Koeman le amarga la Copa al Bar?a

Agachado en Mestalla, Koeman sali¨® con la cabeza bien alta del Camp Nou. Hab¨ªa pensado muy bien el partido, tanto que dirigi¨® a su equipo a pie de campo, y sus jugadores le interpretaron tan fielmente que si no cantaron victoria fue porque en la ¨²ltima jugada de la noche el ¨¢rbitro no apreci¨® manos de Eto'o y concedi¨® el empate de Xavi. La acci¨®n premi¨® el tes¨®n del Bar?a y atemper¨® la efervescencia del Valencia.

La convulsi¨®n social y deportiva ha acentuado el car¨¢cter competitivo de Koeman y el Valencia en la Copa, un torneo que funciona estupendamente para las catarsis colectivas. Al Bar?a le pas¨® lo contrario. Ahora que ha aprendido a disputar la Liga, ayer no supo ganar un partido de Copa muy exigente, de mucha tensi¨®n y gran carga t¨¢ctica. Le falt¨® luz y precisi¨®n, en el pase y en el remate, y le sobr¨® coraje despu¨¦s de un estimable ejercicio futbol¨ªstico.

La organizaci¨®n colectiva del Valencia le pudo a la calidad individual del Barcelona. Anudado el contrario por Koeman, la diferencia como de costumbre la marc¨® Villa, que anot¨® su sexto tan tanto en el estadio. El gol inevitable de Villa se produce con independencia de los t¨¦cnicos, del torneo y de la jornada. As¨ª de caprichosos son los gui?os del f¨²tbol. La fortuna se ali¨® con el ariete y su equipo en uno de los dos remates al ¨¢rea y fue esquiva con el Bar?a, que, pese a su insistencia, no encontr¨® la porter¨ªa hasta el final, tras contar 14 disparos y 13 c¨®rneres.

Apret¨® el Barcelona desde la salida, con la hinchada m¨¢s ruidosa que nunca, entregada a un equipo que rota piezas a cada jornada para poder competir en los tres torneos abiertos. Entr¨® Deco y sali¨® Iniesta de la alineaci¨®n mientras Henry jugaba por Ronaldinho, circunstancia que propici¨® un aumento de la velocidad de la pelota y una disminuci¨®n en la precisi¨®n. A cambio de abrir bien la cancha por el flanco de Henry, se estrangul¨® en el juego interior, incapaz de ganar espacio, bien controlado por el Valencia, replegado y espabilado en la anticipaci¨®n.

A tres remates de gol consecutivos en una misma jugada por parte de Xavi, Eto'o y Messi, respondi¨® el Valencia con una falta lateral que acab¨® en la red despu¨¦s de un taconazo de Joaqu¨ªn en fuera de juego. Aunque anulada por el ¨¢rbitro, la acci¨®n tuvo un car¨¢cter intimidatorio. Lentos y previsibles, los azulgrana se excedieron en la conducci¨®n, negados en la divisoria, sin l¨ªnea de pase, en inferioridad ante las ayudas defensivas del rival, que cerr¨® bien, siempre en superioridad.

El Valencia mezcla jugadores robustos para la contenci¨®n con futbolistas ligeros en el despliegue, h¨¢biles y r¨¢pidos, delanteros con llegada y gatillo. A¨²n en estado de gestaci¨®n, Koeman apuesta por un equipo joven y vitalista, atrevido incluso, y al mismo tiempo inexperto y con una aparente fragilidad, m¨¢s que nada por su media de edad: 24 a?os. Ayer, sin embargo, el plantel de Koeman se port¨® con grandeza. Ha mejorado t¨¢cticamente y se organiz¨® bien alrededor de la consistencia de Maduro, la jerarqu¨ªa de Banega y la marca de Albiol a Eto'o.

Maduro interpreta perfectamente las cosas que le gustan a Koeman, a veces imperceptibles, como los bloqueos y las coberturas, y Banega responde al 5 cl¨¢sico argentino, un volante que domina la escena y se ofrece, calidad imprescindible en partidos de palabras mayores. Taponaron tan bien los valencianos la l¨ªnea de toque y tiro del Bar?a y le complicaron tanto la vida que Tour¨¦ perdi¨® el sitio y Eto'o no par¨® de dar vueltas alrededor del ¨¢rea, inc¨®modo y desquiciado. Especialmente consistente, el Valencia achic¨® bien la cancha y s¨®lo concedi¨® una ocasi¨®n antes del descanso. Eto'o no se gan¨® ni un remate y a Messi no le dejaron armar bien la pierna cuando no fue atrapado por su propia prisa.

Aceler¨® el Bar?a en la reanudaci¨®n, confiado en que el adversario ceder¨ªa, v¨ªctima del esfuerzo. Maduraba el partido a su favor, falto s¨®lo del ¨²ltimo pase, de un desmarque por detr¨¢s de la zaga, de un remate de media distancia, pero no se adivinaba un punto de flaqueza en Hildebrand, un meta que ofrece poca confianza, que repele el bal¨®n y, sin embargo, se crec¨ªa con el tiempo. La rueda de cambios aument¨® la incertidumbre hasta que Villa culmin¨® una transici¨®n preciosa de Arizmendi. El tanto se levant¨® como una pared para el Bar?a, que no par¨® en su ataque y gol hasta que encontr¨® el gol de costumbre de Xavi con la anuencia del ¨¢rbitro, para desespero del Valencia, heroico hasta el pitido final. Nadie le pod¨ªa pedir m¨¢s al equipo de Koeman y pocas cosas hubo que reprochar al Bar?a en una noche muy intensa y vibrante, muy copera.