Derecha civilizada

Delante de la Universidad de M¨²nich ante la que repartieron propaganda contra el Gobierno nazi, unas piedras en el suelo reproducen los facs¨ªmiles de los papeles repartidos; nadie se opone a este recordatorio, memoria hist¨®rica de los dos hermanos Scholl, que pagaron con su vida esta defensa de la libertad de opini¨®n. Ni la derecha que apoy¨® a Hitler -que gan¨® en las elecciones- ni la Iglesia cat¨®lica alemana, que permaneci¨® muda, se opusieron nunca. Y reconocieron p¨²blicamente su error.

La derecha espa?ola acab¨®, tras una guerra, con la democracia republicana; la Iglesia cat¨®lica la bendijo y pase¨® bajo palio al dictador en los cuarenta a?os siguientes. No reconocieron su error. Ni soportan el amor que anima a los hijos de sus v¨ªctimas a recuperar los cad¨¢veres de familiares asesinados como perros ni se sabe d¨®nde. A ese deseo pac¨ªfico lo llaman provocaci¨®n. Se comentaba en EL PA?S de hace unos d¨ªas que s¨®lo en Espa?a se habla de derecha civilizada; en el resto del mundo se habla s¨®lo de derecha. La explicaci¨®n es sencilla: la derecha del resto del mundo es civilizada; la de aqu¨ª sigue siendo montaraz. Cualquier intento de civilizarla -Pimentel o Gallard¨®n- provoca que sus autores sean barridos del mapa pol¨ªtico. La derecha ser¨¢ lo que siempre fue.