rey en Deir el-Bahari -unas momias espantosas, por cierto-. Varios de estos soldados eran asimismo arqueros.
El hallazgo culmina la s¨¦ptima campa?a del Proyecto Djehuty, en la que se ha excavado el pozo funerario del noble. Queda para la pr¨®xima campa?a excavar la c¨¢mara a la que se abre ese pozo, llena de escombros y esperanzas.
Babelia
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