La des-Uni¨®n Europea
Es igualmente irresponsable, pero se puede comprender, la actitud de EE UU con relaci¨®n a Kosovo. Bastante tiene el Pent¨¢gono con Irak y Afganist¨¢n para volver a preocuparse de los Balcanes que, desde la perspectiva de Washington, deber¨ªan constituir sobre y ante todo una preocupaci¨®n europea. Su contribuci¨®n pasada y presente en tropas y en medios materiales y tecnol¨®gicos en el avispero de los Balcanes, primero en Bosnia y, despu¨¦s, en Kosovo hicieron posible la relativa estabilizaci¨®n de la zona. Los veteranos de los varios conflictos todav¨ªa recuerdan las peticiones a los medios de las poblaciones bosnia y kosovar: "Menos mediadores europeos y m¨¢s marines". Nadie es capaz de hacer una predicci¨®n seria sobre qu¨¦ ocurrir¨¢ en los Balcanes el d¨ªa que las tropas internacionales abandonen la zona. La actitud adoptada por la ?Uni¨®n? Europea no es que sea incomprensible. Simplemente, no es de recibo. Una vez m¨¢s la Europa de la Uni¨®n ha demostrado que es, como en Darfur, Afganist¨¢n y tantos otros lugares de fricci¨®n en el mundo, incapaz de adoptar una actitud coherente, solidaria y unida, donde los intereses de lo que aspira a ser una futura federaci¨®n primen sobre los particulares de los Estados. En lo ¨²nico que se pusieron de acuerdo el pasado lunes los ministros de los 27 fue en decir que no estaban de acuerdo y que cada pa¨ªs hiciera lo que quisiera con Kosovo. Una actitud verdaderamente edificante, ejemplo de planteamiento homog¨¦neo. As¨ª, Gran Breta?a, Francia, Italia y Alemania decidieron, en l¨ªnea con los deseos de Washington, reconocer la independencia del nuevo Estado, mientras que Espa?a, Chipre, Grecia, Bulgaria y Rumania optaron por negarle ese reconocimiento esgrimiendo la jurisprudencia de la ONU sobre la aplicaci¨®n del derecho de autodeterminaci¨®n y el Acta Final de Helsinki, que declar¨® inamovibles las fronteras europeas desde 1974.
Kosovo consolida el peligroso precedente en los Balcanes de inventar nuevos Estados sobre bases ¨¦tnicas
?Qu¨¦ le van a decir a Espa?a sobre este tema cuando toda la reivindicaci¨®n espa?ola sobre Gibraltar est¨¢ basada en la famosa resoluci¨®n 1.514 de la Asamblea General de la ONU, que establece taxativamente que el ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n nunca puede estar dirigido a cercenar la integridad territorial de un pa¨ªs? "Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad de un pa¨ªs es incompatible con los prop¨®sitos y principios de la Carta de Naciones Unidas". Y eso es lo que ha ocurrido en el caso de Kosovo, cuya declaraci¨®n unilateral de independencia -me recuerda la proclamada en Rhodesia por Ian Smith- "quebranta la unidad nacional y la integridad" de Serbia, que tiene perfecto derecho a sentirse humillada y abandonada por sus vecinos europeos y su aliado americano. Creer que el orgulloso pueblo serbio va a abandonar su reivindicaci¨®n sobre Kosovo con la promesa de la zanahoria de un futuro ingreso en la Uni¨®n es desconocer la profundidad del sentimiento nacional serbio hacia Kosovo, considerado en Serbia como una especie de Asturias balc¨¢nica.
La ces¨¢rea practicada a Kosovo sobre la base falsa de la inevitabilidad de su independencia no s¨®lo conculca la legalidad internacional, como h¨¢bil y firmemente argument¨® el ministro Moratinos en Bruselas, sino que consolida una vez m¨¢s el peligros¨ªsimo precedente establecido en los Balcanes de inventar nuevos Estados sobre bases ¨¦tnicas, ling¨¹¨ªsticas y religiosas. ?Les suena a algo este planteamiento? Es justamente la argumentaci¨®n esgrimida por todos los movimientos separatistas y secesionistas, utilicen o no el terrorismo, desde Euskadi a Sri Lanka y desde el C¨¢ucaso hasta el T¨ªbet. Por eso el rechazo total a esa independencia no s¨®lo por los pa¨ªses citados anteriormente, sino por dos potencias mundiales con derecho de veto en el Consejo de Seguridad -Rusia y China-, temerosas de posibles repercusiones en sus patios interiores.
Dos ¨²ltimas consideraciones. Primera, Kosovo nunca fue un Estado federado en la antigua Yugoslavia, como Croacia, Eslovenia o Bosnia-Herzegovina. Se trata simplemente de una provincia serbia. Segunda, la campa?a militar emprendida por la OTAN en 1999 tuvo por objeto terminar con la limpieza ¨¦tnica ordenada por Milosevic contra los albanokosovares, nunca facilitar la independencia del territorio. Y puestos a autodeterminar, ?por qu¨¦ lo pueden hacer los albanokosovares mientras se niega ese derecho a los serbios del norte de la provincia? En fin, ?enhorabuena Europa por este nuevo ¨¦xito!
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